Europa Sur

Una nación rota

-

UNA nación que no es capaz de defender a sus niños es una nación rota. La frase encabezaba ayer el editorial de uno de los principale­s diarios de Texas y ref leja la conmoción creada por el –por ahora– último episodio de violencia extrema contra escolares por parte de un psicópata armado. Pero es una conmoción recurrente y hasta cierto punto impostada. Ni una vez, ni dos, ni diez. Episodios como el registrado el martes en una escuela elemental de Uvalde, una zona de fuerte implantaci­ón hispana, son demasiado frecuentes en Estados Unidos y cuando, como en este caso, son de una gravedad espeluznan­te, reabren el debate sobre la facilidad de acceso a las armas por parte de cualquier persona en ese país. El presidente Biden se dirigía a Dios y se preguntaba por qué episodios como la matanza de 19 niños y dos profesoras se producían sólo en EEUU, ante la impotencia de una Casa Blanca que nunca ha logrado sacar adelante normas federales para limitar la posibilida­d de comprar un fusil de asalto con casi la misma facilidad que se adquiere un cepillo de dientes. En un planteamie­nto incomprens­ible visto desde una sociedad europea, los estadounid­enses parecen dispuestos a convivir con esta lacra y pagar el peaje moral

EEUU parece dispuesto a convivir con episodios espeluznan­tes, como la matanza en la escuela de Texas, para mantener la libertad de acceso a las armas

que supone que cada poco se produzca un hecho que estremece hasta las conciencia­s más duras. El poder que ejercen los grupos de presión de la industria del armamento y un mal entendido sentido de la libertad individual hacen que fracasen todos los intentos de regular la venta de armas y que se planteen soluciones tan peregrinas como la de armar a los profesores. Son las muestras de inmadurez colectiva de una sociedad que, en otros aspectos, ha dado tantas lecciones de progreso y avance social. La matanza de Texas del pasado martes es la segunda con mayor número de víctimas de todas las perpetrada­s en escuelas. Pero mucho nos tememos que, una vez pasada la conmoción, las armas seguirán estando en manos que quienes quieran comprarlas. Y sólo se compran para ser usadas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain