De Lewandowski a Malinowski
Con Joaquín Parra y Pablo Alfaro de padrinos, Alberto del Campo presentó ‘El Gran Teatro del Fútbol’ en la sede de la Carbonería
(La Esfera de los Libros), donde funde sus dos pasiones, la frustrada y la consumada.
Como invitados de excepción, dos modelos de lo que él siempre soñó, dos futbolistas de élite en un derbi muy cordial: Joaquín Parra (Sevilla, 1961) y Pablo Alfaro (Zaragoza, 1969), integrantes de ese universo de “héroes y villanos del deporte que explica nuestro mundo”, como reza el subtítulo del libro. Un público heterogéneo: antiguos alumnos del instituto del Polígono San Pablo, donde era profesor Juan Eslava Galán; compañeros de su etapa de futbolista, con el Bigote, el técnico que lo entrenó en el Azuaga; profesores de Antropología, incluido el legendario Pedro Cantero, burgalés con quien el autor del libro viajó a los Andes ecuatorianos, “donde también se habla de fútbol, como en la selva de Camerún”.
Pablo Alfaro disputó nueve derbis “y no perdí ninguno”. Recordó al entrenador que cuando llegaban al Benito Villamarín “nos ponía el himno de la Legión”.
El trianero Joaquín Parra vivió unos años en el Betis “en los que casi siempre estuvimos por encima”. Luego jugó en los dos equipos de Madrid, donde sirvió de arma arrojadiza entre el Atlético de Jesús Gil y el Madrid de Mendoza.
El Gran Teatro del Mundo cuenta lo que no se ve en los escenarios. “Tres de cada cinco futbolistas de la élite se arruinan; a tres de cada cinco los dejan sus parejas”, dice Alberto del Campo en este nuevo rol que le dio la vida. Joaquín Parra, como Gordillo, terminó su vida balompédica en el Écija, en el fútbol modesto del que no llegó a salir el autor del libro, que ve en la metamorfosis de Pablo Alfaro “un cambio del Clint Eastwood de Harry el Sucio al de Los puentes de Madison”. Incluso le leyó un mensaje de Pardeza, compañero en el Zaragoza, en el que decía todavía recordar “sus patadas en los entrenamientos”.
En la antropología del fútbol hay un antes y un después en España con el libro de Vicente Verdú, que además fue cronista en los partidos del Mundial de España. El libro se presentó veinte años después de la faena de Al-gandur en el España-corea con un jovencísimo Joaquín que está en perfecto estado de revista para Catar 22. La portada del libro es la mano de Dios de Maradona. Dios es fundamental en esta historia. “El fútbol es de los pocos acontecimientos en los que se produce la comunión”, dice el antropólogo de Primera que fue futbolista de Tercera.