“Cádiz tiene sol, viento, mareas... puede ser referente en energías”
● El ex senador lamenta el “abandono” del Gobierno de Moreno Bonilla de la apuesta por la innovación, “una gran oportunidad para la provincia”
–Tiene una amplia trayectoria política, pero no ha formado parte del Parlamento de Andalucía.
–He tenido la suerte de que en pocos años he estado en en el Ayuntamiento de San Fernando, en la Diputación y en el Senado. Solo me queda el Parlamento Andaluz para completar el círculo. Me hace especial ilusión. Siempre me ha gustado más el gobierno, me siento más útil, pero esto es una oportunidad para defender a la provincia.
–-¿Cómo fue el paso de dejar el puesto de senador, por la situación con Susana Díaz?
–Desde antes de las Primarias ya lo tenía claro. En esto soy bastante alineado con lo que me piden que haga. Juan Espadas me llamó, tuvimos una conversación sobre el partido y las necesidades que había y me planteó el cambio. No tuve problemas, no negocié nada. Casualmente fue para Susana Díaz, aunque era para otra persona en principio, pero las circunstancias fueron así.
–La relación con el secretario general del partido, con el presidente Pedro Sánchez, no ha sido buena desde el principio. No sé en qué punto está ahora.
–Hay gente que está en política, más que para cambiar las cosas, para que no lo cambien a él y en mi caso eso no ha ocurrido nunca. Cuando veo un charco no lo bordeo, sino que me tiro de cabeza: si veo algo que tengo que cambiar lo digo, lo afronto. Ahora vemos en la política autonómica, y provincial en este caso, que es difícil que alguien conozca a un delegado territorial o casi a la delegada del Gobierno. Nadie sabe quiénes son porque no se meten en la friega política de solventar temas. Para lo bueno y lo malo siempre he sido muy reconocido, porque donde he visto un problema ahí he estado. En el caso orgánico, igual. Es verdad que aposté por otras opciones. Se me ha achacado mucho un que publiqué, que fue una equivocación. Uno puede discrepar, pero no hacer ese tipo de exposiciones. Hay compañeros con los que me puedo sentir más alineados que con otros, pero Pedro Sánchez ha demostrado en este tiempo que ha sabido sobreponerse a todas las dificultades –no ha habido nadie que lo haya tenido más difícil para llegar, para estar y para seguir gobernando– y para mí es mi secretario general, mi presidente, al que defiendo con entusiasmo. Que apostara por otra opción es algo normal en un partido democrático.en las primarias fui con Susana Díaz, pero desde que ganó Juan Espadas he trabajado con él desde la lealtad absoluta.
–La relación con Juan Espada, ¿es buena, entonces?
–Es muy buena. Lo conozco desde hace años, desde que era portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento y él, consejero de Vivienda. En mi tarea de viceconsejero de Presidencia, él era alcalde de Sevilla y teníamos un trabajo permanente, sobre todo en temas de subvenciones europeas para operaciones importantes en el puerto y en otros espacios de la ciudad. Somos amigos, aparte de compañeros.
–¿Cómo se presenta la batalla en la provincia?
–Parece que las elecciones van a estar muy reñidas, no solo por partidos, sino por bloques, porque las mayorías han desaparecido. Creo que se necesita un cambio de modelo y de representación, porque hay una gran ausencia de política en Andalucía y en la provincia, y en ese sentido el PSOE ha renovado su lista en Cádiz. Echo en falta a históricos políticos, sobre todo en el partido del gobierno, en el PP, que han tenido una voz muy potente y de defensa de los problemas de Cádiz.
Creo que el PSOE volverá a ser la primera fuerza aquí, incluso subiendo el número de parlamentarios. Todo apunta a una desaparición de Ciudadanos y ese voto se transferirá a otros partidos. Espero que los resultados nos permita afrontar el gobierno de Andalucía, porque hace falta un cambio absoluto en sus políticas. –Pero las encuestas acercan al PP a la mayoría absoluta.
–Yo estaba en la Viceconsejería de Presidencia en 2018 y no hubo ninguna encuesta que dijera que el PSOE no iba a seguir, pero el PP, con el peor resultado de su historia, gobierna. Lo que dicen las encuestas y lo que pasa después cambia mucho. Hay gente que está menospreciando la maquinaria del PSOE, y cuando la pone en marcha es capaz de movilizar mucho electorado en Andalucía. En 2018 obtuvimos 500.000 votos menos que cuatro meses después en las generales. Hubo una baja participación. Dependerá de la movilización: si estamos cerca del 60% de media de participación, el PSOE podrá gobernar. Si es más baja, sí tendríamos dificultades. Pero creo que habrá una gran movilización: la gente de la Educación, las mujeres, la gente joven, colectivos de la dependencia, que han visto peligrar algo que eran derechos consolidados en Andalucía. En sanidad el empeoramiento es evidente: antes tardaban tres días para una cita médica y ya te quejabas, ahora son 15 días. –¿Cómo se afronta el auge de la ultraderecha? ¿Tienen datos sobre Vox en la provincia?
–Tenemos datos y preocupación. Ya pasó en las últimas generales y en las autonómicas que tuvieron una subida. Ahora parece que todavía siguen creciendo, fundamentalmente a costa de la derecha, del PP, y de muchos indignados, personas cabreadas porque lo están pasando realmente mal. Eso nos dice a todos que tenemos que cambiar mucho las cosas, porque la política está para cambiarlas y hacerlas mejor. Entiendo que haya personas que están frustradas o enfadadas con el sistema. Es también responsabilidad de los que hemos gobernado y por tanto el que llegue al gobierno de Andalucía debe hacer todo totalmente diferente: hay mucho que cambiar, y mucho por hacer, porque hay un crecimiento enorme de la desigualdad. Mientras que en la transición democrática todo era construir ascensores sociales para igualar, para que una persona naciera donde naciera tuviera garantizado un sistema médico de calidad o la oportunidad de ir a la universidad; cada vez hay más dificultades. Eso es lo que lidera la ultraderecha: el descontento con la política. Por eso lo miro con preocupación: no solo que vengan ideas que para mí son difícilmente respetables, especialmente cuando tratan de inmigración, mujeres o ciertos valores, sino porque vienen de un desencanto de la política. Es donde tenemos que dar una respuesta los partidos de izquierda. –¿Qué necesidades tiene la provincia de Cádiz?
–Estamos en un periodo de enorme cambio y transformación. Son cambios disruptivos y muy acelerados. Nada se hace como antes: ni consumimos, ni nos divertimos, ni las cosas
Fui con Susana Díaz pero desde el día que ganó Juan Espadas he trabajado con él con lealtad absoluta”
Hay personas que están enfadadas con el sistema, quien llegue al Gobierno debe hacerlo totalmente diferente”
se fabrican como antes... Todo ha cambiado y eso es una gran oportunidad para la provincia si somos capaces de apostar por la innovación. Lo que hoy se está fabricando en China es muy posible que vuelva a fabricarse en Europa, pero de manera diferente: con energías sostenibles, con robotización, con digitalización. Así que o lideramos esa transformación hacia las nuevas formas de producir y consumir o perderemos de nuevo el barco. Hay que producir esas energías diferentes y Cádiz tiene sol, y tiene viento, y tiene mareas, y tiene todo lo que podemos necesitar para convertirnos en una referencia en energía. Su situación estratégica es una oportunidad para el desarrollo. Pero el PP ha abandonado en estos años la apuesta por la innovación. Por ejemplo, el Centro de Fabricación Avanzada está cerrado y era una demanda de Airbus cuando en la provincia iban muy bien, entonces nos decían que o poníamos este centro que diera innovación y un valor añadido a lo que hacían o en unos años cerrarían. Hoy Airbus Puerto Real ha cerrado. No han hecho el centro tecnológico del vino, ni el centro de innovación logística. No han apostado por la formación avanzada en aeronáutica y otros sectores. Hay que apostar por la innovación para atajar el principal problema que tiene la provincia que es el desempleo.