Ximo Puig cambia cinco ‘consellerias’ para relanzar la Comunidad
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, cambió ayer a los titulares de cinco de las doce consellerias que conforman su Gobierno con el fin de “relanzar” la Comunidad Valenciana en este momento de “reinicio” tras la pandemia y avanzarse así a “los cambios de esta década de transformación”.
“No es un cambio de Gobierno para las elecciones, es para afrontar esta década de oportunidades”, afirmó Puig en una comparecencia en el Salón de Corts del Palau de la Generalitat para anunciar una remodelación del Consell, que hará que por primera vez haya más mujeres que hombres (siete frente a cinco).
Se trata de la primera crisis del Gobierno desde que en 2015 Ximo Puig accedió a la presidencia del Ejecutivo valenciano, ya que durante esta legislatura y media sólo se produjo alguna sustitución puntual de algún conseller.
El hasta ahora conseller de Obras Públicas, Arcadi España, será el nuevo titular de Hacienda, en sustitución de Vicent Soler, y la ex secretaria autonómica de Economía Rebeca Torró asumirá la cartera de Obras Públicas.
El médico e investigador del Incliva Miguel Mínguez será el nuevo conseller de Sanidad, en sustitución de Ana Barceló, nueva síndica socialista en Les Corts, y la senadora socialista Josefina Bueno será la consellera de Universidades, cargo que ocupaba Carolina Pascual.
Además, la ex secretaria autonómica de Cultura y Deporte Raquel Tamarit sustituirá al frente de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte a Vicent Marzà, quien anunció su marcha para centrarse en la labor partidista de Compromís.
El ‘president’ asegura que los derechos y las libertades están “en peligro”
humo pasar página de este caso, absolutamente se equivoca”, señaló.
“Que no nos pongan a prueba, cuando nos han puesto a prueba han visto qué ha pasado”, subrayó el presidente catalán, quien aseguró que los derechos y las libertades se encuentran “en peligro” y que tienen “delante a un Estado que no los respeta y que los vulnera sistemáticamente”.
Para Pere Aragonès, este caso de espionaje es el “más injustificable, más grave y escandaloso ocurridos en las últimas décadas” y espera ahora “la intoxicación más grande de los últimos meses”, porque “intentarán justificar lo injustificable y se inventarán lo que tengan que inventar”.