Sánchez señala al CNI para congraciarse con los separatistas
● El jefe del Ejecutivo no aplaca el descontento de sus socios por el espionaje pese al anuncio de más medidas de control ● ERC le reprocha que abra puertas “peligrosas” contra la democracia
Pedro Sánchez anunció ayer más medidas de control del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para intentar cerrar la crisis abierta por el espionaje político con el sistema Pegasus, pero ni esas iniciativas ni sus explicaciones han convencido al Govern ni a ERC. El presidente del Gobierno compareció ante el Pleno del Congreso para aclarar ese espionaje a dirigentes independentistas, del que se desvinculó repetidamente, ya que afirmó en todo momento que fue el CNI el que decidió el seguimiento previa autorización judicial.
Ese aval judicial lo llevó a afirmar que los servicios de Inteligencia han actuado siempre dentro de la ley, pero lo ocurrido ha permitido una reflexión para concluir que se pueden reforzar aún más las garantías con el máximo respeto a los derechos individuales de los ciudadanos.
A ese objetivo van dirigidos los dos anuncios hechos por el jefe del Ejecutivo: la aprobación de una nueva ley de secretos oficiales (la actual data de 1968) y la reforma de la ley orgánica del control judicial del CNI.
Fuentes del Gobierno apuntaron que la primera de esas iniciativas podría iniciar su tramitación antes del verano, pero la segunda se prevé que sea posterior al ser ley orgánica. “Vamos a continuar trabajando para redoblar la seguridad y blindarla lo máximo posible en el futuro”, recalcó Sánchez tras anunciar que la máxima responsable del CNI acudirá a dar cuentas anualmente al Congreso.
Sánchez, que repitió en numerosas ocasiones durante su comparecencia la transparencia que demuestra en todo momento el Gobierno, defendió la actuación del CNI ante la situación que vivía Cataluña. En ese contexto, reconoció que la declaración de independencia y los sabotajes en Cataluña fueron una enorme fuente de preocupación para la seguridad nacional, y de ahí que se solicitara autorización para actuar y el juez acordara las medidas oportunas.
Pero afirmó que las actuaciones de los servicios de Inteligencia no están sometidos a una decisión discrecional del Gobierno en general ni de él en concreto, algo que ha asegurado que nunca pasará con él como presidente.
Sí reiteró su disposición a desclasificar “con la mayor celeridad” toda la información sobre el espionaje si lo solicita un juez.
Sánchez lamentó que este asunto haya afectado a la confianza con el Govern y con ERC, pero está dispuesto a volcarse para reconstruirla. Para ello está pendiente de fijarse la fecha de una reunión con
Abascal tiende la mano al PP para no dar ningún “balón de oxígeno” al Gobierno
el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y un nuevo encuentro de la mesa de dialogo entre ambos administraciones que ha ofrecido que sea “cuanto antes”.
Pero sus anuncios y ofrecimientos no convencieron a Aragonès, quien advirtió de que “las preguntas esenciales continúan sin respuesta” y, por ello, ha pedido “explicaciones claras y responsabilidades”
En esa línea, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, exigió a Sánchez que explique qué delito cometió Aragonès para ser espiado, y le reprochó que argumente un espionaje ilegal y abra puertas “peligrosas” contra la democracia.
“En un país donde la principal ley es la ley del silencio, no es un país, es una mafia. España huele a cerrado y es de un patriotismo tóxico que asusta”, añadió, además de instar al Gobierno a dejar de “chantajear” a sus socios parlamentarios con leyes sociales.
También los portavoces de Jxcat, Pdecat y la CUP calificaron de insuficientes las explicaciones de Sánchez y le reprocharon no asumir su responsabilidad por lo ocurrido, y apoyos del Gobierno como EH Bildu y Más País han cargado contra el Ejecutivo por espiar a sus propios socios.
Jaume Asens (Unidas Podemos) valoró los anuncios de Sánchez relativos al CNI pero le pidió más valentía en la agenda social y territorial y se comprometa de verdad con el diálogo en Cataluña, y el portavoz del PNV, Aitor Esteban, dio la bienvenida a las medidas aunque pidió aún más y no cerrar en falso el caso del espionaje.
El cara a cara entre Sánchez y la portavoz del PP, Cuca Gamarra, tuvo un apartado especial después de que el presidente del Gobierno aprovechara su comparecencia para cargar contra la corrupción del principal partido de la oposición. Su “gula para apropiarse de dinero público” y la creación de “policías paralelas” cree que alimentan la “corrupción financiera y democrática” del PP, a quien ha reprochado desalojar a dirigentes (en alusión a Pablo Casado) que denuncian esos comportamientos.
Gamarra le preguntó si el ataque a su móvil por el sistema Pegasus le ata “de pies y manos” y si se conocerá algún día “qué agente externo” fue responsable del ataque y si lo están investigando.
Frente a las críticas del PP, de Vox (Santiago Abascal tendió la mano al PP para no dar ningún “balón de oxígeno” al Gobierno) y de Cs, Sánchez aseguró que seguirá impulsando medidas sociales hasta agotar su mandato.