Europa Sur

Pedro Sánchez decide ignorar a Juanma Moreno

- TEODORO LEÓN GROSS

INTERROGAD­A María Jesús Montero si el presidente del Gobierno telefonear­ía por fin a Juanma Moreno, se le inyectó la fonética, más que la mirada, en sangre. Estaba en la localidad de Nebrija para el quinto centenario del gramático, y era su momento para responder a Elías Bendodo, que en la rueda de San Telmo había destilado unas gotitas de vitriolo: “Han pasado ya días del 19-J y el presidente Sánchez no ha tenido la oportunida­d ni ha encontrado un hueco –estará muy liado el hombre– para telefonear al presidente andaluz, Juanma Moreno, por los resultados. Hombre, la cortesía...”. Y después añadió: “Eso sí, va a tener todo el tiempo para volver a estrechar lazos con el presidente de Cataluña que lidera un proyecto que pretende romper España”.

A Montero se le atragantó la pregunta. Ya se había cruzado con Bendodo algunos dardos a propósito de Abengoa, empresa que entró en el Consejo de Ministros del martes en estado crítico y salió cadáver. ¿Telefonear­ía Sánchez a Moreno? Respondió Montero: “Yo creo que los andaluces están algo cansados de que lo único que se escuche en las ruedas de prensa del Consejo de Gobierno sean ataques al Gobierno de España sin ningún tipo de fundamento. Pongámonos a gobernar a ver si ahora con mayor tranquilid­ad por la mayoría que tiene el Gobierno andaluz se tranquiliz­a y se pone a gobernar que es lo que tenía que haber hecho desde el minuto cero y deja de permanente­mente utilizar la confrontac­ión y el frentismo como único instrument­o”. Eso es todo lo que se pudo saber sobre si telefonear­ía Sánchez al presidente andaluz. Como en el chiste del detective que ve una colilla y comenta con profundida­d deductiva “aquí se ha fumado”, se diría que no habrá llamada.

Eso sí, María Jesús Montero destacó que ella no iba a caer como Bendodo en las palabras gruesas, de modo que en lugar de acusar a éste de mentir como se quejaba de que hubiera hecho él, ella lo acusó de faltar a la verdad. Todo un progreso. Sin duda, el espíritu de Nebrija le inspiraba una pulcritud verbal inusual. Contra pronóstico, apenas le dio un par de meneos a la gramática. Por lo demás, puede parecer paradójico denunciar la confrontac­ión con ese tono de confrontac­ión, pero no, es habitual entre la clase política. En fin, no se intuye que vaya a haber llamada.

Más allá de la anécdota, hay que ir a la categoría, como recomendab­a D’ors. Lo de telefonear y recibir al presidente andaluz, como a cualquier presidente, debería ser un automatism­o antes que una cortesía graciable. Un presidente de Gobierno no debería pensar que hacerlo o no depende de lo que se le antoje a él, como el pulgar del emperador en el circo romano. Claro que esto no es nuevo; antes bien, hay demasiados antecedent­es. Pero si actuar como Aznar es el modelo de Sánchez, tal vez eso lo explique todo.

No se trata de que Pedro Sánchez haya encajado mal, hasta indigestár­sele, que Moreno haya logrado ese sueño que va pareciendo imposible en esta parte del siglo XXI: una mayoría absoluta. Es fácil imaginar a Sánchez como la madrastra de Blancaniev­es ante el espejo de Tezanos, donde cada día puede ver que es el más alto y más guapo, y por tanto envidiado: “¿Mi Persona no logra mayoría absoluta y él sí? ¿Acaso no soy yo el mejor?”. Más allá de las parodias, Sánchez no ha encajado que su operación en Andalucía para relevar a Susana Díaz no haya salido bien, y especialme­nte por errores desde Madrid. La aportación de su gente de confianza, Bolaños & Lastra, resultó desastrosa; y ha metido mucho viento de cola a la apuesta de Feijóo. A Sánchez ya se le veía el malestar en su tuit transparen­te del 19-J:

Tras despachar la referencia al ganador, dedica el tuit no sólo a felicitar a Espadas después de empeorar los resultados, para enfatizar que sólo debía hacerse lectura andaluza, sino que además añade que su partido “será siempre garante de los servicios públicos, la igualdad y los derechos sociales”. No dice el único garante, pero ya se entiende. Es un tuit de felicitaci­ón en el que se le recuerda a los andaluces que se han equivocado masivament­e porque el garante guay es el PSOE. Se ve que Sánchez ha entendido los errores cometidos.

Conclusión: el presidente Sánchez parece decidido a ignorar al representa­nte no ya de un partido con el 43% de apoyos, sobre un millón y medio de votos, sino de ocho millones y medio de andaluces, léase todos los andaluces. Pero si no recibió a Juanma Moreno cuando arrebató el poder a Susana Díaz, que para él era su archienemi­ga Maléfica, ¿lo iba a hacer ahora que ha puesto el sanchismo en situación delicada? En el primer mandato tardó más de dos años largos, 881 días que dan la medida aritmética del sectarismo. De hecho, sólo lo recibió a regañadien­tes porque acaba de recibir a Pere Aragonès, apenas dos semanas después de llegar al cargo, y le advirtiero­n que rozaba la provocació­n. Con ese punto cesarista, va a seguir quedando pendiente la asignatura de asumir en Moncloa que las autonomías son parte esencial del Estado, que es un Estado de Autonomías.

ENTRETANTO

Entretanto se produce el debate de investidur­a, para el que aún falta docena y media de días, se van produciend­o ajustes en los portavoces. Teresa Rodríguez salió reforzada de los debates, y de la decepción unidapodem­ita, y sigue reforzando su perfil. Inmaculada Nieto, entre el cabreo oceánico de IU, ha optado por un perfil ausente tal vez dejando espacio para que la presentaci­ón de Yolanda Díaz se convierta en combustibl­e. Macarena Olona ha cambiado de tono, asimilando que esto es otra pantalla. En cambio Juan Espadas parece estos días dispuesto a hacer tanta o más oposición que en la precampaña, con una hiperactiv­idad quizá destinada a que nadie piense en que hay un vacío propicio para sacar el debate de su idoneidad. Las secuelas emocionale­s del 19-J se perciben muy bien estos días. También quienes están entendiend­o mejor que después de los resultados no se puede hacer lo mismo que antes. Claro que aún hay tiempo para entenderlo.

Quien no parece dispuesto a rectificar es Sánchez. Está agendando una nueva reunión con Pere Aragonès, con el que se vio esta semana, en la que también cerró el pacto de la memoria histórica con Bildu para llevar el franquismo hasta el felipismo, acirdado con la editoria ignominios­a de Egin treinta años atrás, en las fechas del asesinato de Miguel Ángel Blanco y del final de la tortura de Ortega Lara. Sánchez no parece entender que sus socios preferente­s de Esquerra y Bildu lo alejan mucho de la realidad social en comunidade­s como Andalucía.

Claro que al final esto no va de fotos en Moncloa, sino de la financiaci­ón autonómica, los pertes, las inversione­s, los fondos europeos. ¿Pero no es obvio que lo uno y lo otro está relacionad­o?

La Orden de la Consejería de Hacienda establece que es 0,36 euros el dinero por cada elector a partir de la franja del 35% de los votos. Sumados a la cantidad anterior, más de 5 millones por el excepciona­l resultado obtenido.

En el caso del PSOE-A, obtendría una financiaci­ón total de 3.056.165,15 euros. Esto supone un retroceso de un 10,9% en comparació­n con los 1.619.511,41 euros que logró por ambos factores en 2018, según los datos de la Cámara de Cuentas.

Los socialista­s obtendrán 1.442.200,95 euros por la suma de la financiaci­ón por escaños y votos. Aparte, tendrán 1.613.964 euros de financiaci­ón al multiplica­r la ponderació­n de su porcentaje de voto en estas elecciones, un 24,09%, por el censo de las andaluzas. Al PSOE le correspond­e 0,24 céntimos por ese 24,09% de voto.

La financiaci­ón previsible para Vox, tercer partido en las elecciones andaluzas, será de 1.791.905,45 euros. Por escaños conseguido­s, dos más que en 2018, y casi 100.000 votos más, le pertenecen 742.232,2 euros, un 21% más que los 613.575 euros de 2018. En cuanto a los envíos electorale­s (en 2018 no hicieron ninguno) le correspond­erían 0,16 euros por elector tras obtener un porcentaje de voto del 13,46%.

Por Andalucía, con 5 escaños y 281.688 votos, percibirá 354.609,8 euros por estos conceptos. En el caso de la cantidad que podría recibir por envío de la propaganda sería de 806.982,10 euros, resultante de multiplica­r 0,12 euros, la ponderació­n de 7,68% de los votos que acaba de cosechar, por el censo de las elecciones andaluzas. Por ambos conceptos esta coalición obtendría 1.161.591,9 euros.

En el caso de Adelante Andalucía su financiaci­ón por resultados electorale­s, dos escaños y 167.970 votos, será de 188,844,5 euros.

Al PSOE le correspond­en tres millones; a Vox, 1,8, y a Por Andalucía, 800.000 euros

 ?? J. J. GUILLÉN / EFE ?? El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, saluda al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a las puertas de La Moncloa en junio de 2021.
J. J. GUILLÉN / EFE El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, saluda al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a las puertas de La Moncloa en junio de 2021.
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