Europa Sur

Castilla y León trae dos nuevos rivales a la comarca

● El Unionistas de Salamanca quiere consolidar­se como aspirante al playoff ● La Cultu, tras una campaña de fracaso, afronta una gran remodelaci­ón

- A. G./R. C.

Castilla y León vuelve a aparecer en el mapa futbolero del Campo de Gibraltar. La reestructu­ración de los grupos en la Primera Federación para la temporada 22-23 –la segunda de la categoría– llevará al Algeciras CF y a la Real Balompédic­a Linense a Salamanca y León, dos destinos clásicos y preñados de historia. Albinegros y albirrojos van a competir con la Cultural y Deportiva Leonesa y con el Unionistas de Salamanca, dos proyectos que tratarán de estar en la mitad alta de la tabla y, por qué no, protagoniz­ar la sorpresa ante otros presupuest­os de mayor calado.

El Unionistas y la Cultu compartier­on grupo la pasada campaña en el grupo I.

Los de Salamanca se quedaron a las puertas de clasificar­se para el playoff de ascenso con 61 puntos, a uno solo del Rayo Majadahond­a y la UD Logroñés, algo parecido a lo que le ocurrió al Algeciras en el grupo II.

La Cultu, por su parte, finalizó concluyó con 49 puntos en un tramo final descafeina­do en León, ya que el colchón sobre el descenso era cómodo.

Ahora, Salamanca vuelve a ilusionars­e con el fútbol y lo hace gracias a Unionistas, un club que nació por iniciativa popular entre un grupo amplio de seguidores de la extinta Unión Deportiva Salamanca. La entidad se creó en 2013 y en menos de una década ha tenido una trayectori­a meteórica para colocarse rápidament­e a un paso del fútbol profesiona­l. Unionistas es un club singular que, como recoge en su propia web, “se rige por los criterios del fútbol popular, transparen­te y democrátic­o”. Con esa filosofía han conseguido asentarse en una categoría tan exigente como la Primera RFEF y ahora sueñan con dar un paso más en su historia.

Para la Balona y el Algeciras, la visita al Reina Sofía supondrá el estreno liguero ante Unionistas, aunque los albirrojos se enfrentaro­n a los salmantino­s en la Copa del Rey el pasado curso con una derrota que acabó por ser uno de los lunares de la temporada de Iván Ania. Aquel revés por 1-2 en el Nuevo Mirador escoció y mucho a la parroquia algecirist­a. La vinculació­n entre el Unionistas y el Algeciras tuvo que protagonis­ta el verano anterior a Álvaro Romero con una operación de traspaso en la que el delantero sevillano acabó por poner dinero de su bolsillo.

El poder popular del Unionis

La fuerza social del club salmantino es extraordin­aria desde su nacimiento

tas ha vuelto a demostrars­e recienteme­nte ya que el club tuvo que adaptarse a las exigencias de la Primera Federación en cuanto a las instalacio­nes y protagoniz­ó una de las noticias más llamativas de los últimos meses en el fútbol nacional. Y es que, después de aprobar en asamblea la instalació­n de un césped natural a cuenta del propio club, la entidad tardó apenas cuatro días en recaudar los 300.000 euros necesarios para cumplir con ese requisito de la Federación, gracias a la aportación de sus socios.

Con esa fuerza social y un presupuest­o deportivo que subirá del millón de euros, el conjunto charro ha contratado a Raúl Casañ (ex del Cornellà) como técnico y se encuentra inmerso en la construcci­ón de una plantilla que sufrirá una profunda remodelaci­ón. Entre los fichajes del Unionistas, una cara conocida como el defensa central Mario Gómez, ex de la Balona, que regresa a Salamanca tras su paso por el Calahorra. El resto de incorporac­iones son Mario Losada, Ramón Blázquez, Borja Díaz, Jon Rojo, Raúl Beneit, Juampa Barros, Óscar Sanz, Isaac Obeng, Alberto Sánchez y Mawi Sánchez. Renovaron De Miguel, Salva, De la Nava, Ramiro, Pedraza y Nespral. Aunque partirá con el objetivo de sellar cuanto antes la permanenci­a, Unionistas sueña con mucho más y ahora aspira a meterse en esa zona privilegia­da.

El otro viaje a las lejanas y añejas tierras castellano-leonesas será para visitar a la Cultural y Deportiva Leonesa, club que trata de recuperar la grandeza que le llevó por última vez a Segunda en la campaña 2017/18, aunque los del Reino de León se han movido por la desapareci­da Segunda B la mayor parte de las campañas de las últimas décadas.

El cuadro leonés repite en la Primera Federación después de un curso accidentad­o, en el que le costó asegurar la permanenci­a y le tocó ver de lejos la pelea por objetivos más ambiciosos. Con un presupuest­o de más de tres millones de euros, la Cultural y Deportiva Leonesa finalizó lejos del vagón de cabeza, un fracaso que ha llevado al club a replantear su proyecto por completo.

Con José Manzanera, procedente del Sabadell, como nuevo director deportivo y Eduardo Docampo en el banquillo, el club leonés trabaja para rehacer su plantilla acorde a las exigencias, que volverán a estar puestas en la pelea por el ascenso. Y es que la entidad quiere celebrar su centenario, que llegará en 2023, estando de vuelta en el fútbol profesiona­l.

Una de las caras conocidas de la nueva plantilla de la Cultu es Tarsi Aguado, que pasó por la Balona media temporada. Docampo arrancó la pretempora­da con Julen Castañeda, Ion Gaztañaga, Aarón Piñán, Nikolai Obolski, Jon Ander Amelibia, Nahuel Arroyo, Fran Cruz, David López, Diego Rodríguez, Marcos González, Rodrigo Suárez, Javier Fernández, Diego Pertejo, Junior Girón, Aramis García, Abel de Prado, Javier Álvarez Nistal, Marcos Fernández, Dorian Junior, Saúl González, Salvador Montañez Carrasco, Tarsi Aguado, Pol Ballesté, Jesús Álvarez, Anton Matthai, Pablo Trigueros, Néstor Querol, Íñigo Muñoz, Claudio Medina y Kevin Presa, además de Kalvin Ketu y Ander Vitoria que después saldaron su salida.

El cuadro leonés repite tras un curso en el que le costó asegurar la permanenci­a

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E.S. El primer once de pretempora­da de la Cultu.
 ?? ERASMO FENOY ?? Rayco celebra un gol del Unionistas de Salamanca ante el Algeciras, en la Copa del Rey.
ERASMO FENOY Rayco celebra un gol del Unionistas de Salamanca ante el Algeciras, en la Copa del Rey.

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