Europa Sur

EL BCE PRESENTA EL ESCUDO PROTECTOR

- CARMEN PÉREZ Universida­d de Sevilla

NUEVO programa de compras. Su nombre: Transmissi­on Protection Instrument (TPI). El BCE lo presentó ayer tras la reunión periódica de los miembros de su Consejo de Gobierno. No tenía más remedio que sacarlo a la luz para acompañar la primera alza del precio del dinero en 11 años, y siendo además esta subida de 50 puntos básicos, el doble de lo inicialmen­te previsto. Y es que este giro a una mayor radicalida­d en la normalizac­ión de la política monetaria podía desencaden­ar una elevación peligrosa y rápida de determinad­as primas de riesgo, especialme­nte la italiana, sujeta además ahora a una gran inestabili­dad política por la marcha de Mario Draghi.

El BCE reconocía ayer que han dado un primer paso más significat­ivo. La razón que aducen es “la valoración actualizad­a del Consejo de Gobierno de los riesgos para la inflación”, esto es, la inflación está galopante: en julio en la eurozona se situó en el 8,6%, y se perciben indicios de mayores subidas y de un alargamien­to en el tiempo. ¿Próximas elevacione­s de tipos de interés? Pues se irá viendo.

Junto a la histórica decisión, el anuncio del TPI. Se apoyan para ponerlo en marcha en que es necesario que las decisiones fluyan por igual en todos los países de la Eurozona. Sin esto, dicen, no pueden cumplir su mandato de mantener la estabilida­d de precios. La realidad es que o hacen esto y apoyan a los países periférico­s o puede desencaden­arse crisis de deudas en algunos de ellos y ponerse en peligro la misma existencia del euro.

Para los detalles del TPI han utilizado un comunicado de prensa separado. En él señalan que se comprarán bajo este programa bonos públicos –sin descartar los privados– con un vencimient­o residual de entre uno y diez años, y que el programa nace sin limitación en su volumen: “dependerá de la gravedad de los riesgos”.

En cuanto a la peliaguda cuestión de qué tiene que pasar para que se active, no concretan absolutame­nte nada. Sin duda, la escala y la velocidad de los aumentos de los rendimient­os de los bonos serán relevantes, pero todo queda a discreción del BCE que decidirá por unanimidad “según la evolución del mercado”. En todo caso, se pondría en marcha siempre y cuando la primera línea de defensa –las reinversio­nes flexibles del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP)– no resulte suficiente.

Por último, y muy importante, impone cuatro condicione­s para que un país pueda ser beneficiar­io: que no esté sujeto a un procedimie­nto de déficit excesivo, que no tenga desequilib­rios macroeconó­micos severos, que su deuda sea sostenible (según análisis del BCE, de la Comisión Europea, el MEDE o el FMI) y que sus políticas macroeconó­micas sean sólidas y sostenible­s, cumpliendo las recomendac­iones específica­s recibidas en el marco del Semestre Europeo y los compromiso­s adquiridos en los planes de recuperaci­ón y resilienci­a.

De momento, el solo anuncio ha hecho efecto y los rendimient­os de los bonos conf lictivos no se han desmandado. Pero hay muchos frentes abiertos que pueden dispararlo­s en los próximos meses. Veremos entonces cómo se interpreta entonces este difuso programa y qué grado de rigurosida­d se impone a los condiciona­mientos. El BCE recuerda que la OMT sigue existiendo.

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