COMANDAS PREMIUM
● Muchos profesionales de hostelería con titulación emigran o emprenden ● El mercado laboral demanda más camareros formados en un momento clave
Es un problema del que se venía alertando en los últimos meses y que se ha constatado este verano: la hostelería gaditana no encuentra profesionales para cubrir toda la demanda. El mercado laboral ha dado un vuelco y hay mucha menos disponibilidad. Menos currículums donde elegir. Según el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), el número de camareros, cocineros y ayudantes de cocina apuntados al paro se ha reducido considerablemente respecto al año anterior: un 49, un 42 y un 35% menos.
Los sindicatos hablan de las malas condiciones laborales, hay estadísticas que plantean un trasvase a sectores como la construcción y es indudable el impacto de la reforma laboral en la restauración (los contratos indefinidos se han multiplicado por nueve). Sin embargo, entre camareros y cocineros sigue habiendo casi 20.000 profesionales de la hostelería en las listas del paro, y es aquí cuando los empresarios ofrecen la explicación más polémica: no sólo faltan profesionales; falta formación.
El último informe de necesidades formativas elaborado por la Consejería de Educación señala a la restauración como el primer área profesional en función a su peso porcentual en la provincia. Según este estudio, que investiga las necesidades del mercado para adaptar la oferta educativa, se demandan especialidades como la Cocina, Servicios de bar y cafetería, Servicios de restaurante, Repostería, Atención al cliente en hostelería y Gestión de procesos de servicio en restauración.
La realidad es que, más allá de los puestos más sacrificados del sector, hay carencia de camareros incluso en los empleos mejor pagados. El ejemplo lo encontramos en La Candela, en Cádiz capital, un restaurante conocido en el mundillo por apostar por la conciliación: turnos rotativos, jornada intensiva, libranzas en fines de semana,