En el Parlamento
general socialista, Juan Espadas, para a continuación animar a los populares a ser “generosos”. El PP actuará con “generosidad”, a diferencia de otros grupos, contestaba sin nombrarlos Juanma Moreno en una comparecencia. Pero esa generosidad no va a llegar a perder el control de la Mesa.
Los escenarios abiertos son múltiples. Desde el PP se asegura tener una postura abierta y dispuesta al diálogo, es el mensaje que Moreno lleva repitiendo desde la noche electoral. La solución puede ser crear dos vocalías con voz pero sin voto o la cesión de un puesto a Vox (sus escaños podrían ser necesarios en las votaciones de otros órganos que requieren mayoría de 3/5) y la creación de una vocalía para Por Andalucía, aún con la diferencia que eso supondría entre uno y otro grupo. También entran en juego los puestos en otros órganos, como el Consejo Audiovisual o el de la RTVA.
En las negociaciones que está desarrollando la secretaria general del PP-A, Loles López, con el resto de grupos, los minoritarios también han aprovechado para reivindicar la máxima presencia en el nuevo Parlamento. El coordinador general de IU en Andalucía, Toni Valero, reclamaba públicamente a Moreno que “salvaguarde la pluralidad en los órganos parlamentarios”. Adelante Andalucía, sin grupo parlamentario, pide una interpretación flexible del reglamento del Parlamento para tener la máxima representación en todos los ámbitos, e incluso ha reivindicado tener presencia con voz pero sin voto en la Mesa aún siendo conscientes de que el reglamento solo prevé la presencia de los grupos.
Mientras se resuelve la estructura parlamentaria, el presidente de la Junta prosigue las conversaciones (como las califica el propio Moreno) y con distintos sectores para la configuración de un nuevo Gobierno. Poco a poco han ido trascendiendo detalles de esa nueva estructura: se buscará un Ejecutivo más de gestión que político, con la presencia de independientes y puede que sin la vicepresidencia económica que se había barajado inicialmente. Y con un mayor número de consejerías que el actual, que permita eliminar la acumulación de competencias que se da en algunas de ellas.
Una de las que más evidentemente está destinada a desgajarse es la macroconsejería que hasta ahora ostentaba el vicepresidente de la Junta, Juan Marín: la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local. Pero también se debate si separar las competencias medioambientales de otro mastodonte administrativo: la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Los ecologistas quieren; los agricultores, no. Con la ampliación del número de consejerías llegaría también el refuerzo de la administración periférica.
En cuanto a quiénes las ocuparán, Moreno repite: primero la estructura, después los nombres. Pero esos nombres no dejan de volar en las quinielas: por ahora se da por segura la permanencia en el Gobierno andaluz de la consejera de Empleo, Rocío Blanco, que fue nombrada por Ciudadanos pero cuya gestión es muy valorada por el presidente (y a la que se ha visto en mítines del PP). También la presencia del consejero de Salud, Jesús Aguirre, y de la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, aunque en este último caso podría ser en otro puesto. El nombre de Antonio Sanz ha salido asimismo a la palestra en muchas conversaciones y uno de los puestos que más debate genera (y propuestas) es el que deja Juan Bravo, consejero de Hacienda, al tener por delante la elaboración del presupuesto de un 2023 que será muy complicado. No se prevé conocer a los consejeros hasta finales de mes. Muchos de ellos se enterarán un par de días antes de ser nombrados.
Mucho antes tendrá que desvelar la identidad del presidente/a del Parlamento andaluz. La consejera de Cultura, Patricia del Pozo, y Loles López han sido las más mencionadas en las cábalas previas. Pero del mismo modo, parece que habrá que esperar hasta el último momento.
La intención del presidente es tener culminado todo el proceso de conformación del Gobierno el día 25 para celebrar un primer consejo el día 26. En esa semana también se quiere tener cerrada la estructura de las comisiones y los nombres de los senadores de adscripción autonómica: cinco del PP, tres del PSOE y uno de Vox. Por ahora, solo se ha confirmado que Susana Díaz seguirá siéndolo.
El presidente estudia la configuración de las consejerías; los nombres “vendrán después”