Ni retroceso ni milagro, Andalucía
EL final de una legislatura y la convocatoria de unas elecciones es el contexto adecuado para hacer un balance objetivo y basado en hechos e indicadores de cómo le ha ido a un territorio. Andalucía está en esa tesitura desde que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, disolvió el Parlamento y convocó comicios autonómicos el domingo 19 de junio. Y medir cómo ha evolucionado la economía regional ayuda a formarse una opinión de ese arqueo. El balance económico de la legislatura nos deja datos para la ref lexión, aunque sin olvidar que en los tres años y medio que han pasado desde las últimas votaciones andaluzas el mundo ha vivido un shock capaz de mediatizarlo todo: la pandemia del coronavirus Sars-cov 2. Las restricciones impuestas para procurar el menor contagio posible de Covid-19 supusieron una fuerte contracción económica en 2020. Pero al contrario de en crisis anteriores, el retroceso del producto interior bruto andaluz fue menor que el del conjunto de España, y también el crecimiento de 2021 al iniciarse la recuperación, pero este cambio hay que atribuirlo a la estructura del tejido productivo de la Comunidad, cuya especialización agraria pesa más del doble que la nacional, lo que le benefició, al igual que
A la Comunidad económicamente le ha ido algo mejor que al conjunto de España, pero hay que atribuirlo a las especificidades de su tejido productivo y no a la Junta
por el mayor peso de las administraciones públicas. También el empleo evolucionó mejor, gracias a medidas nacionales como los ERTE por causa de fuerza mayor. Pese a las difíciles circunstancias creadas por la pandemia, los servicios públicos que son de responsabilidad de la autonomía han mantenido su nivel, sin que haya habido una regresión del Estado de Bienestar, por más que sea un lema del principal partido de la oposición, el PSOE-A. El balance es moderadamente positivo en el contexto nacional, pero el mérito es del conjunto de Andalucía, del esfuerzo de sus empresas y sus trabajadores más que del Gobierno de la Junta, por lo que tampoco tiene cimiento hablar, como intenta el PP-A para captar voto, de “milagro económico” o de que la región sea “motor económico”.