La acería de Mariupol saca la bandera blanca
● Kiev entrega Azovstal, símbolo de la resistencia ucraniana, a Moscú ● La caída de este reducto permite a Putin abrir un corredor del Donbás a Crimea
Ucrania abandonó la lucha en la acería de Azovstal, símbolo de la resistencia ucraniana en la guerra con Rusia, tras dar por cumplida su misión en Mariupol y la rendición de los primeros 300 defensores, cuyo destino es ahora incierto. “La guarnición de Mariupol cumplió su misión de combate. El Comando Militar Supremo ordenó a los comandantes de las unidades estacionadas en Azovstal que salven la vida del personal” que permanece allí, aseguró el Estado Mayor General del Ejército ucraniano en un comunicado.
Kiev confirmó así las informaciones de medios rusos sobre el inicio de las evacuaciones de Azovstal ayer después de unas largas y complicadas negociaciones entre representantes de ambos bandos y tras el fracaso de las iniciativas para el traslado de los combatientes de la acería a un tercer país. “Ucrania necesita a sus héroes vivos”, aseguró el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Hasta ahora, han salido de la planta 265 combatientes, entre ellos 51 heridos graves, según Rusia, y 264 militares, incluidos 52 gravemente heridos, según Ucrania. El Ministerio de Defensa ruso mostró imágenes de la salida de decenas de defensores de Azovstal en las que son cacheados por efectivos rusos tras abandonar las catacumbas de la planta.
En el vídeo se puede ver también el proceso del traslado de los heridos graves que abandonan la planta en camillas sujetadas por sus compañeros hasta llegar a la zona controlada por tropas rusas, donde les prestan los primeros auxilios.
El “heroísmo de los defensores de Mariúpol” hizo posible hacer retroceder a las tropas rusas en sus intentos de tomar Kiev y detener la ofensiva en el este, aseguró ayer el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, quien afirmó que los soldados de Mariupol obedecieron la orden de contener a un grupo de 20.000 invasores rusos y evitar que avanzaran en dirección a Zaporiyia y Donetsk.
“Ahora tienen una nueva orden que cumplir: salvar sus vidas”, precisó y agregó que la guarnición de los defensores de Mariupol constaba de infantes de marina, miembros de las Fuerzas de Defensa Territorial, policías, guardias fronterizos, miembros de la Guardia Nacional y combatientes del Regimiento Azov, entre otros.
La viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Malyar, dijo que ahora “no había otra fórmula” para conservar la vida a los defensores de Azovstal.
Precisamente, la presencia entre los combatientes de miembros del batallón nacionalista Azov es la que más críticas ha generado en Rusia, que sostiene que los integrantes de este regimiento deben comparecer ante la Justicia. “Son criminales de guerra y debemos hacer todo por que comparezcan ante la Justicia”, dijo el presidente de la Cámara Baja del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin.
A su vez, el ultranacionalista diputado ruso Leonid Slutski tachó a los combatientes del batallón Azov de “fieras nazis con apariencia humana, cuyas manos están hasta los codos manchadas de sangre de mujeres, ancianos y niños a los que dispararon por la espalda”. “Deben recibir el castigo más severo”, reclamó.
Entretanto, Iryna Vereschuk, viceprimera ministra de Ucrania, señaló que una vez que la condición de los heridos de estabilice estos “serán canjeados por prisioneros de guerra rusos”.
Indicó que Kiev está trabajando “en las próximas etapas de la operación humanitaria” para salvar al
Un ultranacionalista ruso tacha de “fieras nazis” a los soldados del batallón Azov
número indeterminado de soldados que aún permanecen en la fábrica y confió en poder “intercambiarlos por prisioneros de guerra rusos”. No dio más detalles acerca del número de militares o civiles que quedan por evacuar de las instalaciones de la acería, ni de la forma en que se hará.
Mariupol, a orillas del mar de Azov, fue fuertemente bombardeada y quedó prácticamente destruida con más de 100.000 personas que continuaron viviendo en la urbe sin luz, agua y gas. Desde hace semanas, un contingente de soldados ucranianos ofrecía resistencia atrincherado en las instalaciones del complejo siderúrgico de Azovstal, donde también se refugiaron civiles, que fueron evacuados el pasado 7 de mayo.
La caída de este último reducto militar de Mariupol proporciona a Moscú la posibilidad de establecer un corredor entre el este ucraniano (el Donbás) y la península de Crimea, anexionada en 2014.