Europa Sur

Nubarrones sobre el futuro de la almadraba de Sancti Petri

● Pesquerías de Chiclana SL sigue sin contar con la concesión demanial para ocupar los terrenos de dominio público marítimo-terrestre, un trámite esencial para su instalació­n

- Pedro M. Espinosa

La recuperaci­ón de la almadraba de Sancti Petri no parece tarea fácil. Hay muchos y variados obstáculos para una vieja aspiración que se remonta al año 2003 pero que, hasta la fecha, sigue sin contar con un trámite indispensa­ble por Ley: la concesión demanial, es decir, el permiso para la ocupación, por parte de la empresa Pesquerías de Chiclana SL, de terrenos de dominio público marítimote­rrestre.

En marzo de 2004, la Demarcació­n de Costas de Andalucíaa­tlántico remitió a la Dirección General de Pesca el resultado de la tramitació­n de una solicitud de concesión realizada por Pesquerías de Chiclana SL, pero la misma no se llegó a resolver al afectar de manera directa al desarrollo de las pruebas de tiro de gran alcance que el Centro de Ensayos Torregorda realizaba de manera habitual y por la falta de licencia de pesca que debía otorgar la Secretaría General de Pesca Marítima.

Desde entonces, tras la recuperaci­ón del stock de atún rojo salvaje,

La suspensión de la licencia debía revisarse cada tres años, pero no se hace desde 2007

la aspiración de poder calar una almadraba en las aguas de Chiclana ha sido una constante, pero no sólo faltan trámites indispensa­bles, sino que el propio ministro de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón, Luis Planas, ya advirtió en su última visita a la provincia, con motivo de la campaña para los comicios autonómico­s, que la reapertura de la almadraba de Sancti Petri estaría inevitable­mente vinculada a un aumento de la cuota, un asunto que se debe tratar en la próxima reunión de la Comisión Internacio­nal para la Conservaci­ón del Atún Atlántico (ICATT), que estudiará el nuevo reparto de la cuota del atún el próximo otoño. Con la llegada de la pandemia se decidió mantener, con mínimas subidas, el reparto de 2020, que asignaba a España 6.107 toneladas.

De la cuota asignada a España, 24,43 toneladas –que representa­n el 0,4 % del total– sirven para cubrir los supuestos en que se sobrepase la cuota y para capturas realizadas por flotas no incluidas en las listas del censo específico. Para cubrir la captura accesoria de las f lotas de palangre de superficie y curricán para bonito del norte y la pesca recreativa se asignan 44,42 toneladas (0,7273 %), de acuerdo a la resolución. La norma fijó además una asignación de 5.322,78 toneladas, un 87,1501 % de la cuota total, para los buques y almadrabas incluidos en determinad­as listas del censo específico. A esta cantidad hay que sumar 1,4109 toneladas (0,0231 %) que se destinan a la almadraba de pequeños túnidos en el Mediterrán­eo. En cuanto al resto de la cuota, 714,55 toneladas (11,6995 %) se reparten habitualme­nte entre otros buques incluidos en el censo específico.

Planas reconoció que espera un “ligero aumento” de la cuota tras la próxima reunión, aunque aún no sabe “si será suficiente para asumir todos los proyectos que están a la espera”. “Honestamen­te, en el Ministerio y la Secretaría General de Pesca la lista de espera es bastante grande”, advirtió el ministro. Para finalizar, el titular de la cartera de Pesca asoció la reapertura a “una cuestión de oferta y demanda. Si tenemos más atún y podemos repartirlo será magnífico, pero necesitamo­s más cuota”, advirtió.

La cuestión de fondo no es sólo que la lista de espera haya crecido en los últimos años viendo la recuperaci­ón de la especie y la gran demanda de un producto de primera categoría, sino que en el sector existe un manifiesto recelo a la llegada de nuevos invitados al reparto de la tarta. Porque, más allá de los compromiso­s y de la historia marinera de Sancti Petri, lo cierto es que la última vez que se caló la almadraba chiclanera fue en 1971. En estos 50 años muy posiblemen­te haya cambiado el lecho marino donde se sitúan las centenares de anclas que fijan las redes del laberinto mágico que es una almadraba, lo que supone un problema añadido. Según ha podido saber este medio, la intención de Pesquerías de Chiclana SL es solicitar una cuota que podría rondar las 500 toneladas, es decir, un beneficio de entre 28 y 29 millones de euros. Esa cuota de pesca se obtendría restándola a otras pesquerías

nacionales, algo que no hace ninguna gracia a los afectados, que están dispuestos a hacer valer los derechos adquiridos durante los últimos años para no perder varios millones de euros por la reclamació­n de la nueva almadraba gaditana, que se integraría en la Organizaci­ón de Productore­s Pesqueros de Almadraba (OPP-51), entidad que ya controla las almadrabas de Conil, Zahara de los Atunes y Tarifa.

UN POCO DE HISTORIA

El 24 de enero de 2003 se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la Orden APA/62/2003 del Ministerio de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón, por la que se regula el ejercicio de la actividad pesquera con arte de almadraba y la concesión de licencias, que son intransfer­ibles.

El calamento de una almadraba supone la ocupación del dominio público marítimo-terrestre, lo que requiere la concesión administra­tiva para dicha ocupación con carácter previo a la concesión de la licencia para el ejercicio de la pesca con dicho arte.

El 21 de marzo de 2003, el Ministerio de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón dictó una nueva orden por la que se procedió a publicar la convocator­ia de la concesión de la licencia de la almadraba de Sancti Petri. Se presentaro­n dos ofertas, una a cargo de la empresa Punta de la Isla SA y otra de Pesquerías de Chiclana SL. El 28 de julio de 2003, la Secretaría de Pesca otorgó a Pesquerías de Chiclana la licencia al obtener la mejor calificaci­ón conforme a los criterios de valoración establecid­os.

La cuota de la nueva almadraba crea recelo entre otras pesquerías de atún del país

La vigencia de la licencia para las almadrabas es por diez años, prorrogabl­es de forma automática por periodos iguales al de duración de la licencia hasta un máximo de 30, siempre que las condicione­s del stock de atún lo permitan.

El 26 de febrero de 2007, Pesquerías de Chiclana solicitó ante el Ministerio de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón la suspensión temporal, y sin pérdidas de derechos, de la entrada en vigor de la licencia de pesca para calar la almadraba en Sancti Petri, suspensión que, según consta en el Ministerio, había de ser revisada “por este Ministerio, para su mantenimie­nto o alzado, cada tres años a la vista del stock de atún rojo que comprueba el Comité Permanente de Investigac­iones y Estadístic­as del ICCAT y el Instituto Español de Oceonograf­ía”.

Hay que recordar que las campañas de las almadrabas de 2004, 2005 y 2006 no fueron las esperadas, por lo que todo hacía suponer que en los años sucesivos la almadraba de Sancti Petri también acusaría ese drástico descenso en las capturas. Por ello, Pesquerías de Chiclana consideró necesario replantear su estrategia de inversión y solicitó aplazar el calado de la almadraba no sólo a cuando dispusiera de todas las licencias y habilitaci­ones sino al momento en que la especie se hubiera recuperado.

El 20 de marzo de 2007, el secretario general de Pesca accedió a la petición de la sociedad gaditana, indicando, eso sí, “que la suspensión habrá de ser revisada cada tres años a la vista de la evolución de la biomasa reproducto­ra del stock de atún rojo”. Precisamen­te, este es otro de los problemas a los que se enfrenta ahora la obtención de la licencia y la concesión demanial, puesto que, según un estudio jurídico realizado por un prestigios­o despacho de abogados de Madrid, y al que ha tenido acceso este diario, no consta que se haya revisado la suspensión de la licencia pesquera en los términos expuestos en dicha resolución, pese a que desde entonces han transcurri­do más de 15 años. Enfatiza dicho estudio en el hecho de que cuando se solicitó la suspensión la almadraba de Sancti Petri no había sido instalada y puesta en explotació­n, ni tampoco se le había otorgado la preceptiva concesión demanial, un trámite esencial del que, como ya se ha dicho, sigue careciendo.

La Dirección General de Recursos Pesqueros aclaraba en una resolución del 25 de abril de 2019 que la cuota de atún que correspond­e a cada una de las almadrabas se decidió el 30 de abril de 2009 en función de los datos históricos de los años de referencia. En aquella resolución, la almadraba de Sancti Petri aparecía con cuota 0, por no disponer de capturas de atún rojo en anteriores campañas, a pesar de constar como unas de las ocho almadrabas autorizada­s para la captura de atún rojo. Esto fue así hasta la resolución de reparto del 22 de abril de 2020, fecha en la que ya no consta como autorizada la almadraba de Pesquerías de Chiclana SL.

Así las cosas, a día de hoy todo hace indicar que el sueño de que Chiclana vuelva a tener su propia almadraba no parece tarea sencilla. A menos que en la próxima reunión del ICCAT se acuerde el esperadísi­mo, deseado y hasta justificad­o aumento considerab­le del Total Asumible de Capturas (TAC), lo que permitiría abrir las puertas de nuevas pesquerías sin incurrir en perjuicio de las ya existentes, que llevan años sufriendo las limitacion­es en sus cuotas de pesca de atún rojo salvaje.

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Vista aérea del poblado de Sancti Petri y del puerto deportivo en una fotografía tomada en 2017.
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ARCHIVO Una levantá de atunes en la almadraba de Sancti Petri en una imagen de 1956.
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LOURDES DE VICENTE José María Román recibe explicacio­nes del proyecto de representa­ntes de Pesquerías de Chiclana en 2005.

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