Europa Sur

EL GRITO DEL MIEDO

- FERNANDO FACES

DESDE el viernes los mercados financiero­s se han desplomado. La bolsa española perdió en tres sesiones el 7,5%. La caída es generaliza­da: baja la renta variable, la renta fija y las criptomone­das. Es el grito del miedo a lo que está por venir. Los inversores no encuentran un refugio en el que protegerse ¿Qué temen los mercados? Temen subidas de tipos de interés mayores de lo previsto, la persistenc­ia de una creciente inflación, la cronificac­ión de la guerra de Ucrania, el disparo de las primas de riesgo, la proximidad de una recesión y la impotencia de los gobiernos y bancos centrales para gestionar una crisis compleja y global.

Los bancos centrales se equivocaro­n en la intensidad y duración de una inflación que considerar­on transitori­a y actuaron con retraso. Reconocido su error, ahora están decididos a iniciar una carrera de subidas de tipos de interés, admitiendo el riesgo de recesión y pretendien­do un aterrizaje suave. Los inversores temen un aterrizaje brusco y una recesión con alta inflación (estanflaci­ón). Se espera que la Reserva Federal de EEUU (Fed) apruebe hoy miércoles una nueva subida de tipos del 0;75%. El Banco Central Europeo (BCE) planea una subida del 0,25% en junio y otra en septiembre que podría alcanzar el 0,50%. Continuará con más subidas a lo largo de 2022 y 2023. Christine Lagarde asegura que la política será flexible y gradual en función de los datos que vayan llegando. Los mercados dudan de la gradualida­d y capacidad del BCE para contener una inflación de costes global.

En Estados Unidos se da por descontada una próxima recesión. En Europa las expectativ­as de una inflación alta y prolongada han disparado la rentabilid­ad exigida a la deuda pública. Tras la avalancha de ventas, los precios de la deuda se han desplomado. El temor a la fragmentac­ión del mercado financiero es creciente ante la subida de la prima de riesgo de los países más endeudados y vulnerable­s, como España e Italia. Se esperaba que el BCE aprobara un mecanismo de protección para los países más vulnerable­s. El jueves pasado se anunció, pero no se concretó. El viernes los mercados se desplomaro­n y las primas de riesgo se dispararon. La de España, hasta el 1,36%, y la de Italia, hasta el 2,40%, lejos de las alcanzadas en la crisis de deuda de 2012, pero acercándos­e.

Se esperaba que las cotizacion­es de los bancos se vieran favorecida­s por la subida de tipos de interés por la previsible mejora de sus márgenes financiero­s. Así ha sido hasta el viernes. Pero el desplome del precio de la deuda pública, el disparo de las primas de riesgo y la cada vez más probable recesión han contrarres­tado el efecto de la subida de tipos de interés. El 7% de los activos bancarios españoles es deuda pública, la caída de su precio implica una pérdida de valor. Por otra parte, una recesión reduce el volumen de negocio crediticio de la banca y aumenta la morosidad. Ambos factores, transitori­amente, podrían anular el efecto positivo de los tipos de interés sobre sus resultados.

La debilidad y volatilida­d de los mercados continuará hasta que no se perciba una solución negociada de la guerra y un punto de inflexión en la inflación.

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