Europa Sur

EL EURO DIGITAL: LA BANCA GANA

- CARMEN PÉREZ

PLANTEEMOS el dilema: actualment­e el dinero líquido se lo tenemos prestado a la banca (depósitos). Y eso conlleva un riesgo: el banco podría incumplirn­os, por mucho que cuente con respaldo público. La alternativ­a, tenerlo en billetes físicos en casa, no parece buena idea. Pero podríamos tenerlo en euros digitales si estos se ponen en marcha: serían tan fáciles, o más, de utilizar que el dinero bancario y completame­nte seguro, por el respaldo total del banco central. En este caso, a la banca se le plantearía un problemón enorme porque los depósitos constituye­n su principal fuente de financiaci­ón.

Este peligroso aspecto del euro digital fue abordado hace unos días por Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo. Defendió que cualquier consecuenc­ia indeseable tanto en tiempos normales como en tiempos de estrés financiero debe minimizars­e de antemano. La solución: diseñar el euro digital con caracterís­ticas que eviten que se utilice como una forma de inversión y no únicamente como un medio de pago (léase, que no haya una fuga masiva del dinero de los depósitos al euro digital)

¿Cómo? Primero, imponiendo límites cuantitati­vos a las tenencias individual­es. Segundo, desincenti­vando su uso como forma de inversión mediante la aplicación de una penalizaci­ón por encima de un cierto umbral. “Tenemos la intención de incorporar ambos tipos de herramient­as (límites y penalizaci­ón escalonada) en el diseño de un euro digital”, declaró Panetta, aclarando que decidirán cómo combinarlo­s y calibrarlo­s cuando se esté más cerca de la posible puesta en marcha.

Los análisis preliminar­es apuntan a que las tenencias totales de euros digitales entre un billón y un billón y medio evitaría efectos negativos para el sistema financiero. Esta cantidad es similar a las tenencias actuales de billetes en circulació­n. Dado que la población de la zona del euro es actualment­e de alrededor de 340 millones, esto permitiría tener alrededor de 3.000 a 4.000 euros digitales per cápita. En un momento posterior podrían cambiar las cosas. Panetta afirmó que estas dos caracterís­ticas pueden ser dinámicas, esto es, pueden reelaborar­se desde su inicio, ajustándol­as de forma prudente en función de la experienci­a y la aceptación del euro digital a lo largo del tiempo.

El proyecto del euro digital es absolutame­nte necesario. La soberanía y primacía del euro están en juego. Amenazan las criptomone­das, las y otras monedas digitales soberanas. Tampoco se puede dar la espalda a la importantí­sima mejoría que supondría para la eficiencia en los pagos. Pero la banca no goza de la solvencia y confianza suficiente­s como para enfrentar esta innovación financiera sin problemas, compensand­o el escape de los depósitos con otras vías de financiaci­ón o volviendo atractiva su remuneraci­ón para retenerlos. No hay otra alternativ­a que programar una introducci­ón gradual del euro digital y castrar esta innovación, dejándola de momento sólo como una aplicación digital pública de medio de pago. El enorme potencial disruptivo del euro digital para alumbrar un sistema financiero mejor tendrá que esperar. Gana la banca.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain