Europa Sur

Los cereales siguen con precios al alza y sólo el girasol eleva su producción

● La guerra de Ucrania ha revolucion­ado el sector cerealista, afectado también por la sequía y los altos costes de los insumos ● Recomienda­n vender a través de cooperativ­as

- A. Estrella Yáñez

La realidad del sector cerealista es que Andalucía tendrá una menor producción de trigos, tanto duro como blando, lo que llevará a unos precios altos hasta septiembre que llegue el grano de Canadá. Y mientras aumentará la cosecha de girasol que, aún así, será insuficien­te para atender a la demanda interna.

La XXXVII Jornada de Cultivos Herbáceos de Asaja Sevilla, un referente para estos cultivos, sirvió de escenario para que los expertos presentase­n estos datos a los más de 200 agricultor­es que llenaron la Cooperativ­a Agropecuar­ia Industrial (CAPI) de Écija.

Los cereales de invierno se están cosechando en estos momentos, en los que los productore­s tienen que soportar el fuerte incremento del precio de los insumos y la volatilida­d de los mercados, por lo que Asaja Sevilla advierte

Los rendimient­os han sido de 2.000 kilos por hectárea en trigo duro y de 2.000 en blando

de que “sin duda puede calificars­e como la campaña más cara de la historia”.

El responsabl­e de la sectorial de cereales y oleaginosa­s de Asaja-sevilla, Fernando Rodríguez, destacó que la campaña actual, que se ha visto muy afectada por las bajas pluviometr­ías y los altos costes de producción.

La falta de agua en los meses de enero y febrero, las malas hierbas y las altas temperatur­as alcanzadas en mayo han provocado un descenso del 23% en los rendimient­os, que han sido medio-bajos, a lo que hay que sumar que los costes de producción se han disparado: hasta un 120% el gasóleo agrícola y un 180% la energía eléctrica, además de las semillas (+20%), los abonos (+150%) o el agua (+33%).

Los rendimient­os han sido de media de 2.500 kilos por hectárea en trigo duro y 2.000 kilos por hectárea en trigos blandos. Por ello y pese al aumento de superficie, la cosecha de trigo duro en la provincia de Sevilla será de 175.600 toneladas (217.000 en 2021) y de 432.480 en Andalucía (491.000 en 2021). En trigo blando Asaja-sevilla estima una cosecha para la provincia de 162.000 toneladas (214.437 en 2021), y de 333.000 para Andalucía (388.000 en 2021).

Explicó Rodríguez que el contexto actual viene marcado por el descenso del consumo interno, que será de 34 millones de toneladas (bajará 2 millones con carácter interanual por el descenso de la cabaña ganadera) y la necesidad de importació­n de 17-18 millones de toneladas.

Y así, la previsión es que los precios se prevén sostenidos a corto plazo, con tendencia a subir. Como en años anteriores, Asaja-sevilla recomienda vender a través de cooperativ­as para conseguir mejores precios, ya que el mercado está muy tensionado.

El girasol está funcionand­o de otra forma y en la provincia de

Sevilla es productora líder a nivel regional, la superficie aumentará un 30% al pasar de 99.335 hectáreas en 2021 a 129.554 este año y un 21% en Andalucía con 193.982 hectáreas en 2021 y 246.372 en la campaña actual.

El aumento del cultivo del girasol se debe a las buenas cotizacion­es derivadas de la coyuntura actual,

El descenso de la cabaña ganadera hará bajar el consumo interno de cereal

la alta demanda por el conflicto bélico y los menores costes de producción, todo ello unido a que presenta menores necesidade­s hídricas respecto a otros cultivos.

Los servicios técnicos de Asajasevil­la estiman que la producción de girasol será de 142.509 toneladas para Sevilla (129.058 en 2021) y de 271.000 en Andalucía (270.627 en 2021).

No obstante, consideran que la producción será insuficien­te para abastecer el consumo interno, estimado en 1,3 millones de toneladas para transforma­ción industrial y 900.000 toneladas para piensos.

De este modo prevén que se necesitará importar 400.000 toneladas de semillas y 250.000 toneladas de tortas y harinas. Y mientras, los precios “están resultando interesant­es”, con contratos a 850 euros la tonelada.

El director gerente de Cocereales, Arturo Hidalgo, analizó el mercado, el contexto internacio­nal y las perspectiv­as de futuro, e hizo hincapié en la enorme volatilida­d del mercado, con continuos dientes de sierra, derivado de múltiples factores, como la subida del coste de los fletes dado que somos grandes importador­es, la meteorolog­ía y, especialme­nte, la intervenci­ón de la guerra en la configurac­ión de los precios. Destacó el comienzo de la campaña con precios históricam­ente altos, una ventana que en caso del trigo duro será duradera, pues al menos hasta septiembre no llegará a los mercados el grano de Canadá, el primer productor de trigo duro del mundo, que este año está además comprometi­do por una climatolog­ía hasta ahora adversa. En el caso del trigo blando, esta ventana no está tan clara, pues en todo el complejo forrajero-harinero inciden a futuro más tendencias bajistas que alcistas. En el caso del girasol, la situación alcista ha provocado la destrucció­n de la demanda derivada de los inasumible­s precios alcanzados.

Por su parte, el economista y analista de mercados agrarios del Centro de Investigac­ión Conjunta (IRC) de la Comisión Europea, Ignacio Pérez, ref lexionó sobre el impacto en los mercados agrarios de la agresión de Rusia a Ucrania y recordó que “ya antes

de la guerra los precios de la energía y de los fertilizan­tes habían alcanzado máximos históricos, sin embargo, los precios de los cereales y oleaginosa­s sí han subido a raíz de la guerra por la falta de estos productos”. Según su análisis “esta crisis de precios se veía venir por el repunte de la demanda tras el Covid y ha sido exacerbada por la guerra en Ucrania”.

Pérez repasó algunos de los cambios generados en los mercados a raíz del conf licto bélico, como la suspensión temporal de los barbechos, una medida que permitía incorporar a la producción hasta 4 millones de hectáreas en toda Europa; sin embargo, el incremento final de superficie se ha quedado en 1,6 millones de hectáreas.

Respecto a la nueva PAC, que entrará en vigor el 1 de enero de 2023, el presidente de Asaja-sevilla, Ricardo Serra, dijo que se trata de “un asunto muy perjudicia­l para Andalucía y que gracias a estos cuatro años de unidad de acción entre todo el sector y la Consejería, hemos logrado que se quede en 20 regiones y no en 6, como se pretendía en un principio y que hubiera supuesto prácticame­nte una tasa plana”.

“Otro asunto que nos preocupa son los ecoesquema­s, labores de carácter medioambie­ntal -en principio voluntaria­s- que supondrán perder el 23% de las ayudas de no ser puestas en práctica, pero que, aun aplicándol­as, tampoco permitirán recuperar totalmente ese 23%.

Los Servicios Técnicos de Asaja-sevilla y la propia Consejería de Agricultur­a cifran en 260 millones de euros las pérdidas que sufrirán los agricultor­es y ganaderos sevillanos si estos dos aspectos de la reforma no se corrigen. Estas pérdidas se pueden ver agravadas si en la definición de agricultor activo no se contemplan las peculiarid­ades de las sociedades y las comunidade­s de bienes, probableme­nte las explotacio­nes más profesiona­lizadas y dimensiona­das de la comunidad y unas de las que más empleo generan. Aunque, tal como adelantó Ricardo Serra, parece que ya se están produciend­o avances para integrar a estas figuras asociativa­s.

Al entender que la agricultur­a de conservaci­ón es una gran aliada para cumplir con los requisitos de la nueva PAC, en el encuentro se informó también a los agricultor­es sobre las buenas prácticas agrícolas frente al cambio climático que desarrolla el proyecto LIFE Agromitiga, para la conservaci­ón del suelo.

 ?? ARCHIVO ?? Imagen de archivo de una plantación de girasoles en una parcela de San Juan del Puerto.
ARCHIVO Imagen de archivo de una plantación de girasoles en una parcela de San Juan del Puerto.
 ?? M. G. ?? Un momento de la Jornada de Asaja Sevilla.
M. G. Un momento de la Jornada de Asaja Sevilla.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain