Una batalla táctica con las cartas marcadas
● Tanto Ancelotti como Klopp han ido amoldándose a las características de sus futbolistas para el dibujo
No hay mucho espacio para el factor sorpresa desde lo táctico en el reencuentro de Liverpool y Real Madrid en una final de la Liga de Campeones. Los onces tan definidos como los dibujos de dos equipos amparados en el 4-3-3 como sistema de cabecera, que Carlo Ancelotti modifica en fase defensiva con un cuarto centrocampista en citas de grandeza, para aumentar la protección con la entrada de Fede Valverde.
“Lo más importante para mí son las características de los jugadores, tú no puedes presionar arriba con un jugador gordo jugando en punta”, bromea Ancelotti, ajeno a la presión de una gran final, a la cita con la historia, a la oportunidad de conquistar su cuarta Liga de Campeones y convertirse en el técnico más laureado de Europa.
Bajo la broma, que rebaja tensión en su entorno y la plantilla, se esconde una realidad. La idea que tenía de un sistema intocable, no es válida en el fútbol actual. Debes adaptarte a las virtudes del rival, pero sobre todo a las propias de tu plantilla. Enterró los cuatro centrocampistas tras el primer golpe del curso en casa del Espanyol. Desterró el bloque bajo con la pobre imagen en el Parque de los Príncipes en la ida de octavos de final de
ante el PSG. Ni un disparo a puerta, un descrédito inaceptable para Llegó a afirmar el italiano que el 4-33 sería inamovible toda la temporada. Es el adecuado para las cualidades de sus jugadores más enchufados. Para premiar la evolución de los brasileños Vinícius y Rodrygo en las alas. Aunque el peaje fuese la falta de espacio para encajar la figura clave, desde lo físico, de Fede Valverde; aunque no hubiese una demarcación para la continuidad de Eden Hazard. Jugar con molestias ayudó a mantenerse en su idea a
“El sistema no es innegociable”. Su discursó varió cuando entendió que para ganar la Liga le daba sobrado con su idea táctica, pero que ante los rivales más duros en el camino a la final de París, debía fortalecer la medular donde habita un pivote, Casemiro, y dos interiores, Kroos y Modric,
que son la clave del juego. La entrada de Valverde revitaliza el físico del bloque.
Alejado de la personalidad ególatra de otros entrenadores, Ancelotti huye del elogio. Prefiere repartirlo a colegas, como Jürgen Klopp. “Él y Tuchel han traído al fútbol algo nuevo”.
La pizarra de Jürgen Klopp ha variado mucho desde su llegada en 2015. El alemán se encontró con un equipo mucho menos lanzado y vertical que el de ahora. También mucho menos rápido, porque ha pasado de jugar con Coutinho y Lallana a los habilidosos y veloces Mané y Salah, a los que ahora se suma Luis Díaz. Éstos fueron los puntales que permitieron el cambio de formación de Klopp, que dejó atrás el 4-2-3-1 para retomar el 4-3-3 de los equipos dominadores de la época.