Expertos abogan por no esperar a que no haya crisis para aplicar la fiscalidad verde
● Organismos ligados a la transición energética piden destinar el alza de la recaudación al transporte público o al impulso del vehículo eléctrico
Impulsar la transición ecológica requiere de la aplicación de una “fiscalidad verde”, según los expertos consultados por Efe, que, en contra de la opinión del Banco de España, consideran que la reforma tributaria no puede esperar a que no haya crisis.
Pese a reconocer que la fiscalidad medioambiental es clave para la transición y que es imprescindible potenciar y mejorar su diseño para avanzar en la lucha contra el cambio climático, el Banco de España considera que no es el momento
Están de acuerdo con el informe fiscal del comité de expertos, ahora en ‘stand by’
de aplicarla porque el país no se ha recuperado aún de la crisis del Covid-19 y se enfrenta a los efectos derivados de la invasión de Ucrania.
“Fiscalidad verde no significa incrementar la recaudación”, no se trata de generar nuevos impuestos y elevar la recaudación total, sino de trasladar la presión fiscal de unas cosas a otras, “por eso no entiendo muy bien al Banco de España”, dice el presidente de la Fundación Renovables y economista, Fernando Ferrando. “Es como decir que no es el momento de educar a la gente porque estamos en crisis (...). De lo que se trata es de poner un poco de racionalidad en los impuestos”, subraya Ferrando, que ha lamenta que el informe del comité de expertos para la reforma fiscal y presentado en marzo “se haya quedado en un cajón”.
Entre otras medidas, los expertos proponen subir los impuestos que gravan los hidrocarburos, vincular la tributación municipal sobre residuos a sistemas de pago por generación, gravar las emisiones de grandes instalaciones industriales y ganaderas o incorporar costes medioambientales asociados al uso del agua.
Suprimir el impuesto sobre la producción eléctrica para impulsar la electrificación de la economía o gravar billetes de avión para reducir el número de usuarios y acelerar la transición ecológica en el sector son otras de sus propuestas. El objetivo, según el libro blanco para la reforma fiscal, dar cumplimiento al principio de “quien contamina paga” y que, al incorporar la variable medioambiental en los precios de bienes y servicios, se empuje a la toma de decisiones adecuada por parte de los agentes.
La guerra no puede ser excusa para quedarse en stand by. Hay que poner toda la carne en el asador para cambiar el modelo productivo y de consumo y una de las herramientas son los impuestos verdes, cuya recaudación debe destinarse a políticas que permitan ese cambio. Así, si se gravan los combustibles de automoción para desincentivar su uso hay dar una alternativa al usuario, como, por ejemplo, mejorar la red de transporte público o bonificar la compra o el uso de los vehículos eléctricos.
“Necesitamos una reforma fiscal que distribuya la riqueza, que sea progresiva y justa y cuyo fin no sea recaudatorio. La fiscalidad ambiental debe perseguir cambios de comportamiento y no podemos esperar más”, apunta a portavoz de Greenpeace Alicia Cantero. Subir
Sostienen que el primer paso debe ser eliminar las ayudas a las energías fósiles
aisladamente el impuesto de un combustible puede ser contraproducente porque el mensaje no se entiende bien y menos en un momento de inflación, por eso es importante que la ciudadanía entienda la importancia, dar alternativas y compensar a los que menos tienen, según Cantero.
Para el director de Desarrollo Corporativo de Forética, Jaime Silos, urge un debate “serio y a largo plazo” sobre el uso de la fiscalidad como herramienta para la transición y el punto de partida debería ser eliminar las subvenciones a las energías fósiles.“por cada dólar generado por sistemas de precio al carbono, los estados gastan 113,53 en subvencionar energías intensivas en carbono y el importe total de este gasto supone casi el doble del incremento de inversión necesaria para la transición hacia las cero emisiones netas”, según el portavoz de Forética, organización para el impulso a la sostenibilidad que agrupa a más de 200 empresas.