Del baile al adiós
De todos son conocidos los hechos protagonizados de un tiempo a esta parte por Mónica Oltra a la sazón vicepresidenta de la Generalitat valenciana y portavoz del Gobierno de Ximo Puig. Posiblemente lo que sí se ignore por una mayoría de los ciudadanos sean las circunstancias que han llevado a la señora Oltra a dimitir de todos sus cargos tras un tira y afloja con su superior. El origen de tan polémico asunto se fundamenta en el momento que el marido de la hoy imputada es condenado a cinco años de cárcel por el Tribunal Superior de Justicia de la aludida Comunidad levantina. La causa, el abuso sexual de una menor tutelada por la Generalitat Valenciana de apenas quince primaveras. Los hechos quedaron probados en su día por la Justicia en dos sentencias. Años después la víctima denunció a la Consejería de Igualdad cuya dirección correspondía a Mónica Oltra quien, sin embargo, encubrió hipócritamente la referida denuncia. Ahora, con su puesto en la picota se resistió a abandonarlo retando a Ximo Puig a que la destituya previa amenaza de fracturar el propio Gobierno. Interpretó a la perfección un lastimoso papel de perjudicada arrogándose una inexistente persecución por parte de la extrema derecha. Paralelamente el Ministerio Público corrobora el hecho de que la encausada elaboró un plan para silenciar los abusos sexuales cometidos por su exmarido.
Entretanto el convencimiento de que ella continuaría en su puesto se acentuó. Fue el propio partido de Compromís el que, tras la acusación en su contra, organizó un festejo en decidido apoyo a Oltra. Ridícula celebración en la que todos los compromisarios jalearon a la interfecta saltando y bailando en una actuación más de cara a la galería que de otra cosa. Pero no duró mucho la alegría en casa del pobre. A poco de finalizarse la fiesta fueron los subordinados de la imputada quienes se hicieron otras cuentas y decidieron por mayoría asegurarse cargo y sueldo dejando en la estacada hasta la aquel día su superiora. A Mónica Oltra no le quedó otra alternativa que dimitir, asediada por su inculpación procesal. Tiempo tendrá para preparar su exculpación ya que deberá responder por su turbia gestión durante el abuso sexual a la menor por el entonces su cónyuge.
Días después, acosada por su imputación judicial y sin ninguna otra salida posible dimitió como diputada y vicepresidenta autonómica al tiempo que recriminó abiertamente el comportamiento del hasta entonces su presidente señor Ximo Puig. De la gloria a la nada, del baile al adiós.
Rafael Aguirre Grijalvo