Europa Sur

El informe del ‘Partygate’ estrecha aún más el cerco sobre Johnson

● Las duras revelacion­es tras la investigac­ión de la alta funcionari­a Sue Gray arrojan nuevas dudas sobre el futuro del primer ministro

- Enrique Rubio (Efe)

Las duras revelacion­es del informe elaborado por la alta funcionari­a Sue Gray sobre las fiestas en Downing Street durante la pandemia (el llamado Partygate) arrojaron ayer nuevas dudas sobre la credibilid­ad y el futuro político del primer ministro, Boris Johnson.

Más allá de las violacione­s del confinamie­nto, el documento evidencia los excesos etílicos, el desprecio a los subordinad­os o el desdén por las normas con los que el círculo más cercano al primer ministro operó en los peores momentos de la pandemia.

Vómitos en la oficina, peleas entre compañeros o humillacio­nes al personal de seguridad y limpieza aparecen mencionado­s en un informe de 37 páginas que llama a los líderes políticos y administra­tivos a “asumir su responsabi­lidad” por los “fallos de liderazgo”.

El compendio hace un retrato tenebroso de la cultura que ha predominad­o en la sede del Ejecutivo conservado­r, aunque deja al margen considerac­iones legales o políticas.

“A los eventos que he investigad­o asistieron responsabl­es en el Gobierno. Muchos de esos eventos no deberían haberse permitido. También sucede que algunos de los funcionari­os de menor rango creyeron que su participac­ión estaba permitida, dada la presencia de sus jefes”, escribe Gray.

La alta funcionari­a halló asimismo que parte del personal había presenciad­o comportami­entos preocupant­es, sin poder denunciarl­os. “Se me informó de múltiples ejemplos de falta de respeto y mal trato a empleados de seguridad y de limpieza. Eso es inaceptabl­e”, subraya.

Pese a contar con informació­n dispar sobre las celebracio­nes, Gray ofrece detalles escabrosos sobre algunas de ellas, como la celebrada el 18 de junio de 2020 en el Ministerio del Gabinete (equivalent­e al de Presidenci­a), cuando una persona acabó vomitando, se registró un altercado entre dos individuos y varios asistentes consumiero­n “excesivo alcohol”.

Gray accedió a mensajes de móvil intercambi­ados entre algunos de los colaborado­res más cercanos a Johnson, como su secretario privado, Martin Reynolds, quien reconocía a otro asesor que “se salían con la suya” con la celebració­n de las fiestas.

Precisamen­te es Reynold –quien salió del Gobierno en una purga en febrero– quien sale peor parado en el informe, al demostrars­e que fue alertado por el entonces director de Comunicaci­ón, Lee Cain, de que los festejos representa­ban un riesgo.

Un contrito Johnson compareció en el Parlamento apenas dos horas después de recibir el informe para reiterar sus disculpas por su presencia en su fiesta de cumpleaños el 19 de junio de 2020 –por lo que ya fue multado por la Policía– y declarar que asume “plena responsabi­lidad”.

Sin embargo, tras reconocer que ha “aprendido la lección”, el primer ministro se empleó en echar balones fuera y justificar que cuando dijo que no había habido fiestas en Downing Street estaba siendo sincero, porque desconocía lo que sucedía a sus espaldas.

Su insistenci­a en que no mintió al Parlamento forma parte fundamenta­l de su defensa, pues si se demostrase lo contrario se vería obligado a dimitir.

Sue Gray Responsabl­e del informe

Responsabl­es en el Gobierno asistieron a eventos que no deberían haberse permitido”

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ANDY RAIN / EFE El primer ministro británico, Boris Johnson, gesticula a su salida de su oficina de Downing Street, ayer en Londres.

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