Van Aert ultima la fiesta
TOUR DE FRANCIA ● El belga gana la contrarreloj por delante del líder, su compañero Vingegaard, que hoy se coronará campeón en París ● El primer español, Luis León, vigésimo primero en la general
Wout van Aert (Jumbo Visma),
verde y del Tour 2022, rindió homenaje a su jefe de filas y amarillo definitivo, Jonas Vingegaard, adjudicándose la vigésima etapa de la presente edición, una contrarreloj de 40,7 km entre Lacapelle-marival y Rocamadour que mantuvo las posiciones del podio.
Van Aert salió a la recta de meta a recibir al virtual ganador del Tour a falta de la fiesta final de París. El belga palmeó la mano de Jonas Vingegaard, quien ralentizó el ritmo al final para facilitar la victoria de su gregario número 1, el hombre todoterreno que siempre ha estado a su lado de manera determinante de principio a fin.
El belga se llevó la crono con un tiempo de 47.59 minutos superando en 19 segundos a Vingegaard, quien estuvo a punto de caerse cerca de meta.
La tercera plaza fue para Tadej Pogacar, a 27 segundos de Van Aert, la cuarta para Geraint Thomas a 32 y la quinta para el doble campeón del Mundo de la especialidad, Filippo Ganna (Ineos), a 42. El mejor español fue Luis León Sánchez, en el puesto 21 a 3.01.
Los hombres del podio se mostraron superiores al resto, con la excepción de Van Aert. Jonas Vingegaard subirá hoy a lo más alto del podio en París. Será el segundo danés que lo logra, después de Bjarne Riis, vencedor en 1996 por delante de Indurain. Le van a escoltar en los Campos Elíseos Tadej Pogacar, quien no podrá lograr la tercera corona consecutiva, y Geraint Thomas, un veterano de 36 años, ganador del Tour 2018 y segundo en 2019.
La crono supuso el salto del séptimo al quinto puesto de Vlasov, en perjuicio de Nairo Quintana, sexto, y del sudafricano Louis Meintjes, quien bajó al octavo. Entre medias, séptimo, Romain Bardet. El primer español de la general, Luis León Sánchez, acabó decimocuarto. Desde 1981, el ciclismo español al menos tuvo un corredor en el
La crono más larga en ocho años, en un trayecto de “asfalto lento y rugoso”, no tenía mucho por decidir, pero la lucha por la etapa estuvo patente entre los grandes nombres de la general. Vingegaard con 3.30 sobre Pogacar, luchó al límite, mientras que el esloveno no escatimó esfuerzos por su cuarta victoria. Pero se coló en la fiesta un tal Wout van Aert.
La primera referencia importante la firmó Filippo Ganna con 48.41 minutos. El doble campeón del mundo, elegante con su
arcoíris, salió con un doble objetivo, llevarse la etapa y de paso cortar una sequía italiana de victorias en el Tour que data de 2019.
El gigante de Verbania hubiera logrado su victoria en crono número 20, pero sentado en la silla caliente de la sala de espera vio llegar con asombro al declarado
al inagotable Wout van Aert.
El belga levantó del trono a Ganna con un nuevo mejor tiempo de 47.59 minutos, nada menos que 48 segundos mejor que el emperador de la especialidad, quien iba a ser rebasado también por los hombres de la general.
Entró Van Aert para quedarse en la sala reservada para el mejor tiempo. Tenían que llegar los tres corredores del podio y los del
Enseguida se comprobó que Vingegaard, con las alas del
amarillo, había salido a rubri
car la faena con su tercer triunfo de etapa. El danés superó el tiempo de todos sus rivales en los pasos intermedios. El líder iba en serio.
Fueron llegando los hombres de referencia. Los exámenes preliminares eran favorables a Van Aert, quien sonreía sentado en la silla de cuero, en la sala de espera, sin comerse las uñas tampoco. Los tiempos de Pogacar, Thomas y compañía no eran preocupantes.
Pogacar salió a bloque, en un recorrido técnico, exigente y con dos pequeñas cotas al final que le podrían favorecer. Pero el esloveno no hizo peligrar el tiempo de Van Aert, ni el de Vingegaard. Thomas tampoco era una amenaza.
El único que podía batir a Van Aert era su jefe, Jonas Vingegaard. El danés arriesgó más de la cuenta, iba disparado a pesar de que tenía 3.30 minutos de colchón. Con el amarillo asegurado no bajó el ritmo. Pero cambió de opinión a 2,2 km de meta, cuando a punto estuvo de irse contra el asfalto.
El susto lo calmó. Ya no hacía falta poner en peligro su corona del Tour. Y además la etapa se iba a quedar en casa con Van Aert. Tercera etapa para el belga y la novena en el Tour, la sexta del Jumbo.
La llegada fue emotiva. Van Aert salió a la recta de meta, golpeó la mano de Vingegaard, y el danés se fue directo a besar a su hija, en brazos de su mujer. Un abrazo entre tres fue el mejor premio para el nuevo rey del Tour de Francia.