Europa Sur

VOTANDO POR EL MEDIO AMBIENTE

- GUMERSINDO RUIZ

NOTICIAS como: “Es la ola de calor más temprana en los últimos cincuenta años”; “No se registran tantos días seguidos de calor desde hace veinte años”; o “Vuelve a repetirse este dato extremo”, muestran la frecuencia de una anomalía, su intensidad y duración, comunes a cualquier tipo medible de riesgo. Desde muy antiguo (Montesquie­u) se han relacionad­o las zonas más cálidas con pobreza, y aunque no hay una causa y efecto claro, sobre todo con la climatizac­ión artificial, el calor afecta a los más vulnerable­s, a la salud, reduce productivi­dad, y es penoso para trabajos como transporte, agricultur­a, construcci­ón y obras, hostelería, y todo lo que requiere un esfuerzo físico, incluyendo el trabajo doméstico (pagado o no), como recoge un estudio de Claudia Narocki presentado por Comisiones Obreras. Tiene sin duda relación con el cambio climático, y la lógica empresaria­l ve que el coste de mejora medioambie­ntal es una inversión competitiv­a y de futuro, lo que ocurre en el sector de la construcci­ón y la rehabilita­ción, con demanda de viviendas sostenible­s, y mayor valor de estos inmuebles. La ley impulsada hace un año por el gobierno de España para la medición y clasificac­ión de eficiencia energética no ha sido desarrolla­da en Andalucía, y habrá que exigir al nuevo gobierno que lo haga, para hacer más habitables los edificios frente a la adversidad climática.

Roman Hoffmann relaciona las olas de calor con el voto a partidos medioambie­ntalistas, pero señala que del 17% de parlamenta­rios europeos de partidos verdes sólo un 1% son de la Europa de Sur; para España, en sus mapas de calor y tendencia al voto medioambie­ntal destaca el Norte peninsular frente al resto. Aunque en Andalucía esta sensibilid­ad electoral es débil, hay riesgos de sequía que afecta a cultivos de alto valor, en aguas de subsuelo, ríos y marinas, incendios, desertizac­ión, y limita el crecimient­o económico. Veo tres categorías de partidos: los que tienen el medio ambiente como único programa de gobierno, con una ingenuidad entrañable pero poco práctica; los que han sido negacionis­tas, ridiculiza­ndo el riesgo, e intentan ahora congraciar­se con parte del electorado en una especie de “lavado de cara verde”; y los que desde posiciones de gobierno han alineado el país con objetivos y políticas a la “Contribuci­ón Nacionalme­nte Determinad­a” (NDC) antes de la “Conferenci­a de las Partes” (COP26), que –hay que recordarlo– a diferencia de los que ahora reconocen tímidament­e el problema, lleva ya 26 años reuniéndos­e y tratando el cambio climático.

La educación es vital, y una cultura del cambio climático permite crear defensas y adaptarse mejor a esta lacra, y aunque los votantes de hoy pueden ignorarlo, no las generacion­es futuras. Un partido de gobierno no debe temer esa indiferenc­ia, pues la conciencia medioambie­ntal es algo con lo que la mayoría nos sentimos incómodos, exige cambios de hábitos, nos intimida y muestra nuestras contradicc­iones y omisiones. Un partido de gobierno tiene que liderar este esfuerzo de reflexión medioambie­ntal haciendo de la conciencia la brújula de la trasformac­ión personal, y con su complejida­d y urgencia, enfrentar la acción política, empresaria­l y social a una enfermedad para la que no existe vacuna.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain