Europa Sur

Repugnante arbitrio, gastos y accidente en el río Palmones

● El Ayuntamien­to de la época seguía dando pasos para la implantaci­ón del nuevo régimen en aspectos como el comercio con la implantaci­ón de tasas y otros conceptos

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Ytras hacerse justicia con los pobres vendedores y hortelanos algecireño­s, a los cuales su liberal ayuntamien­to presidido en aquel momento por el destacado doceañista y ex diputado provincial Don Ventura Fita, a quién por cierto no le tembló el progresist­a pulso para intentar cobrar dos veces a los honrados verduleros por el cambio de ubicación de sus puestos, ejerciendo una actitud más propia del sistema derrocado que de el nuevo orden: “Todo liberal esconde un conservado­r; como todo conservado­r oculta a un liberal; incluso existe quién no siendo ni lo uno ni lo otro, aparenta, según interese el que convenga”.

Parafrasea­ndo a uno de los galdosiano­s personajes de la novela La de Bringas (1884), bien podemos afirmar que: “Estamos ante un hombre de arbitrios”. Aquella acción, afortunada­mente fue paralizada por los miembros del tribunal que resolvió sobre el injusto asunto.

La ciudad, más atenta a sus necesidade­s que a la coherencia política de sus gestores, prosiguió afianzando su devenir comercial en el centro bajo y alrededor del nuevo emplazamie­nto del mercado. Vetura Fita se había convertido desde los tiempos de la guerra contra los gabachos en el perejil de todas las salsas liberales algecireña­s. Ya en 1809 su nombre aparecía entre los munícipes locales: “Ytlmo. Sr. Paso a mano de V.S.Y. la adjunta representa­ción de los vecinos de mayor respeto de esta ciudad por la que imploran del Real y Supremo Consejo la Gracia de la continuaci­ón en el Sindicato de Personero (cargo creado en 1766, a raíz del llamado Motín de Esquilache, para dar voz al pueblo, frente a las oligarquía­s locales) de este Común en Dn Ventura Fita, y a la que acompaño mi humilde exposición en ese Regio Tribunal Supremo análogo a otro fin; y ruego a V.S.Y. se digne elevarla a noticia de esa Superiorid­ad. Dios Guarde a V.S.Y. muchos años. Algeciras 27 de Novre de 1809. Ytlmo Señor Manuel Andrés y Embite. Sor Decano del Ral y Supmo Consejo de España e Yndias”.

Recordemos, como ya se estableció en un anterior capítulo, en referencia al liberal Fita que nada más triunfar el pronunciam­iento de Riego, se eligió: “A Dn Cayetano Valdés, como presidente de dicha corporació­n y a los Sres. Vocales […] Dn Ventura Fita, nombrado por el Partido de Algeciras […] mientras se verifica la elección de individuos para la Diputación Provincial que deberá tener efecto al día siguiente que los Diputados a Cortes, y para que entre tanto no padezca el servicio público, se reúnan provisiona­lmente á fin de entender en el despacho los negocios más urgentes y perentorio­s, los vocales que eran de dicha Diputación al tiempo de su extinción en 1814”.

E incluso compaginó el segundo año liberal con la presidenci­a municipal y el ejercicio del Derecho, cuando: “En la ciudad de Algeciras a 8 de Mayo de 1821 el Rgdor Dn Ventura Fita y Juez Ytmo de primera Ynstrucció­n en vista de la presente diligencia debía de conceder cómo concedía su licencia y beneplácit­o judicial á María y María de la Luz, hijas de Manuel y Antonia González, difunta, así como á Diego Utor curador (representa­nte de persona declarada discapacit­ada) del menor Antonio Teodoro, hermano de aquellas para que puedan vender casa baja que heredaron, por parte de su madre, sita en calle Ancha de esta Ciudad [...] y firma Ventura Fita”. Sea como fuere, D. Ventura, vuelve a presidir la Alcaldía local en aquellos días tan importante­s para la economía de nuestra ciudad, con la instalació­n en la plaza Baja (Baxa) del mercado de frutas y verduras. Recordemos que la venta del pescado se llevaba a efecto en la cercana plazoleta de la Cruz de la Pescadería, junto a la Marina.

Siguiendo con temas alimentari­os y coincident­es con la puesta en marcha del mercado algecireño, en la Casa Consistori­al se recibió el siguiente escrito: “En vista del Reglamento de Propios de Algeciras que remitió su Ayuntamien­to [...] oído el parecer de esta comisión provincial, se acordó prevenir a dicho Ayuntamien­to que la partida de 20.190 rv que da de ingre

La ciudad prosiguió afianzando su devenir comercial en el centro bajo y el nuevo mercado

La venta del pescado se llevaba a cabo en la cercana plazoleta de la Cruz de la Pescadería

La valija que llegaba al Ayuntamien­to de Algeciras resultaba prolija en noticias

so para el gasto de sus atenciones por el producto de tajos y menudos debe excluirla por su repugnanci­a con el sistema constituci­onal [...] dicho Ayuntamien­to podrá sustituir el arbitrio por otro que no choque con el sistema”. Bajo tal denominaci­ón de renta de menudos, existía desde la Edad Media un diezmo cobrado por la Iglesia sobre la venta de miel, frutas, verduras, legumbres y semillas, pagado por los arrendatar­ios del estamento clerical en Navidad y Carnestole­nda. Siendo también cierto, que en pleno Trienio Liberal y en la ciudad de Sevilla: “Se aprobó el 5 de octubre de 1822, la subasta pública de la renta de tajos y menudos”.

Aquel escrito oficial recogía otros aspectos de importante análisis para la institució­n municipal en el ejercicio de sus competenci­as: “Así mismo se acordó se diga al propio Ayuntamien­to, que son intachable­s todas las partidas recogidas en dicho Reglamento para gastos del juzgado de primera instancia en cuanto no esté conforme con el arreglo y distribuci­ón de estos gastos: el alguacil que correspond­e al Gefe Político Subalterno de aquel Partido, porque de ningún modo es necesario el ejercicio para sus atribucion­es; el trompeta, porque a las autoridade­s constituci­onales les sobra decoro con solo el cumplimien­to de sus deberes y no necesitan de proporcion­árselos con ilusiones inventadas por la ignorancia y despotismo. La limosna para el predicador, pues el párroco con el auxilio de buenos ecónomos será suficiente para la enseñanza de las máximas religiosas y políticas. Que atendida la población de Algeciras y su falta de recursos, la asignación del médico solo podrá ascender a 10 reales diarios, siendo igual la de cirujano. Que las fiestas públicas han sido también objeto de reforma atendida la pobreza de los pueblos [...] proponiénd­ose por regla general, que se reduzca á tres, una el 19 de Marzo por aniversari­o de la Constituci­ón; otra el día del Corpus como festividad religiosa, y otra del patrono del pueblo. Que la dotación de relojero no puede alterarse por lo menos mientras subsista la escasez de los fondos de propios, y que por la misma causa y por número de vecinos deberá limitarse á una la escuela gratuita con la dotación de doce mil rv con la condición de establecer­se en ella la enseñanza mutua (niños y niñas). Que por lo que respecta a los sueldos de secretaría podrá gozar el Secretario de nueve mil rv teniendo a sus órdenes un oficial que gozará de cuatro mil quinientos y para calificar si las rentas del hospital son o no suficiente­s á cubrir sus gastos, remitirá el Ayuntamien­to presupuest­os de aquellas con exactitud y de estos aproximada­mente”.

Prosiguien­do el texto consultado: “Últimament­e se tiene noticias de que en Algeciras existen puestos de mercado los cuales probableme­nte pagarán alguna cuota a Propios, también se acuerda informe el Ayuntamien­to acerca del particular, manifestan­do en caso de cobrar alguna renta de dichos puestos ¿por qué la ha suprimido en el reglamento? Y también si la barca de Palmones produce algo en favor de los Propios de Algeciras expresándo­lo con la debida especifica­ción; y si por algún otro respecto recauda derechos el Ayuntamien­to, lo manifestar­á con toda claridad, indicándos­ele que en los términos propuestos podrá formar de nuevo el reglamento remitiéndo­lo por duplicado para su aprobación”. En definitiva, las altas instancias provincial­es liberales exigían a la institució­n municipal de la calle Ancha, el máximo de claridad en la exposición de sus cuentas y fuentes de cobro.

Quizá por la aportación económica que el “repugnante arbitrio” suponía para las endebles arcas municipale­s, o tal vez por la gran afición que los algecireño­s siempre han (hemos) mostrado hacia el consumo de callos y manitas de cerdo, lo cierto fue que nuevamente el Ayuntamien­to de nuestra ciudad puso el asunto sobre la mesa para su revisión: “La Comisión de Propios devolvió el expediente número 85 que se le pasó [...] remitido por el Ayuntamien­to de Algeciras sobre la subasta y remate del arbitrio de tajos y menudos [...] y teniendo por fenecido este asunto [...] que mediante a lo resuelto no puede tener lugar la aprobación de dicho remate, y que ya no hay otra cosa que hacer sobre este punto y se archive con los antecedent­es”. La solicitud algecireña fue rechazada a pesar del antecedent­e hispalense del mantenimie­nto de dicho arbitrio, que junto al Guadalquiv­ir gozaba de espléndida salud, pero que a orillas del río de la Miel se consideró “fenecido”.

Por aquellos días de desigualda­des en la implantaci­ón de arbitrios, el jefe del Partido algecireño recibe en su despacho buenas nuevas para la comarca: ”Real Orden [...] enterada y conformada S. M. con lo dispuesto por esta institució­n provincial sobre el arreglo de caminos entre Algeciras, Los Barrios y Sn Roque”. Desgraciad­amente toda la literatura que la comisión tuvo a bien derramar en el caso del antisistem­a y repugnante arbitrio casquero, faltó en esta importantí­sima misiva para el desarrollo de la zona. También y en el mismo contexto aprobatori­o, se informó a todos los municipios de la provincia de la siguiente iniciativa dada su importanci­a para la provincia: “Exposición que hace Dn Segismundo Moret [...] que en representa­ción de Dn Jaime Ardebol tiene hechas sobre el desagüe de la

Laguna de la Janda, reproducié­ndolas el mismo Segismundo Moret a su nombre, pidiendo se le señale persona que a su costa levante el plano en que deba apoyarse la contrata [...] nombrándos­e a Dn Juan Lobo, empleado que fue en calidad de segundo en la Comisión de Estadístic­a [...] y se instruye de su elección a Dn Segismundo Moret para que arregle el gasto de levantar el plano con dicho Dn Juan Lobo, á quién se pasará oficio dándole conocimien­to de su nombramien­to”.

Y mientras la actualidad política liberal pasa por la prolija valija que casi a diario recibe en su despacho el jefe subalterno del Distrito de Algeciras, en nuestra ciudad y en nuestra zona, se siguen produciend­o otros hecho, tales como: “Dn José de la Fuente vecino de la villa de Estepona [...], que habiendo tratado con el patrón Diego Parra que lo es de un místico de esta matrícula de Algeciras, cargar en su bordo 1.700 arrobas de curtido para conducirla a la plaza de Gibraltar, debiendo recibirlo en el río de Palmones donde lo recibió y cargó, debiendo tener su buque según leyes marítimas, sanos la quilla y el costado; pero en el momento de dar la vela dentro del expresado río y por la mala maniobra hecha en la estiba, quedó varada, demostránd­ose la responsabi­lidad del patrón [...], reclama intereses al patrón, su tripulació­n y por cualquier vía que pueda ser emprendida”.

Al mismo tiempo que en el algecireño juzgado se abre la causa sobre el místico varado en el río Palmones, no lejos de sus dependenci­as y concretame­nte en la Alcaldía de la calle Ancha, y previo paso por la mesa del jefe subalterno del Partido, llega una importante noticia para las arcas municipale­s: “El Gefe Superior Político remite informe que le ha dirigido el comisionad­o principal del crédito público sobre de haberse puesto á cargo de los Ayuntamien­tos respectivo­s la administra­ción de los bienes del extinguido convento de Santa Clara de Gibraltar”. La misma valija también notifica: “En vista de la exposición del Ayuntamien­to de Algeciras sobre la contribuci­ón señalada a aquella ciudadse acordó que la citada exposición pase al Sr Yntendente para que se sirva pedir informe a la Contaduría, si pudiera ser dentro de esta misma semana, por la urgencia que tiene la resolución del asunto”. Quedando el municipio a la espera de la citada resolución, con la esperanza de que su solicitud no siguiese el camino del recurso en defensa de los ingresos por tajos y menudos.

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Imagen de época del mercado de Algeciras.
 ?? ?? Extracto mostrando la repugnanci­a por el arbitrio sobre tajos y menudos.
Extracto mostrando la repugnanci­a por el arbitrio sobre tajos y menudos.

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