CANAL MADRID
UNA delegación en Madrid es fácil de llevar y su funcionamiento es sencillo. Es tal el cúmulo de noticias que se suceden en las tripas de la administración, tal cantidad de personajes que aparecen por la villa, tal concentración de nombres, hechos y palabras destinadas a las portadas, que el día se llena sin esfuerzo. Trabajar en una delegación en Madrid da lucimiento y se tiene la agenda llena de compromisos. El objetivo del periodista en este caso es elegir y diferenciar rápido qué es realmente lo interesante y preocupante para los jefes. Y los jefes, en cualquier medio, siempre son los espectadores o los lectores. Una cadena pública no puede perder de vista que ha de atender a todos los contribuyentes. En una parte de los casos con la aspiración de llegar a una mayoría y en otra, para asistir a todo tipo de minorías.
En el caso de la delegación informativa de Canal Sur en Madrid los puntos de mira son dos: contar lo que es primer plano, como el resto de medios, y nunca olvidar cómo afecta lo que se decide allí sobre los andaluces, tan cerca y tan lejos, y de qué manera estamos presentes.
Es inexplicable y descorazonador que en los últimos cuatro años la delegación de Madrid de Canal Sur se haya convertido en un nido de problemas. Tiene profesionales que superan los 30 años en la casa y no están asociados ni a comportamientos conf lictivos ni a trabajos politizados. Desde Madrid nunca hizo falta torcer nada y algo mal habrán hecho quienes llegaron a última hora.
Los andaluces votaron por la gestión cuando se decantaron por Moreno Bonilla en junio. Y las urnas confesaron claramente que están hartas de pactómetros, de los tertulianos de todos los y de consentir cesiones injustificables que se visten de coartadas en esas tertulias polarizadas. Todo se acaba y urgen las soluciones por encima de la palabrería y el extremismo. Llegó el tiempo de gestionar, según comentaba el presidente de la Junta en un acto del Grupo Joly. Pero en la cúpula de Canal Sur parece optarse aún por la represión y la imposición.