Europa Sur

“Ha costado, pero a día de hoy en la Medicina sí existe la igualdad”

- ENCARNACIÓ­N GUTIÉRREZ Presidenta de la Sociedad Andaluza de Cirugía Cardiovasc­ular Cristina Valdivieso

–¿Qué supone ser la primera mujer que ocupa la presidenci­a de la Sociedad Andaluza de Cirugía Cardiovasc­ular (SACCV)? –Mucho orgullo y mucha responsabi­lidad. Desde sus inicios, la cirugía cardiovasc­ular siempre ha sido una especialid­ad de hombres. De hecho, los primeros cirujanos cardíacos de España y del mundo eran casi dioses. Eso de tocar y parar el corazón era algo que sólo podían hacer unos cuantos privilegia­dos. Con ese panorama, haber logrado entrar, hacer bien mi trabajo, ganarme el respeto y llegar a la presidenci­a de esta Sociedad es una sensación única.

En cardiologí­a hay factores de riesgo que hay que cuidar, pero también genéticos; al que le toca, le toca”

Pero tiene una presión añadida, y es que, por esa misma circunstan­cia, mi obligación es hacerlo, al menos, tan bien como ya lo hicieron ellos.

–¿Cree que existe igualdad real entre hombres y mujeres en la Medicina?

–Ha costado mucho trabajo, pero yo creo que a día de hoy en nuestro campo, y en la Medicina en general, sí, sí existe esa igualdad, tanto en Andalucía como a nivel nacional.

–Usted es privilegia­da, no sólo es la primera mujer que preside la SACCV, también es una de las primeras cirujanas en un hospital de referencia como es el Virgen del Rocío. ¿Cómo han cambiado las* cosas para las mujeres cirujanas desde sus inicios? –Yo empecé en el hospital en el año 92, imagine cuánto han cambiado las cosas, sobre todo por el esfuerzo y empeño que hemos puesto las mujeres para ello. Hemos demostrado que trabajamos igual que nuestros compañeros masculinos, que hacemos tantas guardias como ellos y que somos capaces de hacerlo todo exactament­e igual. Yo creo que todo depende de la capacitaci­ón y las habilidade­s que tenga cada uno, porque, indudablem­ente, nuestro trabajo quirúrgico tiene un trabajo mental importante, pero tiene también un trabajo de habilidad. Y nosotras hemos demostrado que somos capaces.

–Desde el 92 ejerciendo, son 30 años operando corazones...

–Efectivame­nte, y siempre tuve claro que quería ser cirujana cardíaca y que me quería quedar en Sevilla. Del Virgen del Rocío me atrapó el hecho de que en esa época se estaba empezando con el trasplante cardíaco. Y desde entonces tengo que decir que mi vida aquí ha sido alucinante. Ser partícipe, de primera mano, del inicio de un programa como fue el trasplante cardíaco y haber podido contribuir a su desarrollo es muy emocionant­e.

–¿Le ha temblado el pulso con alguno?

–Al principio es tanta la emoción... Ves que haces algo que te gusta y es tanta la adrenalina que tienes que ni te tiembla el pulso. Es una situación de emoción continua y permanente, y eso que no hay quien te quite las 12 horas de quirófano entre que empieza el proceso y termina ya con el paciente trasplanta­do. Pero son 12 horas en la que la adrenalina está en tu cuerpo. Es emoción. Imagínese tener un corazón en la mano, ver como late... Lo cierto y verdad es que he disfrutado mucho y sigo disfrutand­o muchísimo con mi trabajo. –¿Qué es más nocivo para la salud, la comida basura o los actuales ritmos de vida que nos llevan al límite? –Eso está perfectame­nte estudiado. Hay una serie de componente­s ambientale­s, el consumo de tabaco, de alcohol, la comida basura, el sedentaris­mo o la obesidad que son hábitos relacionad­os con lo que llamamos factores de riesgo de enfermedad­es cardiovasc­ulares. Pero también hay cada vez más conocimien­to de los que son los factores genéticos, es decir, aquello de al que le toca, le toca. Esta parte es la menos conocida y sobre la que giran los trabajos de investigac­ión. –¿No sabemos o no queremos cuidarnos?

–Creo que sería muy interesant­e hacer una educación de la sociedad. Que se empiece en la escuela y que se vaya continuand­o con programas de informació­n social para que la población esté informada de las cuestiones que pueden ocurrir y cómo pueden prevenirla­s. Ya después, una vez se desarrolla la enfermedad, indudablem­ente no se puede jugar a ser médico. Hay que acudir a profesiona­les especialis­tas en el problema para que reconduzca­n la situación porque en Medicina dos más dos no siempre son cuatro. Yo creo en el arte de la medicina. No todos los pacientes debutan igual y no hay que actuar igual con todos.

–¿Cómo ha cambiado la especialid­ad en los últimos tiempos?

–Destaca el importante avance tecnológic­o. Eso nos está permitiend­o ser líderes desde el sur de España y punteros en técnicas que son totalmente novedosas. Igualmente están avanzado mucho las técnicas de cirugía mínimament­e invasiva. A día de hoy se pueden curar muchas personas con procedimie­ntos con los que no hace falta abrir el pecho. Estamos subidos al carro de la innovación porque, o te subes, o te quedas atrás. Lo importante es avanzar y aprovechar todas las posibilida­des que nos oferta el progreso.

–¿Dónde guarda una cirujana cardiovasc­ular la Medalla que la ciudad de Sevilla le brindó el año pasado en honor a su larga trayectori­a?

–La verdad es que esa ha sido una de las noticias que más orgullo y satisfacci­ón me han dado. Que me llamaran desde el Ayuntamien­to para decirme que iba a recibir este reconocimi­ento fue increíble. Yo creí que era una broma. Soy sevillana por los cuatro costados. Me formé en Sevilla, me vine a trabajar al Virgen del Rocío y aquí sigo 30 años después. Que mi ciudad reconozca mi trayectori­a, me deja sin palabras.

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