España, centro del mundo occidental
ESPAÑA, y concretamente Madrid, afronta esta semana un evento de primera magnitud mundial: la Cumbre de la OTAN. El acontecimiento supondrá la mayor concentración de líderes internacionales desde el inicio de la guerra de Ucrania, con la participación de 30 países, algunos de los cuales son los de mayor peso económico y militar del mundo, como EEUU, Reino Unido, Francia o Alemania. La cumbre se celebrará en un momento especialmente complicado para la seguridad mundial y europea. De hecho, el tema central de la cumbre será cómo seguir afrontando la invasión rusa de Ucrania, un conflicto que ha situado a Occidente al borde del conflicto armado generalizado y que ya ha supuesto el inicio de una nueva era en la que la globalización retrocederá puestos mientras, probablemente, volveremos a ver un mundo bipolar con dos bloques con visiones del mundo muy distintas: el occidental-democrático (en torno a EEUU) y el oriental-iliberal (con China como líder). España, como miembro de la OTAN, debe ser solidaria con sus aliados a la hora de afrontar los difíciles retos que se avecinan. Estamos en el mejor de los bloques posibles, el que garantiza mayores cuotas de libertad, respeto a los derechos humanos y desarrollo económico.
España, como miembro de la OTAN, debe ser solidaria con sus aliados ante los difíciles retos que se avecinan. Estamos en el mejor de los bloques posibles
Por tanto, no hay ninguna duda de que el Gobierno de España ha hecho bien en organizar e implicarse a fondo en esta Cumbre de la OTAN. Así lo opinan también la gran mayoría de los españoles, que apoyan la permanencia y participación activa de nuestro país en la Alianza Atlántica. Sin embargo, y sorprendentemente, esta aprobación de la OTAN no es compartida por una parte del Ejecutivo español y sus apoyos parlamentarios, que siguen anclados en un antiatlantismo prehistórico, propio de una izquierda totalmente anquilosada que sigue actuando como si la URSS aún viviese. La oposición de estos sectores gubernamentales a la Cumbre de la OTAN es ridícula y perjudicial para la imagen de España ante sus aliados. Una vez más, los ciudadanos tienen más sentido común que los políticos.