Macron y Borne reciben un aviso de la dificultad para forjar pactos
La jefa del Gobierno galo desgrana su programa entre los continuos abucheos de la Asamblea
El presidente francés, Emmanuel Macron, y su primera ministra, Élisabeth Borne, recibieron ayer un primer aviso de lo difícil que tendrán forjar acuerdos parlamentarios en una Asamblea Nacional sin mayoría y en la que cada grupo de la oposición les planteó condiciones difíciles o francamente imposibles.
Borne presentó ayer su programa de Gobierno para los próximos cinco años, en un discurso en el que reconoció que se abre una nueva era en la política francesa con la “búsqueda activa de compromisos” ante la “situación inédita” que se abre con una Asamblea sin mayoría del Gobierno pero con una oposición dividida que no ofrece alternativa.
Los franceses “quieren un Gobierno de acción” ante el complicado escenario internacional y doméstico, afirmó Borne, quien pidió espíritu de concordia porque “el desorden y la inestabilidad” no son una opción. También anunció, entre ruidosos abucheos de la oposición de izquierda, que se mantiene el plan gubernamental de reforma de las pensiones de jubilación, que incluirá retrasar la edad de retiro, aunque no precisó una cifra concreta. “Tendremos que trabajar un poco más de forma progresiva”, insistió.
Anunció que el Estado volverá a tener el 100 % del capital del gigante energético EDF (actualmente es el 84%) y retomó el plan para construir nuevos reactores nucleares para combatir el cambio climático y garantizar la soberanía energética de Francia. Siguiendo con cuestiones económicas, prometió que no subirán los impuestos, insistió en que el pleno empleo es posible y que a partir de 2026 se prevé reducir la deuda pública y que el déficit quedará por debajo del 3% del PIB en 2027.
En concordancia con los abundantes gritos y abucheos de buena parte de la oposición, el turno de respuesta mostró que el Gobierno tendrá que trabajar mucho y a fondo para lograr acuerdos, en los que la oposición venderá caro su apoyo. La líder ultraderechista Marine Le Pen destacó el “sentimiento de abandono que tienen los más vulnerables” y constató que Borne no se sometió a un voto de confianza de la cámara: “Ha hecho bien, porque no tenemos ninguna confianza en su Gobierno”.
La portavoz de La Francia Insumisa, Mathilde Panot, calificó a la sesión de “mascarada” porque el Gobierno no se sometió al voto de confianza. “Es hora de enseñarle el sentido de la palabra democracia”, espetó.