Los desplazados internos bajan de 8 a 7 millones
Shamanov admitió que la tan manida desmilitarización ucraniana puede llevar diez años.
El Kremlin habló de “ciertos resultados”, de la “protección” de la población de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, y de “muchas localidades” liberadas de elementos pronazis.
“Antes de la operación se les infundía que Ucrania era un Estado débil. Pero ahora ocurre que no se le puede derrotar pronto”, señaló la fuente. Ante la prolongación de las hostilidades, el discurso oficialista intenta vender la idea de que las tropas rusas ya no combaten con Ucrania, sino con la OTAN, cuyos países están suministrando ingentes cantidades de armamento moderno a Kiev.
Un 40% de los rusos ya considera que Rusia combate con la Alianza Atlántica, un adversario mucho más temible, lo que explicaría los retrasos a la hora de lograr la victoria en el campo de batalla.
En ese contexto, la operación especial ya habría terminado y ahora se encontraría en los prolegómenos de una “tercera guerra mundial”, como la llamó Olga Skabeeva, popular presentadora
El número de desplazados internos en Ucrania se ha reducido de ocho a siete millones en el mes de mayo, lo que supone el primer descenso de este colectivo desde que empezara la invasión rusa hace 100 días, indicó ayer la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). La última estimación de la OIM, realizada el 23 de mayo por la agencia de Naciones Unidas, registró el retorno a sus ciudades de origen de casi 4,5 millones de personas entre desplazados internos y refugiados. Los principales lugares de retorno fueron el norte del país (1,7 millones) y la capital Kiev (941.000), beneficiados del traslado del teatro de operaciones ruso al este del país. Los ucranianos están regresando a las grandes ciudades, bajo control del Gobierno ucraniano, y sus suburbios, mientras que en las zonas rurales el retorno es más lento.