María Lo, justa ‘masterchef 10’
● La chiclanera de padre chino vence en ‘Masterchef’ y se impone en la final ante Vérónica con un menú entre Cádiz, Galicia y Oriente
Si han visto algún programa en La 1, todo lo bueno se reúne en María Lo así que era improbable que cualquier otro resultado se diera en la noche del lunes en
Masterchef 10. Si se buscaba una mujer diez esa era esta chiclanera de deje suave, que siempre ha tenido palabras amables durante todas estas noches y que ayer volvió a demostrar sus cualidades de humildad, dedicación y buen humor. Eso fue lo echó a la olla para seguir el endemoniado plato que preparó para seguir el chef Carlos Maldonado.
Con un perfil similar a otro aspirante de la noche, Adrián, el talaverano le dio caña a la elaboración en la que todos acabaron perdidos. David y Adrián más y Verónica se afanó en conseguir la primera plaza de duelista, pero para eso ya estaba la de Chiclana. Se ganó el primer puesto en la final para la cena definitiva.
Los otros tres aspirantes se marcharon al Celler de Can Roca, palabras mayores, para elaborar algunas de las últimas incorporaciones del menú de los gerundenses, como el plato en el que llueve, el postre de Jordi Roca en el que su nube gotea. Los Roca siempre fueron más allá en la delicadeza imaginativa.
En un reto como este, con platos para los jueces de ediciones foráneas de Masterchef como jurado de la prueba, lo que se imponía era la pulcritud y el mimo eficaz, el calco con nervios templados en el que Verónica, más calmada, se ganaba el pase. Le tocó el guisante al vapor de xarel.lo y el cordero con cuscús vegetal.
Verónica por sutilidad y esfuerzo llegaba a una final que estuvo competida e incierta pero la chiclanera contaba con la inercia, el viento en popa de su trayectoria. En la mesa, el jurado y Ferrán Adriá, maestro de física, química y creatividad.
María Lo versó su menú en su vida y sobre todo en sus orígenes gaditanos, Jordi le observó que podía haberse atrevido a una fusión oriental. Bueno, el catalán sabe que María Lo podrá hacer lo que quiera. La contemplan cuatro años de terapia para encontrarse
Su entrante, Esencias del Sur, fue un jugo de tomate y manzanilla con atún, cebolla encurtidos y falso caviar. De principal, con recuerdo a sus años de estudiante en Galicia, Sabores del Norte, cigalas con esferas de apionabo, lentejas caviar y polvo de jamón; y de postre, Aromas de Oriente, bizcocho de té matcha, con chocolate picante, crumble de pimienta rosa y sorbete de lima y lichi.
La salmantina Verónica también abordó un menú excelente y en su caso lo dividió por estaciones. La Primavera, de entrante, con licuado de guisantes, angulas salteadas y colmenillas confitadas; Verano, de principal, con bogavante
María Lo preparó en su menú jugo de tomate y manzanilla o cigalas con esferas de apionabo
de algas y marisco, chele de crustáceos, bizcocho de coral y gel de sidra; y de postre, Otoño e Invierno con bizcocho de chocolate con crema de calabaza especiada, helado de apionabo y crumble de castaña.
Había sido un duelo a cuchillo afilado y ganó María Lo por ese margen de ser la mejor desde el primer instante. La de Chiclan a tiene una vocación inmensa, marcada por un padre que se esmeraba en la cocina de casa. Ahora ella podrá cumplir su sueño formándose en el Basque Culinary Center y montando un negocio de delivery antes de dar el paso, en un futuro, a un restaurante propio.