Unos 200.000 pacientes podrán beneficiarse del cannabis legal
● El Congreso de los Diputados debate hoy el texto que sentará las bases del uso medicinal de la sustancia psicoativa ● Las personas con dolores crónicos serán la diana preferente
España está más cerca de iniciar su primera experiencia con el cannabis medicinal que entre 200.000 y 500.000 pacientes podrían usar a finales de 2022 para mitigar los dolores o los efectos de sus tratamientos. Falta saber cuántos pacientes podrán beneficiarse finalmente, cómo lo tomarán y dónde lo comprarán.
Está previsto que el Congreso de los Diputados dé luz verde hoy al dictamen de la subcomisión del cannabis medicinal que sienta las bases de la regulación de esta sustancia con fines terapéuticos con una serie de recomendaciones que el Ministerio de Sanidad se ha comprometido a acatar.
A la espera de la votación del dictamen y de los votos particulares que han presentado la mayoría de partidos, una de las principales novedades que introduce el texto es ampliar las indicaciones del cannabis, inicialmente limitadas a los espasmos que sufren las personas con esclerosis múltiple, convulsiones en algunas formas de epilepsia y el dolor crónico no oncológico, también el neuropático. Finalmente, después de intensas negociaciones entre los grupos parlamentarios, las indicaciones se extienden a la endometriosis, al dolor oncológico y a las náuseas y vómitos derivadas de la quimioterapia.
“Se podía haber sido más generoso en la interpretación de la evidencia y haber incluido la anorexia de pacientes oncológicos y los trastornos del sueño”, comenta Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Complutense de Madrid. Basándose en la experiencia de Estados Unidos, Canadá,
Israel o Países Bajos, Guzmán lanza la cifra del 0,5% de la población como potenciales beneficiarios, lo cual se reduce a unos 200.000, una estimación “muy grosera”, reconoce el bioquímico.
De momento, lo ve como una terapia alternativa en segunda o tercera línea. En un futuro, vaticina que el CBD –el compuesto sin propiedades psicoactivas– sea uno de las primeras opciones antiepilépticas para epilepsias pediátricas y el THC –el principio activo con propiedades psicoactivas del cannabis– esté “cerca” de
La prescripción del fármaco correrá a cargo de los “profesionales sanitarios”
serlo para los trastornos del sueño, pero “se debe investigar más”.
Los grupos más relevantes a los que irá dirigido el cannabis medicinal son las personas con dolor crónico no oncológico y el de las que tienen cáncer. Pero nunca como primera opción.
La Sociedad Española del Dolor (SED) ve “muy lógico” que se vaya a incorporar como medicamento en un paciente en proceso oncológico, señala el coordinador de su Grupo de Trabajo de Cannabinoides, Jesús de Santiago. Según la Sociedad Española de Oncología Médica, la presencia de dolor es variable y depende del tipo y de la extensión de la enfermedad, así como de la tolerancia individual, de modo que estima que el dolor puede ser el síntoma principal del 40% de los que están en tratamiento y del 75% con cáncer avanzado.
No aclara el texto que debe aprobarse hoy en el Congreso de los Diputados quién va a dispensar estos preparados: abre la puerta a “explorar la alternativa” de las farmacias comunitarias, pero dice que “preferentemente” deben ser las hospitalarias.
La prescripción del cannabis se ha extendido finalmente a “profesionales sanitarios”, aunque dejando clara la preferencia de que sean los especialistas del área de cada paciente a tratar quienes sean los prescriptores.
De Santiago puntualiza que el médico debe sentirse “seguro” de que lo que está recetando también lo es, por lo que, al menos al principio, mientras avanza la experiencia del cannabis medicinal, deben ser los especialistas y con formación específica en cannabinoides los que receten estas sustancias.