Rusia asume que la URSS volverá si no varía su economía
Rusia asume que su economía debe cambiar tras las sanciones occidentales sin precedentes por la campaña militar en Ucrania y para evitar un retroceso a los tiempos de la URSS, lo que implica reducir su dependencia de las exportaciones y estimular la iniciativa privada, señaló ayer el Banco Central. “Las condiciones externas han cambiado para mucho tiempo, por no decir para siempre”, afirmó la gobernadora del Banco Central de Rusia (BCR), Elvira Nabiulina, en San Petersburgo. A su juicio, está claro que la situación “es muy compleja, muy desafiante” y por ello se trata de ser “flexible” ahora. “Hay que responder a estos cambios de manera proactiva”, afirmó. Ello en un momento en el que el propio BCR augura la peor recesión este año desde 1994, con una caída del PIB de entre un 8% y un 10%. también trataron la cuestión del suministro de armas para reforzar las capacidades de defensa de las fuerzas armadas ucranianas y Zelenski aprovechó la ocasión para pedir una vez más apoyo urgente.
La situación es “muy inestable” en las regiones del país afectadas por la ofensiva rusa y cada envío de armamento “salva vidas humanas”, aseguró. Agregó que Rusia ataca “guarderías y escuelas” e hizo referencia al gran número de soldados y civiles abatidos hasta la fecha, un motivo por el que Ucrania necesita “sistemas antiaéreos eficientes”.
En respuesta a su llamamiento, Macron anunció el envío de seis cañones pesados autopropulsados tipo mientras que Scholz, blanco de numerosas críticas por la lentitud del apoyo militar alemán, dijo que ha aprobado el suministro de radares que ayuden a defender ciudades contra ataques aéreos. Además, indicó que Alemania ha llegado a un acuerdo trilateral con Estados Unidos y con el Reino Unido para proporcionar a Kiev lanzacohetes múltiples.
En vísperas de la visita de los líderes europeos se especuló con que pretendiesen presionar a Zelenski para aceptar compromisos de cara a un eventual acuerdo de paz con Rusia, un extremo que todos ellos negaron.
Scholz subrayó que no puede haber una “paz impuesta” y que deben ser “el Gobierno, el Parlamento, el pueblo de Ucrania” quienes decidan lo que es aceptable para alcanzar una paz que todavía está “muy muy lejos”.
Draghi ahondó en la misma idea y señaló que una solución diplomática no puede prescindir de la “voluntad” de Kiev, sin la cual no es posible construir una paz “duradera y justa”. En este sentido, Zelenski aseguró que Rusia no está dispuesta a abandonar su “curso de confrontación” y que para retomar las conversaciones estancadas, Ucrania está a la espera de “propuestas” y de “acciones reales” por parte de Moscú.
Recordó que incluso la presencia de los líderes europeos no disuadió a Rusia de amenazar ayer la capital ucraniana, donde sonaron por dos veces las alarmas antiáreas, la primera poco después de que los jefes de Gobierno se bajaran del tren que los llevó a Kiev.
Macron defendió sus conversaciones telefónicas con el líder ruso, Vladimir Putin, y subrayó que aunque ahora la situación en el campo de batalla “no permite” retomar las negociaciones de paz, las conversaciones con el Kremlin son útiles y “tienen que producirse”.
El presidente rumano, Klaus Iohannis, destacó por otro lado los esfuerzos para transportar por vía férrea cereal ucraniano y aliviar la crisis alimentaria que ha ocasionado la invasión del país, uno de los principales exportadores de cereal del mundo.
Pidió también la apertura de corredores marítimos para exportar de forma segura por el Mar Negro las toneladas que grano que permanecen bloqueadas en los puertos ucranianos.
Mientras, Rusia lanzó ayer un duro alegato contra la UE, a la que acusó de estar subordinada a la OTAN y a la política estadounidense y de dejarse llevar por la “rusofobia”, especialmente tras la entrada de miembros del este del continente en la UE. En una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a las relaciones entre la UE y la ONU, el embajador ruso, Vassily Nebenzia, dijo que su país “no tiene interés en desarrollar relaciones con este órgano (la UE)” y se contentará con mantener con ella “una actitud de cautela”.