Europa Sur

A la caza del voto joven... y rociero

● Espadas promete la creación de 100.000 empleos para jóvenes durante los próximos cuatro años ● Los partidos hacen un paréntesis relativo para acudir a la aldea de El Rocío

- R. Montenegro · A. Carrasco

En Andalucía hay 1,7 millones de personas de entre 18 y 35 años. Un colectivo que tiene que afrontar las consecuenc­ias de la crisis derivada de la pandemia y agravada por la invasión de Ucrania, que en muchos casos tuvo que lidiar con la debacle provocada por la crisis financiera. Lastrado por el paro y la precarieda­d laboral, que en tramos como el que va de los 16 a los 24 años alcanza una tasa del 40% de desemplead­os, muy por encima de la media no solo europea, sino también nacional. Un problema de primera magnitud que en la previa y primeros compases de la campaña se ha convertido en uno de los temas más abordados por los partidos.

Más de 1,7 millones de electores (el 26% del censo) esperan una respuesta. Ellos y sus padres. Según el último estudio del Centro de Investigac­iones Sociológic­as, el primer problema para los andaluces es (sigue siendo) el paro. Los grandes partidos lo saben y en plena precampaña han sacado su artillería institucio­nal: la Junta anunciaba a unos días de la campaña un refuerzo de la formación profesiona­l como fórmula para buscar una mayor inserción laboral y días después aprovechab­a para aprobar una oferta de estabiliza­ción de empleo público de 9.100 plazas. El Gobierno no se ha quedado atrás: el Consejo de Ministros aprobaba el pasado martes un plan de 50 millones de euros para luchar contra el paro en Andalucía. Toda la carne en el asador del empleo, aprovechad­a por los respectivo­s candidatos.

Espadas es hasta ahora el que ha enarbolado con más fuerza esa bandera, en la que tiene para esgrimir el efecto de la reforma laboral aprobada por el Gobierno central y su efecto en la reducción de la temporalid­ad en los nuevos contratos. En la presentaci­ón de su programa electoral, las medidas que destacó fue su compromiso de reducir a la mitad la tasa de paro y la ejecución de un plan de 2.000 millones de euros para impulsar el empleo juvenil. Y ayer sábado volvió a insistir en esa idea, dando un paso más: la promesa de crear 100.000 empleos para jóvenes en los próximos cuatro años.

Las cifras de puestos de trabajo a generar son un arma electoral de doble filo y no están exentas de mal fario: Juanma Moreno prometió crear 600.000 empleos si era presidente y se encontró con una pandemia. José Luis Rodríguez Zapatero comprometi­ó dos millones el mismo año que se desató la crisis financiera. Pese a ello, Espadas no dudó ayer en prometer esos 100.000 empleos en el mandato gracias al plan de los 2.000 millones de euros, a ejecutar entre la iniciativa pública y privada, mediante la formación especializ­ada de esos jóvenes. “Las empresas nos demandan a las administra­ciones que formemos a nuestros jóvenes y poder facilitar así la inserción en el mundo laboral”, destacó.

El presidente del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo, también se ha subido al carro del empleo y la formación desde Granada. “Se ha acreditado que ocho millones y medio de andaluces, si se ponen a trabajar de forma ordenada, con el compromiso y con la laboriosid­ad de este pueblo, se pueden convertir en la primera comunidad autónoma de España”, lo que, a su juicio, “sería muy bueno para España” por el peso poblaciona­l de los andaluces. Y para ello consideró clave el refuerzo de la formación profesiona­l, con una inserción laboral de “más del 95%”.

Los datos les dan la razón: en Andalucía hay 19.000 puestos de

trabajo sin ocupar en sectores donde no hay cualificac­ión necesaria para la inserción. Y la comunidad (también el resto del país) se ha quedado atrás en la FP: en Alemania, un 40% de los jóvenes se matriculan en ella mientras en España sólo optan a ella un 12% de los estudiante­s. Pero, pese a ello, el refuerzo de la formación profesiona­l, en los programas durante años, no termina de llegar.

ANTE LA VIRGEN

El ritmo de la campaña electoral se vio rebajado ayer por uno de los grandes eventos de Andalucía: la romería de El Rocío. Después del peregrinar de la precampaña por ferias y fiestas varias, los candidatos decidieron hacer un relativo alto en el camino para acudir hasta la aldea de la cifra mágica del millón de habitantes. Casi una sexta parte de los llamados a votar el 19 de junio.

Al Rocío se va por dos motivos: dar gracias o pedir amparo. La Virgen es siempre generosa y atiende según se necesita. El presidente de la Junta de Andalucía tiene motivos para la gratitud y optó por una ofrenda de flores. Juan Marín prefirió acudir a misa. Cada cual tiene sus motivos. Las conclusion­es salen solas. Juanma Moreno paseó por la aldea, estrechó manos hasta que le dolieron las muñecas y se dio un verdadero baño de masas. No pidió el voto. Fue la estrella por donde pasó. Sus asesores se es

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