Un cuarto de siglo
El Trío Arbós se fundó en 1996 cuando tres jóvenes se encontraron en Madrid después de volver de sus estudios en el extranjero. Fueron el violinista Miguel Borrego (Madrid, 1971), el violonchelista José Miguel Gómez (Málaga, 1969) y el pianista Juan Carlos Garvayo (Motril, 1969), que escogieron para su grupo el segundo apellido de uno de los violinistas, directores y compositores más influyentes de la historia de la música española del anterior siglo, Enrique Fernández Arbós. Rápidamente el Trío Arbós marcó terreno por su dedicación al repertorio contemporáneo, muy especialmente el español, y por el rescate de obras del siglo XX poco difundidas. Son muchos los compositores que han escrito música para el grupo, de Georges Aperghis, Ivan Fedele, Hilda Paredes, Roberto Sierra y Toshio Hosokawa a Luis de Pablo, Mauricio Sotelo, José María Sánchez Verdú, César Camarero, José Manuel López López o Jesús Torres. En 2013 el Arbós recibió reconocimiento a toda su labor en esos años con el Premio Nacional de Música. Al año siguiente, Cecilia Bercovich sustituyó en el puesto de violín a Miguel Borrego. En 2021, Ferdinando Trematore ocupó el puesto de Bercovich. El Arbós llega a 2022 con una trayectoria bien asentada en toda España y más de 30 discos a sus espaldas, grabados para sellos de prestigio tanto nacionales (Verso, Ensayo, Autor,
Non Profit Musica, IBS Classical) como internacionales (Naxos, Col Legno, Kairos). Desde 2019 el conjunto viene publicando sus álbumes en su propio sello, Sacratif, como el cabo motrileño, cuyo faro es emblema de la marca. Ahí aparecieron Travesías (junto al cantaor Rafael de Utrera), un disco con canciones de Beethoven junto al tenor canario Manuel Gómez Ruiz y Zarzuela antes de estos Boleros. de los boleros y Miralles nos mandaba los arreglos sobre la marcha.
–Había algunos que cada uno de los dos quería meter sí o sí, y buscamos también poner algunos menos conocidos pero que nos encantaban. Es el caso de una auténtica joya. Es obra de Juanito Márquez, un guitarrista cubano que se movía en los circuitos del jazz y que vivió en Madrid . Ricard Miralles lo conocía, habían tocado juntos. Fue además el primer bolero que le pedimos, un poco como prueba, a ver cómo funcionaba. Algunos arreglos son extraordinarios. Con alguno Ricard me llegó a decir que a lo mejor hasta se había excedido armónicamente. Pero yo le dije que no, que era eso lo que quería, no el típico bolero con las maracas y los tres acordes, aunque los hay que tienen más de tres acordes.
–Primero, es una forma musical dulce, que entra sola. Como recojo en mis notas que decía Cabrera Infante es una “canción con ritmo”, ese ritmo interno, que está apelando a lo básico: melodía y ritmo. Pero va mucho más allá. Es como una manera de entender las relaciones amorosas: parece un cliché, pero ahí entre el despecho y la euforia, en los boleros
–La manera de acompañar, de tocar, es muy distinta. Estamos acostumbrados a producir mucho sonido, un sonido grueso, muy ligado, y aquí tienes que aprender a aligerar las texturas, para que la voz pueda entrar y establecer un diálogo con ella. No fue fácil en principio. Pero al final, cuando todo se ajusta, es una delicia.
–Lo hemos hecho unas cuantas veces y tenemos un par de actuaciones más este año, pero no todo lo que nos hubiera gustado. Es lo que pasa siempre cuando te sales del
¿Qué hace un trío de música clásica tocando boleros y una cantaora de flamenco cantándolos? Además hay alguna gente que ve al bolero como algo antiguo y casposo. Y las cabezas son muy cuadradas. No es fácil romper determinados clichés.
–Más allá obviamente del sufrimiento de tanta gente y la muerte de muchas personas, incluso cercanas (el padre de José Miguel, nuestro cellista, sin ir más lejos), no nos podemos quejar. Ha servido para terminar proyectos, ordenarlos, investigar. En lo artístico ha sido un momento de cierto reposo. Aunque en realidad tampoco paramos. Este proyecto nos movió: Miralles nos enviaba los arreglos y los grabábamos cada uno en casa individualmente y hacíamos experimentos simultaneando vídeos. Y 2022 está siendo un no parar.
Boleros Sandra Carrasco. Trío Arbós.