LA MEJOR CRÓNICA DEL REY FELIPE
EL rey Felipe ha pronunciado el discurso más conmovedor de su Reinado. No fue un discurso, fue una crónica de lo que vivió hace 25 años cuando se sumó a la manifestación de protesta por el asesinato de Miguel Ángel Blanco. La manifestación de la que salió el espíritu de Ermua, revivido ayer por unos minutos, tras varios años de un Gobierno en el que el respeto a las víctimas ha sido manifiestamente mejorable.
El alcalde de Ermua, socialista, ni siquiera invitó a participar en el homenaje a Marimar Blanco, la hermana del concejal del PP asesinado por ETA. Fue la Casa Real la que movió las teclas necesarias para que interviniera.
ETA, incapaz de soportar el éxito de la liberación de Ortega Lara tras más de 500 días encerrado en un zulo en Mondragón, se vengó secuestrando a Blanco y amenazó con matarlo si en tres días no se liberaba a varios terroristas. España no cedió al horrible chantaje y trabajaron de la mano, sin descanso, Policía, Guardia Civil y Ertzaintza. Al cumplirse la hora límite, tres etarras, tres asesinos, obligaron a Miguel Ángel a arrodillarse con las manos en la espalda y le descerrajaron dos tiros en la cabeza.
Todos los asesinatos son viles, pero el del joven concejal estremeció a toda España, con manifestaciones multitudinarias. En Ermua se sumaron a la manifestación todas las fuerzas políticas e incluso los dirigentes del PNV,
Describió el Rey el “sufrimiento colectivo” y clamó por el espíritu de Ermua y por no permitir que el tiempo borre la memoria
que pocas veces se mojaban hasta entonces. Y a Ermua acudió el príncipe Felipe para participar en la manifestación.
Ayer, tanto el alcalde de Ermua como Marimar y Pedro Sánchez mencionaron la necesidad de no olvidar y sobre todo de estar unidos contra el terrorismo. Sánchez incluso se refirió a que los ministerios de Interior y de Educación llevarán la voz de las víctimas a las universidades, colegios y formación profesional para que los alumnos sepan qué fue ETA. Sorprendente escucharlo en un presidente que promueve planes de estudios en los que las referencias a ETA son inexistentes y que gobierna con los apoyos de Bildu, el partido que acoge a los defensores de ETA y a miembros de la banda terrorista.
El Rey no suavizó los calificativos. Llamó “despreciable” el comunicado en el que ETA amenazaba con asesinar a Miguel Ángel, describió aquellas horas en las que se miraba el reloj con angustia. Recordó las oraciones y las velas, y la espera de las noticias del hospital, una vez descubierto el cuerpo al que se intentó inútilmente salvar la vida. Describió también don Felipe el “sufrimiento colectivo”, clamó por el espíritu de Ermua con aquella unidad frente al terrorismo, y clamó por no permitir que el tiempo borre la memoria, borre el relato.
En primera fila, Sánchez aplaudía. Incomprensible.