Europa Sur

Los ‘gallos’ firman tablas

GIRO DE ITALIA ● El neerlandés Bouwman se impuso en una escapada y Carapaz sigue de rosa ● Landa tendrá otra oportunida­d de montaña en La Marmolada

- Efe

El neerlandés Koen Bouwman (Jumbo Visma), el rey de la montaña del Giro, volvió a saborear la miel de la victoria en la presente edición con triunfo en la decimonove­na etapa, disputada entre Marano Lagunare y el alto del Santuario di Castelmont­e, de 178 km, en la que los favoritos llegaron juntos y el Richard Carapaz (Ineos) mantuvo la rosa.

No hubo revolución en las montañas del Friuli. Hubo paz en el Santuario de Castelmont­e, donde Bouwman firmó su doblete de etapa y ratificó el maillot azul de la montaña, donde los favoritos se atacaron suavemente al final para llegar de la mano y sin cambios en la general.

Bouwman (Ulft, 28 años) ganó en Potenza y repitió en el lugar sagrado de Castelmont­e. Fue el mejor de la escapada del día y por velocidad ganó a los 4 rivales supervivie­ntes. Superó con el mismo tiempo de 4h.32.53 al suizo Mauro Schmid (Quick Step) y sacó unos segundos al italiano Alessandro Tonelli (Bardiani), al húngaro Valter Attila (Groupama) y al neerlandés Andrea Vandrame (Ag2r Citröen), quien se salió en la última curva.

Mientras ganaba Bouwman, los hombres de la general lanzaban los únicos y tímidos ataques del día. Lo intentaron Carapaz, Hindley y Landa, pero llegaron juntos a 3.56 del ganador. Si las fuerzas acompañan, lo volverán a intentar hoy sábado en La Marmolada,

un puerto “de verdad”. El ecuatorian­o tiene 3 segundos con el australian­o y 1,05 minutos con Landa.

Bouwman se encargó en su escapada de puntuar en cabeza en los dos primeros puertos de tercera, Villanova Grotte (3,7 km al 8) y el Passo di Tanamea (9 km al 5,4), sumando puntos por la maglia azzurra de la montaña. En la persecució­n el Bora redujoa 8 minutos la brecha. En la primera subida quedó cortado Richie Porte, un gregario de lujo de Carapaz en la montaña. Enfermo, el australian­o hubo de optar por el abandono.

El Giro entró en Eslovenia, el país de las figuras de hoy en día, de Pogacar, de Roglic, los reyes del ciclismo ausentes en la carrera rosa. Los protagonis­tas fueron otros, y la oferta nada menos que el inédito Kolovrat, un primera de 10,3 km al 9,2 y pendientes del 15, donde la fuga empezó a disolverse hasta dejar cinco en cabeza: Tonelli, Arensman Vendrame, Valter y Bouwman.

Un puerto exigente envuelto en un ambiente festivo, con fuertes pendientes mantenidas por encima del 10 por ciento, un escenario para jugar al ataque desde lejos, pero no cambió el decorado. Nadie se movió en el grupo de la alta jererquía. Carapaz, Hindley y Landa se dejaban llevar bajo el impulso del Bora. Solo restaba la subida al Santuario de Castelmont­e.

Una subida no demasiado dura, de 7 kilómetros al 7,8%, aunque con rampas del 14 al principio. Ni un milagro podía evitar el triunfo para un corredor del quinteto delantero. Los jefes del Giro iban a 8 minutos a 6 km de meta, pendientes de ataques de última hora. Todos intentaron sorprender, pero ninguno se pudo despegar. Era clave salir primero de la última curva, y eso lo sabía Bouwman.

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MAURIZIO BRAMBATTI / EFE El neerlandés Koen Bouwman gana la etapa de ayer.

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