Vuelven los monstruos
COLECCIÓN DE ABOMINACIONES
Tito Alberto y Raúlo Cáceres. Diábolo Ediciones. 216 páginas. 19,95 euros.
Colección de abominaciones (con el subtítulo Monstruosidades ilustradas ) es la segunda parte de una deliciosa aventura que comenzó con Galería de engendros (Panini, 2019). Y todo el proyecto es un homenaje a los viejos álbumes de cromos, solo que, para evitar el engorro de tener que ir a los quioscos (si es que aún queda alguno por ahí) en busca de las estampitas, las imágenes ya vienen impresas en el recuadro correspondiente. Son siempre escenas grotescas, agrupadas en secciones, unas centradas en los propios monstruos, otras dedicadas a temáticas concretas que abarcan leyendas urbanas, lugares, situaciones y hasta chascarrillos que ponen los pelos de punta. Las dibuja y colorea Raúlo Cáceres, especialista en hacer de lo morboso una experiencia estética, y van acompañadas de textos explicativos escritos por Tito Alberto, un genio en el difícil arte de travestir lo cotidiano bajo apariencia fantástica.
El humor y el terror, claro está, son los sabores principales del pastel, y uno no sabe qué resulta más terrorífico, si las inquietantes figuras y escenas representadas o el ácido comentario a la realidad que asoma bajo la metáfora. Sea como sea, la sonrisa (casi siempre helada) recompensa
continuamente la lectura. A diferencia del primer libro, este segundo, editado por esmero por Diábolo Ediciones (que de serie B y cultura popular saben un rato), tiene formato vertical y un tamaño que imita menos el de los álbumes de cromos, pero que resulta bastante más atractivo que el otro. Esto se traduce en que hay un cromo por página, hasta llegar a 180, lo que permite un mayor lucimiento del trabajo del dibujante.
Algo que sí se mantiene es la química innegable entre Tito Alberto y Raúlo, quienes se nutrieron mutuamente en el proceso, proponiendo el contenido de cada página en cualquiera de las dos direcciones, o sea, partiendo de un texto o de una imagen, según llegara la inspiración. Les he escuchado decir que quizá no haya tercera parte, pero me niego a creerlo. ¡Esto es muy bueno chicos, queremos más!