“Le muestro respeto por luchar por nosotros”
● El dolor por las muertes se deja sentir incluso en las localidades pequeñas
Las bajas de Ucrania en la guerra con Rusia son un secreto, pero a medida que se recrudecen los enfrentamientos en el Donbás el dolor por las pérdidas se deja sentir incluso en las localidades más pequeñas.
Novyi Vytkiv es una pedanía agrícola de unos mil habitantes en el oeste de Ucrania, a unos 80 kilómetros de Leópolis. Es un lugar en el que hay que conducir despacio porque hay vacas sueltas que pueden cruzar la carretera. En esa aldea acaban de enterrar al segundo vecino caído en la guerra, Volodimir Dmitras, de 28 años, que murió en Donbás, en la disputada Severodonetsk, por un ataque de la artillería rusa. La muerte de este soldado refleja una parte de la guerra: la superioridad de fuego de Rusia, el incesante goteo de muertes y la voluntad inquebrantable de los ucranianos en seguir la lucha, empujados por un fuerte nacionalismo.
Su despedida ha congregado a más de un centenar de vecinos, incluida una veintena de soldados. Su viuda, Yulia, apenas puede mantenerse de pie por el dolor. La pareja tiene un hijo de menos de dos años.
Tras la ceremonia en una pequeña iglesia ortodoxa, el cortejo fúnebre se dirige al cementerio y algunos de los vecinos se arrodillan a su paso para reconocer al caído.
“Le muestro respeto por luchar por nosotros. Es muy duro porque
era una gran persona, y además era un buen amigo”, explica uno de los que hizo ese gesto, Volodimir, que tiene una pequeña tienda cerca de la casa del soldado muerto.
“Es un héroe”, agrega. “Los rusos no nos dejan otra alternativa que luchar”, responde sobre el sacrificio de su amigo. “No hay otra”, añade después de un silencio.
Ocultar las muertes propias en combate y exagerar las del enemigo es habitual en tiempos de guerra, y tanto Rusia como Ucrania han dado pocos datos sobre sus pérdidas totales para mantener la moral alta.