Honores al rey absoluto
● El madridismo vibra en la celebración de la ‘Decimocuarta’, con éxtasis en Cibeles y fin de fiesta en el Bernabéu ● Visitas a la Almudena y al Ayuntamiento
Miles de personas se dieron cita en la Plaza de Cibeles para celebrar junto a los jugadores y cuerpo técnico del Real Madrid la decimocuarta Liga de Campeones, lograda el pasado sábado en París tras vencer 0-1 al Liverpool, con el gol del brasileño Vinicius Junior en el minuto 59.
Los integrantes de la plantilla llegaron a las 21:31 horas tras cambiarse al autobús descapotable tras la tradicional visita a la Catedral de la Almudena, al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Alrededor de la Cibeles se montó una plataforma y un escenario con una pantalla gigante, como en la reciente celebración del título de Liga, y los jugadores y cuerpo técnico se fueron bajando uno a uno del autobús acompañados de cánticos de “¡Campeones, campeones!” por los madridistas que se reunieron para disfrutar de la celebración.
Algunos de ellos ya habían estado allí la noche anterior, cuando tras el pitido final del partido la zona se llenó de aficionados que acudieron a participar de la alegría colectiva en el lugar tradicional de celebración de los éxitos del Real Madrid.
El encargado de ataviar a la diosa Cibeles con la bufanda y la bandera del club fue el brasileño Marcelo, quien vivió este domingo con especial emotividad debido a que es su última celebración como futbolista del Real Madrid y por ello se despidió con un beso de la diosa. El lateral izquierdo expresó en repetidas ocasiones su deseo de permanecer en la disciplina del club, pero su contrato, que expira el próximo 30 de junio, no ha sido renovado y ya tras la consecución de la decimotercera confirmó que el del Liverpool fue su último encuentro con la camiseta blanca.
Tanto Marcelo como Vinícius, Ancelotti, Alaba, Kroos y Courtois se animaron a cantar con la afición madridista y el belga Eden Hazard quiso dejar un mensaje de optimismo: “Llevo tres años aquí y el próximo año voy a darlo todo para vosotros”, dijo ante el cariño de sus compañeros y los aplausos de los fanáticos que también pidieron el Balón de Oro para Benzema.
Tras 40 minutos de celebraciones, con una af luencia de aficionados que recuerda a la séptima y la décima, en las que se rompieron muchos años de sequía madridista en Europa, los protagonistas retornaron de nuevo al autobús descapotable para dirigirse al estadio Santiago Bernabéu, donde se produjo el fin de fiesta.
Poco antes, se cerraron los actos
Thibaut Courtois
No he dormido mucho, tenía demasiada adrenalina para poder dormir”
institucionales con su visita al Ayuntamiento, en el que el alcalde, José Luis Martínez-almeida, hizo de maestro de ceremonias sin olvidar su favoritismo por el Atlético. El presidente del conjunto blanco, Florentino Pérez, volvió a ser el primero en bajarse del autobús y saludó en primera instancia a Martínez-almeida y a Begoña Villacís, vicealcaldesa.
Ambos recibieron a la junta directiva, cuerpo técnico y jugadores y Villacís no dejó pasar la oportunidad de hacerse una foto junto ala y al capitán Marcelo, quien en cada acto llevó el trofeo en sus manos. Los futbolistas entraron aclamados por los numerosos aficionados que se dieron cita en el recinto y que esperaron durante horas para ver a sus ídolos de cerca, hacerse fotos, recibir autógrafos e inmortalizar el momento en sus teléfonos. El acto lo inauguró la entrega Almeida con un discurso que comenzó con una broma acerca de su afición por el Atlético. “Desde hace 120 años Madrid acoge al mejor club del siglo XX y no sería complicado apostar porque van por el mismo camino en el XXI”, dijo un Almeida que destacó las virtudes como equipo y, además, le dedicó un mensaje a Courtois en referencia a sus palabras de que ahora estaba “en el lado bueno de la historia”, cuando rememoró la final que perdió en Lisboa con el Atlético frente al Madrid. Florentino y la plantilla firmaron en el libro de la Comunidad y se cambiaron los trajes por camisetas conmemorativas.