Emociones entre las discordias
● La hermana de Miguel Ángel Blanco se reencuentra con los vecinos de Ermua: “Viví aquí los mejores y los peores momentos de mi vida”
Marimar Blanco se reencontró ayer con los vecinos de Ermua que junto a ella lloraron hace 25 años el secuestro y asesinado de su hermano, Miguel Ángel, tras un homenaje a las víctimas del terrorismo en el que, pese a la discordia política, no faltaron momentos emotivos.
Marimar, como dijo ante un auditorio de casi 400 invitados presidido por el rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vivió en el municipio vizcaíno “los mejores y los peores” momentos de su vida.
Ayer fue de las primeras en llegar al homenaje a su hermano, acompañada por su marido, Roberto, y sus hijas, Leire y Andrea, y enseguida saludó al alcalde, el socialista Juan Carlos Abascal, a pesar de que esta semana lamentara que no estaba prevista su intervención.
Marimar no recibió sin embargo, a Pedro Sánchez, a quien pidió, al igual que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que rompa con Bildu.
Ciento y un periodistas acreditados cubrieron desde Ermua el homenaje tributado por el Ayuntamiento al concejal asesinado y a todas las víctimas del terrorismo. Acudieron, entre otros, Alberto Núñez Feijóo, el lehendakari, Iñigo Urkullu; el presidente del PNV, Iñigo Ortuzar; el presidente del Tribunal Superior de Justicia vasco, Iñaki Subijana; el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, y la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas.
La reina Letizia no pudo asistir, según comunicó el Rey, quien transmitió “su cariño” durante el acto de homenaje.
Entre los ausentes, destacaron el ex presidente del Gobierno José María Aznar, los partidos Vox, Bildu y algunas asociaciones de víctimas del terrorismo, como Dignidad y Justicia y la AVT.
De entre los participantes, el rey Felipe VI fue, después de Marimar, quien más experiencias personales narró sobre aquellos fatídicos días de entre el 10 y el 14 de julio de 1997, que resultaban “imposibles de olvidar”. Felipe VI, que acudió al funeral de Blanco en calidad de Príncipe de Asturias, habló en un plural con quien se funció con los millones de vecinos que reclamaron en las calles la libertad de Miguel Ángel. “Nadie quería escuchar, nadie quería ver, nadie quería saber lo que finalmente escuchamos, vimos y supimos cuando el reloj se paró y la amenaza se cumplió”, recordó con el tono firme que acompaña sus intervenciones, pero que ayer en Ermua estuvo revestido de cierta consternación.
Pedro Sánchez recordó también el “espíritu de Ermua” y la “paz” lograda pese al “dolor” de las víctimas de ETA, cuya ausencia dijo que ninguna medida “podrá compensar.
Tras los discursos, los presentes se han desplazado hasta el monolito a las víctimas del terrorismo donado por Agustín Ibarrola, junto al que han depositado rosas carmesí, bajo la música de Bach tocada en directo por un violonchelista, y han guardado un minuto de silencio.
Jesús Villoria, edil del PP de Ermua cuando ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco, depositó una rosa después de las flores dejadas por Marimar y Regina Mazo, la hermana del peluquero de Ermua Sotero Mazo, asesinado también por la banda terrorista.
“No es agradable recordar todo esto, pero lo tengo aquí metido”, se sicentó con Efe el ex concejal del PP.
Junto a dos pancartas con los lemas “Felipe VI une” y “la corona une”, medio centenar de vecinos saludaron a Felipe VI entre gritos de “Viva el Rey”, pitaron a Pedro Sánchez y elogiado a Feijóo entre gritos de “presidente”.
Los residentes gritaron también el nombre de Marimar para que la hermana de Miguel Ángel acudiera a recoger un ramo de flores que le ha entregado una niña. “No os olvido”, dijo Marimar a los vecinos y vecinas de Ermua que permanecían concentrados con banderas españolas.