La paz en forma de festival
● Un bello y esperanzador comienzo de la gala hizo que todos tuviéramos presentes a Ucrania, pero en esas llegó Chanel y nos asombró en un festín: Europa se puso a sus pies
Sólo por escuchar a Laura Pausini cantando Volare ya merecía la pena conectar anoche con Turín y vivir la noche eurovisiva más gloriosa que recuerda un espectador español. Eurovisión, pese a los problemas de la organización italiana, ha celebrado su gran evento con birllantez y mucha melancolía en las canciones. Menos mal que teníamos ahí a nuesttra Chanel.
La esperadísima final del festival de ha cumplido con las expectativas de los eurofans, ofreciendo una gran fiesta donde la música, la paz y la cultura se han mantenido en el centro pese a las voluntades reivindicativas. Con Ucrania interpretando Stefania, considerado ya un himno de la resistencia, el país que está padeciendo la invasión de Rusia llegaba a esta gala como el gran favorito para alzarse vencedor del micrófono de cristal. Y todos tuvimos presente a Ucrania.
El inicio de la gran final ha sido de lo más emocionante, con todo el Pala Alpitour cantando Give peace a chance, de John Lennon, pidiendo una oportunidad para la fraternida en estos tiempos tan complicada.Pausini, a continuación, fue la encargada de amenizar el inicio de la gala, con un medley de las canciones que han marcado su discografía. La presentadora de Eurovision ha cantando en italiano, español e inglés, proponiendo a la audiencia un viaje por la adolescencia, repasando canciones míticas. Y ya al poco, en el desfile de las banderas Chanel se llevaba una ovación.
Se inaguuraba el turno con Chequia y su Lights off, con la mirada de reojo en el chanelazo que sobrevolaba Italiaa.
En términos técnicos, tanto las actuaciones como los intervalos han tenido fallos de realización. La RAI, ha tenido muchos obstáculos para un Eurovision a la altura de las últimas ediciones. El sol cinético que formaba la pantalla led del escenario se rompió hace
La organización ha tenido demasiados problemas y la RAI no ha estado a la altura
quince días y la organización no pudo repararlo a tiempo, obligando a cambios a las puestas en escena de todos los países. Sumado a los múltiples errores de realización durante los ensayos, han posicionado a la vigente edición de Eurovision como la edición con peor estética de la última década.
Y todo quedó difuminado por Chanel, protagonista de por sí, una de las actuaciones impresionantes de la noche. La delegación española ha sorprendido con un auténtico festín para toda Europa. Tras los agobios de la pandemia, qué menos. Ha sido un acierto. Turín merecía una fiesta y España ha sido decisiva.