Laliga y Florentino Pérez retoman su enfrentamiento
para arrancar con buen pie una campaña que va a ser más ambiciosa si cabe que la última. Sancho quiere superar con creces los 5.000 abonados de la pasada temporada y atacar los 7.000 para tener garantizado el lleno cada partido que se dispute en el Nuevo Mirador. El factor campo ha sido uno de los puntos fuertes de un equipo que se ha quedado a las puertas de repetir presencia en el playoff de ascenso a Segunda.
El Algeciras, además, quiere reconciliar esa relación entre la Feria y el fútbol. Y qué mejor que hacerlo ahora con el regreso de la mayor fiesta de los algecireños tras dos años de interrupción por la pandemia del coronavirus.
El club ha vivido a lo largo de su historia etapas de tener una fuerte presencia en la Feria o ni pisarla. Las diferentes directivas que han gobernado la institución en las últimas décadas han vivido de todo: algunas apostaron por montar caseta y otros dirigentes consideraron que la semana de Feria era un periodo de desconexión obligada. El debate existe desde siempre y argumentos hay de todos los colores. Por supuesto, la Feria ha sido compañera de celebraciones del algecirismo en más de un ascenso.
La realidad a día de hoy es que el Algeciras quiere aprovechar el tirón que se extiende entre su afición y dar continuidad al ambiente de convivencia que se ha regado durante toda la temporada. La Feria se puede convertir en un magnífico escaparate para sumar a más adeptos a la causa, sobre todo desde la hospitalidad de una caseta rojiblanca que va a intentar llenar de algecirismo cada día con diversas actividades de la mano de dirigentes, jugadores y caras conocidas. La presentación de la campaña de abonos va a ser solo el punto de partida.