Vía libre para el desmantelamiento parcial de la central de Carboneras
Los trabajos dejan fuera 11,25 hectáreas del parque de carbones y el vertedero de residuos no peligrosos
La Junta de Andalucía ha aprobado a efectos ambientales el Plan de Desmantelamiento parcial de las infraestructuras de la central térmica de Carboneras promovido por Endesa a la espera de que se concreten cuáles se van a “necesitar” para los proyectos que se plantean en el Plan Futur-e impulsado para mitigar el impacto socioeconómico en la zona por el cese de actividad. La autorización ambiental integrada indica que la compañía espera declarar el cierre “definitivo” y “el término de todas las actuaciones” en enero de 2028 y que los trabajos se prevén en dos fases temporales.
Así, la duración de las tareas de desmantelamiento y demolición, excluida la remediación de suelos por contaminación en caso de ser necesaria, se fija en “cuatro años” mientras que se prevé que en el “último trimestre de 2026” comiencen las tareas relacionadas con la clausura del vertedero que mientras continuará activo.
El calendario, que ha sufrido “retrasos” según se recoge en las alegaciones, sitúa en diciembre de 2027 el que la compañía pueda disponer de “todos los certificados de aceptación provisional” por demantelamiento, remediación de suelos y clausura del vertedero de residuos no peligrosos.
La resolución de la Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible en Almería establece que, en tres años, Endesa deberá presentar la planificación del desmantelamiento total de todas las instalaciones y de las infraestructuras que queden sin retirar. Señala, asimismo, que la remediación de suelos será objeto de otro proyecto específico que se hará en función del uso futuro del emplazamiento, así como la clausura del vertedero de cenizas, yesos, y escorias.
EL pasado martes fue un día en el que quienes asistíamos –creo que hablo por todos– a la entrega del X Premio Clavero que Grupo Joly y su cabecera junto a la Fundación Persán promueven quedamos gratamente estupefactos al escuchar el discurso de la premiada. Se trata de Pilar Manchón, una filóloga –¡humanista!– e investigadora universitaria que ostenta un cargo de división de honor en asuntos tan globales como la dirección estratégica de investigación en la más global de las empresas, Google. (Si quieren, vean en este periódico las crónicas de Ignacio Martínez y Magda Trillo.) Su alocución fue digna de recuerdo: media hora sin papeles y con alta elocuencia y orden expositivo, con gracia y humildad, con precisión y propósito, aportando reflexiones de largo alcance y a la vez local y regional, y encima aliñando su memorable faena con pinceladas familiares, estudiantiles y hasta futboleras. Silicon Valley no paga fantasmas; no en vano las principales compañías del mundo radican allí. Estuvo descomunal, la verdad. De gran premio. Muy esperanzadora. Pero...
El cargo de Manchón, junto con otros muchos pares, es estratégico en el organigrama de un gigante tecnológico (y mucho más que tecnológico, pero esa es otra cuestión). La estrategia es el alma grande de la gestión de empresas, que trata de la adaptación de una empresa a su entorno: es una disciplina práctica pero que aspira ser filosófica (la filosofía reflexiona sobre la relación del hombre con el universo). En estrategia, la
es un pilar conceptual, que alude a la conveniencia de ofrecer algo diferente a lo que ofrecen los rivales, y más preciado para los demandantes (clientes, pacientes, estudiantes, votantes). Pilar resultó interpelante