Europa Sur

Vox abre campaña sin propuestas andaluzas

- Raquel Montenegro

Son las ocho y media de la tarde. Unas vallas delimitan un pasillo en la calle Asunción del sevillano barrio de Los Remedios, uno de los más conservado­res de la ciudad. Al final de ese pasillo rodeado de gente está el banco que el líder de Vox, Santiago Abascal, usó a modo de en 2015 y que quiere convertir en símbolo del fuerte crecimient­o de su partido desde entonces. Un símbolo en un partido construido sobre ellos, rodeado de banderas de Vox y de España, desde el que el presidente del partido reclamó el voto a los votantes del PSOE, advirtió al PP de que “no le dará un cheque en blanco” y aseguró que en Andalucía “se está ensayando la gran coalición”.

Abascal volvía ayer a su banco, aquel en el que asegura que se sintió ridículo en 2015 cuando intentaba convencer a los viandantes acompañado por diez figurantes. Esta tarde cientos de personas esperaban a su líder, en un acto convocado para la apertura de la campaña de las elecciones andaluzas, pero en el que el indiscutib­le protagonis­ta era él. Y en el que las propuestas concretas para Andalucía brillaron por su ausencia. El discurso propositiv­o de Vox es nacional, como lo es su escenograf­ía: algún despistado se había llevado una bandera andaluza que ondeó al principio, pero no al final del acto, cerrado con el himno de España.

El objetivo era reivindica­r ante sus fieles el camino recorrido desde los 18.000 votos de las andaluzas de 2015 a los entre 17 y 21 diputados que les augura el estudio preelector­al del Centro de Investigac­iones Sociológic­as. “No han parado de insultarno­s, de demonizarn­os”, criticó Abascal, pero “más pronto que tarde llegaremos al Gobierno de la nación y cambiaremo­s en rumbo de nuestra patria”. Para ello pidió “sin reproches” el voto a aquellos que votaron al PSOE en las anteriores elecciones, porque “si alguien va a defender a los obreros, a los más débiles, es Vox”. No olvidó a ninguno de sus colectivos objetivo: los cazadores, los trabajador­es de la industria, los jóvenes sin empleo. El caladero electoral del partido es variado: se ven en la concentrac­ión muchos mocasines, pero también muchas zapatillas.

A todos ellos prometió que no habrá cheque en blanco para la investidur­a, criticando las cábalas sobre la mayoría suficiente para que el PP gobierne, porque los populares “no han cumplido el acuerdo de investidur­a”. “La democracia parlamenta­ria exige mayoría absoluta”, reivindicó, y

“vuestras conviccion­es no van a tirarse por el retrete”.

es el lema de la campaña de las andaluzas. Esa es la idea fuerza que Vox repite como mantra: quieren participar del Gobierno andaluz e imponer sus políticas, asegurando ser capaces incluso de votar en contra de un PP que afirma estar dispuesto a repetir las elecciones en caso necesario. “En Andalucía están ensayando la gran coalición, no sabemos si será PP-PSOE o que uno se abstenga”, aseguró.

Sus forofos le despiden como le habían recibido: “Presidente, presidente”. Antes habían gritado también “presidenta” a la candidata a la Presidenci­a de la

Junta de Andalucía, Macarena Olona, que iniciaba su discurso asegurando que, tras entregar el acta, “ya soy toda vuestra”. En su arenga, las ideas fuerza de la formación: la negación de la violencia de género, la defensa de la familia “como pilar de la sociedad”, la crítica a un feminismo que “nos ha traicionad­o” y la crítica a la inmigració­n, tema recurrente en la formación, en contra de un multicultu­ralismo “que no funciona”, con “culturas que no son respetable­s” y al que también hizo referencia Abascal, que relacionó el colapso sanitario con la atención a los extranjero­s. Ninguna de ellas, sobre Andalucía.

 ?? JUAN CARLOS VÁZQUEZ ?? El presidente de Vox, Santiago Abascal, y la candidata, Macarena Olona, en el acto celebrado ayer en Sevilla.
JUAN CARLOS VÁZQUEZ El presidente de Vox, Santiago Abascal, y la candidata, Macarena Olona, en el acto celebrado ayer en Sevilla.

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