El precio de la fruta
● El autor señala que los intermediarios se forran mientras los agricultores se arruinan
LA fruta, la verdura fresca, el pollo .... cualquier producto agrícola o ganadero se encarece en la cesta de la compra. Hoy en día no es nada difícil llegar a una tienda, a un mercado o a una gran superficie y ver cómo productos básicos llegan a triplicar su precio en destino, complicando de esta manera la compra de las familias más vulnerables. No hay día en el que no nos encontremos con titulares y reportajes en los medios de comunicación, ya sea la radio, la televisión o los periódicos, que analizan esta crítica situación.
Sin embargo, tras esa desorbitada, injustificada y abusiva subida se esconde una grave realidad basada en altos costes y bajos precios en el campo y en especulación y abusos por parte de los intermediarios. Ni los agricultores ni los ganaderos nos estamos beneficiando, en absoluto, de esta espiral ascendente de los precios en destino. Todo lo contrario, a nosotros no nos repercute ni un céntimo de los beneficios que se quedan entre los intermediarios, que son los que verdaderamente están haciendo su agosto en plena crisis social.
Desde UPA Andalucía venimos denunciando, desde hace muchos meses, que, a pesar de la subida de precios de todos los productos que salen de nuestras explotaciones agrarias y ganaderas familiares y profesionales y a los que los consumidores tienen que hacer frente diariamente, nosotros seguimos sin cubrir los costes de producción en la mayoría de los cultivos.
Incluso una magnífica noticia como podría ser la estabilización de los precios del aceite de oliva por encima de los tres euros y medio no llega a repercutirnos positivamente por cuanto los costes del gasóleo agrícola, de la electricidad y de los fitosanitarios que utilizamos diariamente en nuestras explotaciones han aumentado el doble y el triple haciendo que se pierda ese margen de posible beneficio que tenemos.
El mercado y la cadena de valor no están funcionando con lógica. En opinión de UPA Andalucía, creemos que detrás de estos movimientos de encarecimiento de precios en destino sin reflejo en el origen hay movimientos especulativos que buscan enriquecerse aprovechando la espiral inflacionista. Frutas de verano como la sandía y el melón también están siendo víctimas de esta especulación.
Por eso venimos reclamando a los intermediarios y a las cadenas de distribución con las que colaboran que depongan esta actitud, paguen un precio justo a los agricultores y apliquen un margen justo para que los consumidores tengan más fácil acceder a alimentos frescos, los más sanos, nutritivos y necesarios.
Pero también tenemos que pedir al Ministerio de Agricultura que, de una vez por todas, haga efectiva la Ley de la Cadena Alimentaria, un instrumento fundamental por el que hemos trabajado de forma constante y que, una vez modificada y aprobada, ahora necesitamos su ejecución real. Con ella conseguiremos que los contratos cubran los costes de producción, que no se pueda vender a pérdidas y que, en definitiva, los agricultores y ganaderos no soportemos sobre nuestras espaldas, por más tiempo, el enriquecimiento de otros actores de la cadena. Y también queremos que la Junta de Andalucía actúe de oficio, aumente las inspecciones, controle las importaciones y vigile que realmente se aplica esa Ley de la Cadena.
Desde UPA Andalucía entendemos, además, que el incumplimiento de la Ley de la Cadena es más flagrante, incluso, en el sector de la fruta de verano, donde sigue imperando la venta a resultas; es decir, la entrega del producto sin precio y liquidación varios meses después, por lo que insistimos en esa exigencia al Gobierno, a través de la AICA del Ministerio de Agricultura, y a la Junta de Andalucía, que refuercen los controles para evitar los abusos.
Nosotros, como organización agraria que defiende la Agricultura y Ganadería Familiar y Profesional de nuestra región, seguiremos haciendo el trabajo de control y denuncia de todos los abusos que nos encontremos y que perjudiquen, tanto a los productores como a los consumidores. Porque lo que sí está muy claro es que somos un sector prioritario y estratégico y que sin agricultores ni ganaderos no hay alimentos.
Agricultores y ganaderos afirman que siguen sin cubrir costes en muchos productos