Sánchez y Aragonés se reunirán en La Moncloa la próxima semana
● Bolaños y Vilagrà cierran el 15 de julio como la fecha del encuentro y fijan las bases del documento que marcará la negociación futura
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se reunirán el próximo 15 de julio en La Moncloa, después de que ambos ejecutivos hayan cerrado un acuerdo marco para el diálogo en el que se comprometen a poner fin a la “judicialización” del conflicto.
Después de verse hace dos semanas en Madrid, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la
catalana de Presidencia, Laura Vilagrà, se reunieron ayer en Barcelona, en el Palau de la Generalitat, donde pactaron la fecha para la reunión de presidentes y fijaron las bases del documento que marcará la negociación futura entre los dos gobiernos.
La reunión de presidentes –la última fue el pasado 15 de septiembre en Barcelona, cuando se vieron antes de la mesa de diálogo– llega después de que Aragonès reclamara a Sánchez verse cara a cara para abordar la crisis generada por el caso de espionaje político al independentismo a través del sistema Pegasus.
Aquella polémica provocó que la Generalitat “congelara” relaciones con el Gobierno y dejara el proceso de diálogo en punto muerto, si bien Sánchez y Aragonès han coincidido desde entonces en eventos económicos pero sin haber mantenido en ningún caso una reunión formal.
Además de la fecha de la reunión de presidentes, Bolaños y Vilagrà pudieron cerrar el “acuerdo marco para el diálogo y la negociación” al que se comprometieron también hace dos semanas y que recoge la metodología de esa negociación entre ejecutivos.
Entre los objetivos del documento, que firman los dos titulares de Presidencia, está la “superación de la judicialización”, con el compromiso de ambos ejecutivos a “contribuir al fin de la judicialización del conf licto político, dado que incrementa la polarización y dificulta la búsqueda de soluciones”.
También se emplazan a la “búsqueda de acuerdos” mediante la vía política y las soluciones pactadas; y acuerdan hasta ocho aspectos metodológicos, como que habrá “un mínimo de dos reuniones públicas” de la mesa de diálogo en lo que queda de 2022.
Y se explicita un compromiso para “garantizar en todo momento los derechos fundamentales, la privacidad y la libertad política e ideológica de todas las personas que se identifican con posiciones políticas y democráticas en Cataluña, rechazando actos, decisiones o mecanismos ilegítimos que vulneren dichos derechos”.
Un punto que desde la Generalitat, según fuentes consultadas, se interpreta como un compromiso de “garantías” en cuanto a que no se repetirán situaciones como el caso Pegasus, si bien en el documento no se alude en ningún momento de forma directa a esta polémica.
En la rueda de prensa posterior a la reunión, el ministro de Presidencia consideró que Gobierno y Generalitat de Cataluña han “retomado” la “senda del diálogo”.
El acuerdo marco, según Bolaños, tiene “gran valor político” para la Moncloa, pues “certifica la estabilidad y solidez de las relaciones políticas e institucionales entre ambos gobiernos”, además de dar “un impulso definitivo al proceso de diálogo, que debe avanzar de manera importante en los próximos meses”.
La de Presidencia, por su parte, también destacó el acuerdo marco cerrado, que permite “hablar de garantías y condiciones para reforzar el proceso de negociación y es un documento habitual en la negociación de conflictos a nivel internacional”, pero dejó claro que la relación está lejos de estar “normalizada” entre los dos gobiernos.
En lo que sí coincidieron ambos es en desautorizar las palabras del ministro de Cultura, Miquel Iceta, quien se ha mostrado favorable en declaraciones a a que Jordi Turull (Jxcat) participe en la mesa de diálogo, pese a no formar parte del Govern; tanto Bolaños como Vilagrà han reafirmado que en la mesa de diálogo solo pueden participar representantes de ambos ejecutivos y no de partidos.
Lejos de la tensa imagen de abril, cuando tras el estallido del caso Pegasus, Vilagrà y Bolaños se reunieron por primera vez en Barcelona, pero se sentaron a distancia a cada lado de una mesa alargada y con rostros serios, en este caso el ambiente ha sido mucho más cordial, precedido por el encuentro de hace quince días.
Ese “deshielo” protocolario se ha visualizado en gestos como que Vilagrà ha salido a las puertas de la Generalitat a recibir al ministro, acompañado de la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugència Gay, y han charlado durante unos instantes distendidamente.
El acuerdo marco, según Bolaños, tiene “gran valor político” para el Gobierno