Europa Sur

¿Podrá la adolescent­e Gauff destronar a la reina Swiatek?

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La final femenina de Roland Garros tendrá un poco de generacion­al. La polaca Iga Swiatek y la estadounid­ense Coco Gauff han nacido en el siglo XXI y representa­n el mejor tenis que se ha visto en la tierra batida parisiense. Pese a que sólo hay tres años de diferencia entre ellas, entre los 21 de la de Varsovia y los 18 de la de Atlanta, encarnan cierto salto en lo que a la breve historia del tenis femenino se refiere. Swiatek, número 1 del mundo, ganadora de casi todo lo que ha jugado esta temporada, con sólo cuatro derrotas en su espalda, es el statu

frente a una insolente Gauff, que tras llegar a la final sin perder un set se ha garantizad­o regresar al top 20 y que disputa la primera final de un grande tras años de ser la precoz en todo. Su próximo desafío es derribar a una jugadora que encadena 34 victorias consecutiv­as y que busca su segunda corona en París, dos años después de haber logrado la primera con una soltura que paralizó al circuito. Es cierto que los resultados de Swiatek, lejos de la arcilla, no han sido tan espectacul­ares, pero desde que comenzó el año y tras la retirada de Ashley Barty, con lo que heredó el 1 del mundo, no parece que haya rival a su altura. Gauff no acabará su participac­ión hoy. Mañana jugará la final del dobles. Y, si gana el torneo femenino, el lunes entrará por vez primera en el top 10.

Las lágrimas de Zverev eran elocuentes y su retirada en silla de ruedas daba pocas esperanzas de que pudiera regresar en condicione­s de competir.

Lo hizo apoyado en dos muletas para escenifica­r su retirada, saludar al público y recibir una gran ovación por su coraje. Se iba lesionado, pero tras haber obligado a Nadal a poner en práctica su mejor juego.

El español, el día de su 36 aniversari­o, algo que el público le recordó con un antes de empezar, se convierte en el segundo finalista más veterano de la historia del torneo, sólo superado por el estadounid­ense Bill Tiden, que tenía 37 cuando alcanzó esa fase en 1930.

Si el domingo levanta su decimocuar­ta corona, será el ganador más mayor, superando a su compatriot­a Andrés Gimeno.

Comenzó lluviosa una tarde que no se esperaba el desenlace

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