El avance ruso en Lugansk obliga a las tropas ucranianas a replegarse
● Washington anuncia el envío de lanzaderas de misiles de mayor alcance mientras Moscú califica esta acción de “provocación”
El avance de las tropas rusas en Severodonetsk, en la región de Lugansk, obligó ayer a parte de las fuerzas ucranianas a replegarse entre denuncias de una llegada insuficiente de armas al frente, justo cuando EEUU anunciaba el envío de lanzaderas de misiles de mayor precisión y alcance.
El Estado Mayor General de Ucrania afirmó en su parte bélico vespertino que Rusia tiene un “éxito parcial” en su asalto a Severodonetsk, donde “ha establecido el control sobre la parte oriental de la ciudad”, la última gran urbe en manos ucranianas en la región de Lugansk.
El portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Oleksandr Motuzyanyk, señaló que Rusia ha desplegado “su máximo potencial para llegar a la frontera de la región de Lugansk”.
Ante la presión militar, “una parte de las tropas ucranianas se retiró a posiciones más ventajosas y preparadas previamente, mientras que otra parte sigue luchando dentro de la ciudad”, señaló ayer el gobernador de la provincia, Serhiy Gaidai.
Sostuvo que el 70% de la ciudad está bajo control ruso, mientras que el portavoz de las milicias prorrusas, Andrei Marochko, aseguró a la agencia rusa Interfax que las tropas rusas y las separatistas controlan aún “más”.
Según Gaidai, la vecina Lisichansk, que las tropas rusas también quieren rodear, está en una posición estratégica mejor porque, aunque está cerca, se encuentra a una mayor altura.
Esta localidad está aún “completamente bajo control ucraniano”, pero en general las pocas localidades de la región que quedan en manos de Kiev –el 5%– “están constantemente bajo fuego” enemigo y es imposible organizar evacuaciones.
“No se gana rápido, pero ganaremos”, recalcó el gobernador, al tiempo que lanzó una crítica velada a Occidente: “¡Estamos esperando armas occidentales y preparándonos para la desocupación!”, recalcó.
En declaraciones a la televisión ucraniana explicó que “no habrá victoria inmediata por algunos Howitzer”, obuses M777 de 155 milímetros de Estados Unidos, de los que Ucrania ha recibido 90. “La tecnología (armamentística) está llegando, pero no en las cantidades que sería deseable. Y suministrar por separado uno o dos Howitzer al frente no tiene sentido”, enfatizó.
“Carecemos de armas pesadas para repeler al enemigo”, escribió a su vez el ministro de Defensa, Oleksiy Reznikov, en Facebook.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que “todos, en todos los niveles, ahora deben ser cabilderos para el suministro de armas pesadas y artillería moderna, todos esos sistemas que realmente pueden acelerar la victoria de Ucrania”.
Su homólogo estadounidense, Joe Biden, anunció casi en paralelo en una columna de opinión publicada por el diario The New York Times que Washington enviará más sistemas de misiles avanzados a Ucrania para lanzar ataques con mayor precisión y rango, dentro de un nuevo paquete de 700 millones de dólares de asistencia en armas.
El nuevo envío de armamento, solicitado por Zelenski desde el inicio de la guerra, incluirá los denominados High Mobility Artillery
Rocket Systems (Himars) Sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad, que permitirán ataques contra objetivos ubicados hasta a 80 kilómetros.
En este sentido, un funcionario del Gobierno estadounidense precisó que este sistema no se empleará contra territorio ruso, tal y como aseguró Zelenski a la Casa Blanca.
Una veintena de países prometió a finales de mayo donar más ayuda militar a Ucrania, como Dinamarca, que proporciona a Kiev una lanzadera de arpones y misiles para defender su costa, o Italia, Grecia, Noruega y Polonia con sistemas de artillería y municiones.
Rusia, sin embargo, no se cree las afirmaciones de EEUU y de Zelenski de que los Himars no serán empleados contra su territorio.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, advirtió desde Riad del riesgo de que otros países se involucren en el conflicto en Ucrania debido al suministro de lanzaderas múltiples de misiles. “Es una provocación directa destinada a involucrar a Occidente en una acción militar”, sostuvo.
Lavrov advierte del riesgo de que otros países se involucren en el conflicto