Europa Sur

JUNTO AL RÍO

- EDUARDO JORDÁ

ESTOS días, por la mañana, cuando el calor no alcanza aún cotas bíblicas –como en el horno ardiente del rey Nabucodono­sor–, voy a caminar junto al río Guadalquiv­ir. Si hay algo que defina Andalucía, es este río grave y majestuoso que nace en Sierra Morena y desemboca en Sanlúcar de Barrameda. En estos días, como es natural, procuro escuchar lo que dicen las docenas de personas que van a caminar y a hacer deporte junto al río. Si uno va sin escuchar música y presta atención a las conversaci­ones de la gente que va en grupo, todo se oye, todo se sabe. Ahora mismo, yo imaginaba que las conversaci­ones iban a centrarse en la política, en vista de la cercanía de las elecciones. Pero después de un arduo trabajo de campo –quince días seguidos escuchando–, estoy en condicione­s de afirmar que nadie habla de política. Ni siquiera los pescadores de caña, que se echan horas y horas esperando que pique algún pez despistado –¿una carpa, un albur, tal vez un milagroso barbo de cuatro kilos?– y que tienen a sus vecinos de asiento a menos de dos metros, se dignan conversar de política. Algunos escuchan la radio, otros escuchan música por los auriculare­s, y otros practican la variante andaluza de la meditación zen –la técnica vipasyana–, que consiste en mirar cómo pasa el agua y cómo pasan las nubes y cómo

¿De qué hablan los paseantes que van cada día al río a hacer deporte? De perros

pasa la vida hasta que llega la iluminació­n silenciosa y la hora de volver a casa.

¿Y de qué hablan los demás paseantes que van cada día al río a hacer deporte? Pues de un tema sobre el que existe unanimidad absoluta: los perros. Dolencias de perros, noviazgos de perros, hábitos de perros, manías de perros, neurasteni­as de perros, tarifas de veterinari­os… De los debates televisivo­s entre candidatos se habla poco –o más bien nada–, pero de los perros hay opiniones y discusione­s interminab­les que se repiten día tras día. Si los candidatos quieren fomentar el interés de los ciudadanos por sus propuestas, quizá debieran incorporar un debate sobre mascotas –seguridad social, ¿sí o no?, veterinari­os gratis, ¿sí o no?–, porque les aseguro que el tema suscita un entusiasmo ilimitado. En cambio, de los temas llamémosle­s serios se habla poco. O nada, en realidad. Si esto es bueno o malo –un signo evidente de felicidad o por el contrario un indicio inquietant­e de indiferenc­ia–, no soy quién para decirlo. Yo me limito a caminar junto al río.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain