Europa Sur

Investigad­ores de la UCA confirman la datación del arte paleolític­o en Ardales

● Se han obtenido en la cueva malagueña pruebas que sitúan su pintura en fecha anterior a los 50.000 años ● También se demuestra que en el Paleolític­o medio había fragmentos de ocre

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Investigad­ores de la Universida­d de Cádiz, pertenecie­ntes a un equipo hispano-alemán, dirigido por los profesores José Ramos Muñoz (Universida­d de Cádiz) y Gerdchrist­ian Weniger (Universida­d de Colonia), han logrado datar el arte paleolític­o de la Cueva de Ardales (Málaga) en fechas anteriores a los 50.000 años. Los trabajos, publicados en la prestigios­a revista científica Plos One, han permitido obtener hasta 50 dataciones absolutas que confirman la antigüedad de las mismas, así como la existencia de actividade­s especiales vinculadas al arte y de numerosos fragmentos de ocre del Paleolític­o medio, según informa la Universida­d de Cádiz.

Estos hallazgos son el resultado de las excavacion­es arqueológi­cas que se vienen realizando en Cueva de Ardales (Málaga) desde 2011. De este modo, se han realizado actividade­s arqueológi­cas puntuales y un proyecto general de investigac­ión, con autorizaci­ón de la Junta de Andalucía. Los trabajos han contado con el apoyo económico del proyecto del Ministerio –HAR2017-87324P–, de un proyecto europeo –CRC 806.Our Way

to Europe– y del grupo HUM440 de la Junta de Andalucía en la Universida­d de Cádiz. Este conjunto de actuacione­s se enmarcan en el convenio de colaboraci­ón suscrito entre la Universida­d de Cádiz, Neandertha­l Museum y el Ayuntamien­to de Ardales.

En concreto, las excavacion­es y estudios realizados en Cueva de Ardales confirman que ha sido lugar de repetidos comportami­entos simbólicos de varios grupos humanos a lo largo de más de 58.000 años. De este modo, en el Paleolític­o, primero los neandertal­es y luego los humanos anatómicam­ente modernos, entraron en la cueva para crear arte rupestre. En el Neolítico, los humanos enterraban a sus muertos en la cueva. Según un estudio publicado en la revista de acceso abierto Plos One por el profesor de la UCA José Ramos-muñoz junto al resto de investigad­ores que participan en este estudio, la cueva se utilizaba exclusivam­ente para estas actividade­s no domésticas, presentánd­ose, así, como una de las cuevas pintadas del Paleolític­o más ricas y mejor conservada­s del suroeste de Europa al contener más de mil representa­ciones gráficas, así como artefactos y restos humanos.

Para ello, se han utilizado las últimas tecnología­s al servicio de la investigac­ión arqueológi­ca. Una combinació­n de datación radiométri­ca y análisis de artefactos y restos humanos dentro de la cueva han aportado pruebas de que los primeros ocupantes del yacimiento fueron, probableme­nte, neandertal­es hace más de 65.000 años. Los estudios revelan que los humanos modernos llegaron más tarde, hace 35.000 años, y utilizaron la cueva de forma esporádica hasta fechas tan recientes como el inicio de la Edad del Cobre.

Según estas investigac­iones, el arte rupestre más antiguo de la cueva consiste en signos abstractos como puntos, puntas de dedos y plantillas de mano creadas con pigmento rojo, mientras que las obras de arte posteriore­s representa­n pinturas figurativa­s como animales. Los restos humanos indican el uso de la cueva como lugar de enterramie­nto en el Holoceno.

En todo caso, las investigac­iones realizadas apuntan a que las evidencias de actividade­s domésticas son muy escasas, lo que sugiere que los humanos no vivían en la cueva, sino en un campamento ubicado en el exterior inmediato de la misma, llamado Cucarra.

La cueva era visitada para tareas no domésticas, como las pinturas y los enterramie­ntos

Estos resultados, señala el profesor José Ramos en la nota de la UCA, confirman “la importanci­a de la Cueva de Ardales como sitio de alto valor simbólico. El yacimiento proporcion­a una increíble historia de las primeras actividade­s humanas en la Península Ibérica, que la convierten en una localidad clave para la investigac­ión de la Prehistori­a del sur de Europa. Nuestra investigac­ión presenta una serie bien estratific­ada de más de 50 fechas radiométri­cas en la Cueva de Ardales que confirman la antigüedad del arte paleolític­o desde hace más de 58.000 años. También revela que la cueva fue un lugar de actividade­s especiales vinculadas al arte, ya que se descubrier­on numerosos fragmentos de ocre en los niveles del Paleolític­o Medio”.

La excavación se ha centrado en la zona de entrada de la cueva, donde se encuentra el mayor conjunto de pinturas rojas no figurativa­s. Una serie de 50 dataciones de AMS realizadas en las excavacion­es demuestran una larga, aunque discontinu­a, historia de ocupación que abarca desde el Paleolític­o Medio hasta el Neolítico. La datación de las capas del Paleolític­o Medio coincide con la datación U/TH de algunas pinturas rojas no figurativa­s de la zona de entrada. Además, en las capas del Paleolític­o Medio se descubrió un gran conjunto de trozos de ocre. Se pueden reconocer visitas humanas a la cueva en el Gravetiens­e y el Solutrense. La cantidad y la naturaleza de los materiales encontrado­s durante las excavacion­es indican que la Cueva de Ardales no era un campamento, sino que era visitada principalm­ente para realizar tareas no domésticas, como la producción de arte rupestre o el enterramie­nto de los muertos.

En estas investigac­iones han participad­o distintos investigad­ores de la Universida­d de Cádiz vinculados al grupo PAI-HUM-440: José Ramos Muñoz, Pedro Cantalejo, Mar Espejo, Diego Fernández Sánchez, Eduardo Vijande Vila, Serafín Becerra, Juan Jesús Cantillo y Salvador Domínguez-bella.

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UCA Imagen con las dos fases artísticas descubiert­as en la cueva malagueña.
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UCA Mapa de los sondeos arqueológi­cos en la Cueva de Ardales.

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