“Ha costado, pero a día de hoy en la Medicina sí existe la igualdad”
–¿Qué supone ser la primera mujer que ocupa la presidencia de la Sociedad Andaluza de Cirugía Cardiovascular (SACCV)? –Mucho orgullo y mucha responsabilidad. Desde sus inicios, la cirugía cardiovascular siempre ha sido una especialidad de hombres. De hecho, los primeros cirujanos cardíacos de España y del mundo eran casi dioses. Eso de tocar y parar el corazón era algo que sólo podían hacer unos cuantos privilegiados. Con ese panorama, haber logrado entrar, hacer bien mi trabajo, ganarme el respeto y llegar a la presidencia de esta Sociedad es una sensación única.
En cardiología hay factores de riesgo que hay que cuidar, pero también genéticos; al que le toca, le toca”
Pero tiene una presión añadida, y es que, por esa misma circunstancia, mi obligación es hacerlo, al menos, tan bien como ya lo hicieron ellos.
–¿Cree que existe igualdad real entre hombres y mujeres en la Medicina?
–Ha costado mucho trabajo, pero yo creo que a día de hoy en nuestro campo, y en la Medicina en general, sí, sí existe esa igualdad, tanto en Andalucía como a nivel nacional.
–Usted es privilegiada, no sólo es la primera mujer que preside la SACCV, también es una de las primeras cirujanas en un hospital de referencia como es el Virgen del Rocío. ¿Cómo han cambiado las* cosas para las mujeres cirujanas desde sus inicios? –Yo empecé en el hospital en el año 92, imagine cuánto han cambiado las cosas, sobre todo por el esfuerzo y empeño que hemos puesto las mujeres para ello. Hemos demostrado que trabajamos igual que nuestros compañeros masculinos, que hacemos tantas guardias como ellos y que somos capaces de hacerlo todo exactamente igual. Yo creo que todo depende de la capacitación y las habilidades que tenga cada uno, porque, indudablemente, nuestro trabajo quirúrgico tiene un trabajo mental importante, pero tiene también un trabajo de habilidad. Y nosotras hemos demostrado que somos capaces.
–Desde el 92 ejerciendo, son 30 años operando corazones...
–Efectivamente, y siempre tuve claro que quería ser cirujana cardíaca y que me quería quedar en Sevilla. Del Virgen del Rocío me atrapó el hecho de que en esa época se estaba empezando con el trasplante cardíaco. Y desde entonces tengo que decir que mi vida aquí ha sido alucinante. Ser partícipe, de primera mano, del inicio de un programa como fue el trasplante cardíaco y haber podido contribuir a su desarrollo es muy emocionante.
–¿Le ha temblado el pulso con alguno?
–Al principio es tanta la emoción... Ves que haces algo que te gusta y es tanta la adrenalina que tienes que ni te tiembla el pulso. Es una situación de emoción continua y permanente, y eso que no hay quien te quite las 12 horas de quirófano entre que empieza el proceso y termina ya con el paciente trasplantado. Pero son 12 horas en la que la adrenalina está en tu cuerpo. Es emoción. Imagínese tener un corazón en la mano, ver como late... Lo cierto y verdad es que he disfrutado mucho y sigo disfrutando muchísimo con mi trabajo. –¿Qué es más nocivo para la salud, la comida basura o los actuales ritmos de vida que nos llevan al límite? –Eso está perfectamente estudiado. Hay una serie de componentes ambientales, el consumo de tabaco, de alcohol, la comida basura, el sedentarismo o la obesidad que son hábitos relacionados con lo que llamamos factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Pero también hay cada vez más conocimiento de los que son los factores genéticos, es decir, aquello de al que le toca, le toca. Esta parte es la menos conocida y sobre la que giran los trabajos de investigación. –¿No sabemos o no queremos cuidarnos?
–Creo que sería muy interesante hacer una educación de la sociedad. Que se empiece en la escuela y que se vaya continuando con programas de información social para que la población esté informada de las cuestiones que pueden ocurrir y cómo pueden prevenirlas. Ya después, una vez se desarrolla la enfermedad, indudablemente no se puede jugar a ser médico. Hay que acudir a profesionales especialistas en el problema para que reconduzcan la situación porque en Medicina dos más dos no siempre son cuatro. Yo creo en el arte de la medicina. No todos los pacientes debutan igual y no hay que actuar igual con todos.
–¿Cómo ha cambiado la especialidad en los últimos tiempos?
–Destaca el importante avance tecnológico. Eso nos está permitiendo ser líderes desde el sur de España y punteros en técnicas que son totalmente novedosas. Igualmente están avanzado mucho las técnicas de cirugía mínimamente invasiva. A día de hoy se pueden curar muchas personas con procedimientos con los que no hace falta abrir el pecho. Estamos subidos al carro de la innovación porque, o te subes, o te quedas atrás. Lo importante es avanzar y aprovechar todas las posibilidades que nos oferta el progreso.
–¿Dónde guarda una cirujana cardiovascular la Medalla que la ciudad de Sevilla le brindó el año pasado en honor a su larga trayectoria?
–La verdad es que esa ha sido una de las noticias que más orgullo y satisfacción me han dado. Que me llamaran desde el Ayuntamiento para decirme que iba a recibir este reconocimiento fue increíble. Yo creí que era una broma. Soy sevillana por los cuatro costados. Me formé en Sevilla, me vine a trabajar al Virgen del Rocío y aquí sigo 30 años después. Que mi ciudad reconozca mi trayectoria, me deja sin palabras.