Europa Sur

“Hemos tenido que aplicar soluciones medievales a un problema del siglo XXI”

● Regresa a las librerías con ‘El cirujano de almas’, otra novela con su sello inconfundi­ble: periodos históricos de cambio y predilecci­ón por los personajes en discreta segunda línea

- Belén Rico

Luis Zueco (Borja, Zaragoza, 1979) es a menudo denominado como “el Ken Follet español”. El número de lectores de sus libros y su dominio de la novela histórica están detrás del apodo con el que acapara titulares el escritor y director de los Castillos de Grisel y de Bulbuente, dos fortalezas restaurada­s y habilitada­s como alojamient­os con encanto y para la realizació­n de eventos. A pesar de su pasión por el patrimonio, que se refleja en casa una de sus obras, Zueco es ingeniero industrial de formación. También es licenciado en Historia y máster en Investigac­ión Artística e Histórica, miembro de la Asociación Española de Amigos de los Castillos y colaborado­r, como experto en patrimonio y cultura, en diversos medios de comunicaci­ón. Ha logrado un éxito internacio­nal de crítica y público con su Trilogía Medieval: El castillo (Mejor Novela Histórica 2015 por la web Novelas Históricas), La ciudad y El monasterio. Después repitió triunfo con El mercader de libros, y ahora regresa a la primera línea de las librerías con El cirujano de almas, otra novela con su sello inconfundi­ble.

–Cuenta en las notas del autor que esta obra, que pretende ser “un homenaje a la medicina, la cirugía y al mundo sanitario en general”, fue escrita en parte durante el confinamie­nto de 2020. ¿Es difícil documentar­se para novela histórica con las restriccio­nes queimpusoe­lconfinami­ento?

–La novela ya venía de antes. En el confinamie­nto añadí sobre todo el tema de los partos, porque mi mujer se quedó embarazada entonces.

–Todo el trabajo de campo previo de documentac­ión, ¿lo tenía ya hecho entonces?

–Sí, o hubiese tenido problemas graves, sin duda. Por ejemplo, para la novela que estoy escribiend­o ahora, alguna informació­n me ha tardado mucho en llegar por el tema del confinamie­nto. Por ejemplo, una película que quería ver y tenía que pedirla a la Biblioteca Nacional nunca llegaba.

–En varias de las últimas novelas que he leído –por ejemplo, el superventa­s La Bestia– también aparece la palabra “lazareto”. ¿Cree que va a haber un boom de obras que tendrán como telón de fondo la peste en sus diferentes versiones?

–Será un tema en el que se podrá más acento porque nos habíamos olvidado. Vivimos mucho el presente, poco menos que creemos haberlo inventado todo, que lo del pasado no tiene importanci­a... Y es todo lo contrario. Lo difícil es que ocurra un hecho totalmente nuevo que no pueda tener reflejo en el pasado. Eso es lo que ha ocurrido. Nos pensábamos que las epidemias era algo medieval y al final lo que hemos tenido que hacer es aplicar soluciones medievales a un problema del siglo XXI. En otras épocas se han buscando soluciones a grandes problemas que pueden volver a suceder.

–La inmensa mayoría de la sociedad actual vive completame­nte al margen del pasado. ¿Tiene sólo una pequeña proporción de científico­s e investigad­ores percepción de que esto se ha logrado encaramado­s“ahombrosde­gigantes”?

–Sí, a veces decimos la historia y la literatura como si fuera sólo ocio y no. Yo siempre digo que, sobre todo en economía, es muy importante conocer la historia. Por ejemplo, como se han solucionad­o otros problemas de falta de materias primas .... Es una historia muy larga y lo que no vamos a hacer es olvidarla porque creamos que no nos puede ayudar. Tiene que ser un referente porque puede ser útil.

–¿Cuánto tienen Alfonso Urdaneta obrunodetu­partedeing­eniero?

–Todos los personajes al final tienen algo de uno. Me gustan mucho las máquinas y los edificios y en mis novelas aparecen muchas descripcio­nes de ellos. Al formarte como ingeniero, algunos aspectos científico­s los empleas bastante, sobre todo con Alonso. Yo no sé de Medicina y afronté su estudio para la novela como cuando tenía que encarar una materia pura de Ingeniería a la que había que aplicarse, como por ejemplo Termodinám­ica.

–Los grandes filósofos de la antigüedad eran matemático­s... La cienciaesm­uyversátil.

–Sí, incluso cuando me contrataro­n para algunos temas más vinculados con el marketing me explicaron que me eligieron porque los ingenieros sabemos hacer de todo y servimos para mucho.

–Contodasla­sinformaci­oneshistór­icas, las noticias que llegaban de China... Luego de otras partes delmundoyc­ontantoper­sonalen organismos gubernamen­tales de salud, consejería­s, delegacion­es, gerencias de hospitales... ¿Cómo llegó la pandemia en el siglo XXI aparenteme­ntetanpors­orpresa?

–Creo que le habíamos perdido el miedo a las epidemias porque la última había sido hacía cien años. Parecía algo medieval. En aquella época estaban acostumbra­dos y en alerta porque, si llegaba a una ciudad, era una catástrofe. Tenían lazaretos, como has mentado. Sabían hacer las cuarentena­s... Pero se nos había olvidado. Nosotros nos creíamos que eran de los libros de Historia y es una materia que debería estudiarse en todas las carreras, también en Medicina. No es para parecer más culto, es que te da herramient­as.

–En este tema, además de los avances de la medicina pero también de la medicina preventiva, sobre todo hábitos de higiene a losquesele­sdamuchaim­portancia. Todos recordamos al arquitecto autor del Partenón, o el artista que firma tal cuadro o tal escultura, pero casi nadie sabe quien fue el primer responsabl­e de la red de saneamient­os de una ciudad con la trascenden­cia que esohatenid­oparaevita­renfermeda­des.

–Sí, al final se valora más lo artístico y lo que resuelve problemas muy importante­s que nos dan una mayor calidad de vida, como que lo asumimos. Por ejemplo, la calefacció­n, el aire acondicion­ado... No sé lo que ocurre, pero no lo valoramos.

–También ha querido abordar el tema de las pérdidas patrimonia­les durante la Guerra de la Independen­cia.

–Además de la trama médica, aquí abordo el expolio que implica la Guerradela Independen­cia,algo que me duele mucho. Mis novelas tienen muchas subtramas y el tema del patrimonio siempre está muy presente. Todos hablamos de lo que se perdió durante la Guerra Civil, pero eso no es nada comparada con el expolio que hicieron los franceses. Es algo muy grave y teníamos que quejarnos más.

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R. G. Luis Zueco es uno de los autores de novela histórica más vendidos de España.
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